“Según Greenpeace es fundamental saber cuál es el destino de los aparatos electrónicos cuando se termina su vida útil o sus usuarios deciden cambiarlos. Al respecto exigieron a Samsung que explique el tipo de reciclaje que aplicarán a los 4.3 millones de Galaxy Note fallidos y retirados del mercado”
El reclamo de Greenpeace
Durante el World Mobile Congress que se celebró recientemente en Barcelona, la ONG interrumpió una conferencia de prensa de Samsung para protestar contra el fracaso de la compañía en generar un plan de reciclaje para el defectuoso Galaxy Note 7, que hubo de ser retirado del mercado ante el riesgo de incendio que se constató tenían los aparatos.
Samsung ha dicho desde que comenzó el problema, que la compañía está trabajando para asegurar un plan responsable para la disposición de sus teléfonos móviles en general y del Galaxy Note en particular, dando prioridad a la seguridad y al Medio Ambiente.
Pero Greenpeace les reclamó que, si con estos móviles que ya se apilan en sus depósitos, van a hacer lo mismo que con el resto de Smartphone y tabletas que se desechan sin las mínimas condiciones de reciclaje, el Medio Ambiente no podrá resistirlo.
¿Dónde va lo que generamos?
Desde el comienzo de 2017 se han generado más de 6,4 millones de toneladas de productos electrónicos, de acuerdo con The World Counts, un sitio web que mantiene una cuenta en vivo de residuos electrónicos globales.
Greenpeace sostiene que, si aplicamos los patrones de reciclaje que se están empleando hasta ahora, las consecuencias medioambientales serán nefastas. Y argumenta que, según la ONU menos de una sexta parte de los desechos electrónicos descartados en todo el mundo en 2014 fueron objeto de un correcto reciclaje.
Incluso en los países desarrollados y con infraestructura avanzada, las tasas de reciclaje de la electrónica son muy bajas y ponen como ejemplo a los EEUU, que recicló sólo el 29% de los 3,4 millones de toneladas de desechos electrónicos producidos en 2014, según la Agencia de Protección Ambiental, mientras que el resto fue enviado a vertederos o incinerado.
Las cifras de la ONU sugieren que hasta el 90% de los desechos electrónicos del mundo son objeto de dumping ilegal y en un experimento reciente, se colocaron localizadores GPS en 205 impresoras y monitores antiguos para ver qué les sucedía.
De los dispositivos entregados para el reciclaje, el 40% fueron enviados por vía marítima, principalmente a Asia. El equipo de seguimiento llegó hasta Hong Kong, donde encontró trabajadores que desarmaban a mano 37 de dichos aparatos, en basureros informales.
Este tipo de procesamiento no reglamentado de los residuos electrónicos conlleva graves consecuencias para el Medio Ambiente y la salud humana, incluida la contaminación del aire cuando las placas de circuitos se calientan para acceder a los metales y la del suelo y el agua, a medida que los productos químicos penetran en las capas terrestres o acaban en ríos y mares.
