La oculina patagonica es un coral pétreo del Mediterráneo cuya sorprendente capacidad de adaptación podría ofrecer pistas valiosas frente al calentamiento global.
Un estudio reciente publicado en Nature revela que su resistencia al estrés térmico marino proviene de una estrategia de alimentación dual, lo que le permite sobrevivir incluso cuando las condiciones son muy adversas.
Su adaptabilidad genética y celular se ha identificado mediante atlas celulares y comparaciones genómicas entre O. patagonica y corales tropicales que dependen completamente de las algas.
Cómo este tipo de coral resiste al estrés provocado por el cambio de temperaturas
Una excepcional dieta flexible permite a un coral mediterráneo resistir a la subida de la temperatura del agua marina, según un estudio del Centro de Regulación Genómica (CRG).
El estudio, publicado en Nature, revela los mecanismos genéticos y celulares que explican la extraordinaria resistencia del coral pétreo oculina patagonica frente al aumento de las temperaturas, ha informado el CRG.
Este coral es conocido por su capacidad para alimentarse con o sin algas y fue descubierto por primera vez en el golfo de Génova en 1966. Desde entonces, se ha extendido con rapidez en costas poco profundas del Mediterráneo, donde las temperaturas del agua oscilan entre unos 10 ºC en invierno y más de 30 ºC en verano.
«Cuando se documentó por primera vez en aguas levantinas, se pensó que la oculina patagonica no sobreviviría porque las temperaturas estivales eran demasiado altas, pero contra todo pronóstico consiguió establecerse, y sus poblaciones están creciendo«, ha explicado la primera autora del estudio, Shani Levy, que hizo la investigación en el CRG.
Particularidades de la oculina patagonica
La oculina es un tipo de coral pétreo, que son animales marinos que construyen esqueletos duros y que albergan algas fotosintéticas en sus células.
Dependen de estas algas para obtener energía, gracias a la cual el coral pétreo puede formar los macizos esqueletos de carbonato cálcico que constituyen la base de los arrecifes.
Sin embargo, la oculina es distinta respecto otros corales pétreos, pues su esqueleto es pequeño y su asociación con las algas es opcional.
Así, cuando la temperatura del mar Mediterráneo supera los 29 ºC, expulsa las algas de sus células huésped y pierde su característico color marrón anaranjado. Este fenómeno de blanqueamiento resultaría fatal para otras especies, pero la oculina sobrevive el tiempo suficiente para recuperar las algas cuando las aguas se enfrían.
Según los investigadores, incluso puede subsistir completamente sin algas, con poblaciones que se encuentran en cuevas o a profundidades de entre 30 y 40 metros, donde penetra muy poca luz.
Enfoque multidisciplinar
Los autores analizaron la resistencia de este coral pétreo desde un enfoque genético, celular y evolutivo. Así, secuenciaron el genoma de la oculina patagonica y analizaron decenas de miles de células individuales para determinar qué genes se activan cuando el animal marino contiene o no algas simbióticas.
Descubrieron que, cuando las algas están presentes, las células de la oculina dependen en gran medida de los lípidos o grasas obtenidos de sus simbiontes (las algas).
Estos lípidos son componentes esenciales que pueden almacenarse para su uso posterior, proporcionando al coral una reserva de energía más estable que los azúcares.
Cuando las algas desaparecen, la oculina reajusta sus programas celulares, aumentando la actividad de células de tipo inmunitario que probablemente eliminan los restos de las células simbióticas moribundas.
También expande sus células glandulares y digestivas, lo que le permite capturar y digerir partículas directamente del agua, un modo de alimentación conocido como heterotrofia.
«La oculina puede obtener esos productos cuando las algas están presentes, lo cual es probablemente la situación óptima, pero también puede sobrevivir alimentándose únicamente de manera heterotrófica, ingiriendo pequeñas partículas orgánicas y plancton que captura y digiere en su sistema digestivo», señala el profesor de investigación ICREA Arnau Sebé Pedrós, autor principal del estudio e investigador del CRG.
Aunque O. patagonica no es un coral constructor de arrecifes grandes, su habilidad de sobrevivir en aguas más cálidas, turbias o con fluctuaciones de luz lo convierte en un ejemplo esperanzador de resistencia biológica frente al cambio climático.
Sin embargo, los autores del estudio advierten de que esta capacidad sola no bastará para compensar la pérdida de arrecifes en escala global: la mitigación del cambio climático sigue siendo esencial. EFE / ECOticias.com