Tanto la Ley 15/2012, de 27 de diciembre, de medidas fiscales para la sostenibilidad energética como la Ley 24/2013, de 26 de diciembre, del Sector Eléctrico consideraron las afecciones ambientales (como es el ejemplo de la electrocucion de los búhos) del sector eléctrico tanto en la generación como en la distribución.
Ambas abogan por la búsqueda de la compatibilidad ambiental del sector eléctrico y reconocen la necesidad de cumplir con toda la normativa ambiental que les sea de aplicación, entre la que se encuentra el Real Decreto 1432/2008, de 29 de agosto, por el que se establecen medidas para la protección de la avifauna y en especial la del búho real contra la colisión y la electrocución en líneas eléctricas de alta tensión.
Esta norma establece el marco legal para lograr minimizar el impacto de la distribución y el transporte eléctricos tienen sobre las aves. Se trata de una normativa de carácter básico y que resulta competencia de la Administración General del Estado, tal y como se detalla en la disposición adicional undécima del Real Decreto 1955/2000, de 1 de diciembre, por el que se regulan las actividades de transporte, distribución, comercialización, suministro y procedimientos de autorización de instalaciones de energía eléctrica.
El tendido eléctrico amenaza la vida del búho real
Una nueva muerte en Castellón de un búho real (Bubo bubo) se suma a las cientos que hay en el País Valencià. Pero, en esta ocasión, la muerte ocurrida el 6 de abril de 2025 no queremos que solo sea un dato más a la larga lista estadística sino un punto de alarma a una situación insostenible, que se traduce en un golpe mortal al equilibrio ecológico y un gran retroceso para la biodiversidad. Solo desde el año 2020 han muerto 738 búhos reales por diversas causas.
La organización ecologista de Vila-real se basa en la mortandad del búho real (Bubo bubo) en el País Valencià por causas antrópicas que alcanza cifras alarmantes. Entre los años 2000 y 2023, un total de 1.743 ejemplares han muerto por electrocución en tendidos eléctricos, a los que se suman 33 casos por colisión con cables de la red, según datos recopilados por el grupo ecologista. Estas cifras convierten a la infraestructura eléctrica en la principal amenaza directa para esta especie protegida en la región.
En conjunto, las interacciones con líneas eléctricas (electrocución + colisión) han causado 1.776 muertes de búhos reales en el periodo analizado. Por provincias, Valencia lidera con 696 casos, seguida de Alicante 232 y Castellón 164.
Otras causas de mortalidad registradas por la ONG incluyen:
- Atropellos en carretera, 227 ejemplares.
- Ahogamientos en balsas u otras infraestructuras hídricas, 105.
- Disparos ilegales, 138.
- Envenenamiento, 2.
- Impacto con aerogeneradores, 2 ejemplares.
Estos datos ponen de manifiesto que, aunque existen múltiples amenazas, más del 75% de las muertes registradas en búho real se deben exclusivamente a la red eléctrica.
Desde la oraganización ecologista se denuncia que, pese a la existencia de herramientas normativas como el Real Decreto 1432/2008, la corrección de apoyos peligrosos avanza a un ritmo insuficiente, con escaso control institucional y sin priorización técnica basada en los puntos negros detectados.
Medidas técnicas propuestas por la ONG
- Identificación y corrección prioritaria de los apoyos más letales y donde se concentra la mayor mortalidad así como en zonas cercanas a hábitats críticos y corredores ecológicos y especialmente en áreas de cría y frecuentadas por águila perdicera (Aquila fasciata).
- Sustitución progresiva de apoyos mortales: priorizando aquellos identificados en zonas de cría y alimentación de rapaces catalogadas, especialmente en espacios naturales protegidos y zonas de alta densidad de rapaces.
- Establecimiento de un plan autonómico de seguimiento, con base en metodología estandarizada y georreferenciación de los hallazgos de fauna muerta con el fin de disponer de un mapa actualizado de riesgo y priorizar intervenciones.
- Actuar urgentemente en la modificación de los tendidos en las Áreas prioritarias de reproducción, alimentación, dispersión y concentración local de aves catalogadas según la RESOLUCIÓN de 6 de julio de 2021.
- Aplicación efectiva del RD 2090/2008 sobre Responsabilidad Medioambiental y el RD 1432/2008 (ahora en revisión), que obliga a las compañías eléctricas a adoptar soluciones técnicas que eviten la electrocución de avifauna.
- Integración de criterios de biodiversidad en la planificación eléctrica, garantizando que futuras infraestructuras sean inocuas para la avifauna.
- Mayor implicación de las administraciones públicas, tanto en la vigilancia como en el cumplimiento de normativas ambientales.
- Cooperación institucional y sanción efectiva en casos de incumplimiento por parte de las distribuidoras.
- Campañas de sensibilización dirigidas a empresas eléctricas, administraciones y ciudadanía sobre el impacto real de estas muertes.
Desde la ONG se considera que el volumen de electrocuciones registrado en 23 años debería ser más que suficiente para activar una respuesta contundente desde las administraciones públicas y las empresas del sector eléctrico. Estos datos procedentes de la propia administración no son abstractos: representan una pérdida inasumible para las poblaciones de una especie clave en nuestros ecosistemas.
El búho real, como depredador tope, cumple una función ecológica esencial en el control de poblaciones de micromamíferos y otras especies, y su pérdida masiva y repetitiva en ciertas áreas puede generar efectos en cascada en los sistemas naturales valencianos.
Se reitera la necesidad de que la Generalitat Valenciana elabore un plan específico de corrección de tendidos peligrosos, principalmente para la prtección del búho real, en colaboración con los agentes implicados, y se refuerce la aplicación efectiva de la normativa estatal, que hasta ahora ha resultado claramente insuficiente.
El conocimiento técnico existe, y las soluciones están probadas. Es inadmisible que sigamos perdiendo ejemplares de búho real año tras año por causas perfectamente evitables.
Sabemos lo que hay que hacer. Solo falta voluntad política y compromiso empresarial y social para hacerlo realidad.
















