La criptomeria y la secuoya están comiendo terreno al pino insignis en los bosques de Gipuzkoa. Euskadi. Así se recoge en el Informe de Coyuntura y Salud de los Bosques del territorio realizado por Gipuzkoako Baso Elkartea (GEBE).
Y es que han sido tres las campañas consecutivas en las que no se ha procedido a realizar plantación alguna de insignis en Gipuzkoa y, pese a que sigue siendo la principal especie, su presencia ha descendido de forma notable, pasando del 35% al 22% de la superficie arbolada en cinco años y retrocediendo casi 5.000 hectáreas desde 2019.
Pese a la importante cantidad de ejemplares retirados, de los pinos que quedan el 40% están afectados, de forma severa, por la banda marrón. En el informe de GEBE queda en evidencia que la criptomeria y la secuoya se consolidan “como especies más utilizadas para sustituir las masas de pino enfermo”.
El territorio arbolado de Gipuzkoa ha ganado 285 hectáreas en dos años y ya el 61,6% de su superficie se halla cubierta de árboles.
Los 68 millones de ejemplares que se calcula que existen en Gipuzkoa (Euskadi), el territorio más arbolado del Estado, se reparten en 121.865 hectáreas de las que el 22% se encuentran en espacios protegidos por la Red Natura 2000, donde las especies más destacadas son el haya, con 11.682 hectáreas, y el roble del país, que ocupa 2.184.
Una masa forestal que sufre
La masa forestal de Gipuzkoa sufre, como gran problema, un importante nivel de abandono forestal, que crece año tras año y que, en la actualidad, supera ya el 16,1% del total de superficie. La situación de abandono preocupa de forma especial a GEBE, que observa cómo el denominado “bosque atlántico mixto” está en expansión .
El mapa de HAZI ha detectado en el último año 196 hectáreas de bosque en estado de abandono, con las que ya son 19.666 las que no cuentan con ningún tipo de cuidado o gestión, ni del ámbito público ni del privado.
La cifra toma mayor relevancia si se toma en consideración el conjunto de Euskadi, donde existen 38.011 hectáreas abandonadas, de las que 19.666, más del 50%, se hallan en Gipuzkoa. Esta superficie se encuentra ocupada por maleza, lo que aumenta el riesgo de incendio.
Para contrarrestar esa situación y la derivada de los tres años sin plantación de insignis, desde GEBE se ha realizado un importante esfuerzo replantado 4.000 hectáreas con otras especies en los terrenos que ocupaban los pinares.
Una especie a destacar, aunque su presencia está limitada por la Diputación de Gipuzkoa que impide su aprovechamiento antes de los 25 años, es el eucalipto, que ocupa el 1,3% de la masa arbolada que “se planta sobre plantaciones, nunca sobre bosque autóctono”.
“Repoblar es el primer paso, pero sacar adelante el monte es mucho más que plantar. Tenemos que incidir en la gestión viable y sostenible. Sin viabilidad hay abandono y sin sostenibilidad, no hay futuro. Van de la mano”, subraya el presidente del GEBE, Juan Carlos Berraondo.
Pero la repoblación no es una tarea de unas pocas temporadas y así lo destaca Berraondo: “Requiere de un compromiso durante años, unos cuidados para que el monte prospere y cumpla sus funciones”.
Euskadi: alerta ante la disminución de bosques de pino radiata
El Departamento de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco ha publicado el Mapa Forestal de Euskadi del año 2024 en el que se destaca que continúa el descenso de la superficie ocupada por las masas adultas de pino radiata, que han descendido en unas 2.600 hectáreas en un año, y, en paralelo, el aumento de la extensión de nuevas especies como la Criptomeria o la secuoya.
El Mapa Forestal de Euskadi se publica anualmente desde 2018 en colaboración con HAZI Fundazioa. Se puede consultar a nivel de tablas municipales, pero también es descargable y visualizable en la web GeoEuskadi, geoportal de referencia de la Infraestructura de Datos Espaciales (IDE) de Euskadi. Las tablas permiten cuantificar los cambios que se van produciendo en cualquier ámbito geográfico del País Vasco, no solo forestales, ya que permiten apreciar el lento aumento de la superficie urbanizada y de infraestructuras.
Más adelante, este mapa se complementará con cálculos de biomasa forestal, de existencias maderables y de alturas del arbolado, basados en los recientes vuelos de 2024 (LiDAR y fotogramétricos) y en las mediciones periódicas de la red Basonet.


















