En este sentido, cabe señalar que, en muchas ocasiones, no se comprende la diferencia entre fecha de caducidad y fecha de consumo preferente.
El Instituto para la Producción Sostenible (IPS) se suma a la lucha contra el desperdicio alimentario, un serio problema con graves consecuencias ambientales, económicas, sociales y mismo morales, toda vez que se desperdicia una cantidad ingente de comida cada día mientras que también cada día se mueren de hambre muchísimas personas en todo el mundo. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), cada año terminan en la basura 1.300 millones de toneladas de comida, correspondiendo a España 7,7 millones.
Cambios en toda la cadena
En un escenario de estas características, IPS apuesta de forma decidida por la introducción de cambios que impliquen a todos los actores. Respecto al ciudadano, es necesario guiarle hacia un consumo más responsable, promoviendo las compras locales y la adquisición de artículos de temporada. Advierte también de la importancia que tiene mejorar la gestión de los recursos en toda la cadena agroalimentaria, ajustando los productos a la demanda, rentabilizando al máximo las materias primas, aprovechando las nuevas tecnologías y los nuevos canales de comercialización y, por supuesto, mejorando la información al consumidor en el propio etiquetado.
En este sentido, cabe señalar que, en muchas ocasiones, no se comprende la diferencia entre fecha de caducidad y fecha de consumo preferente. Mientras que la primera indica el momento a partir del cual un alimento no es apto para el consumo, pudiendo representar un riesgo para la salud, la segunda indica el momento a partir del cual un alimento puede perder cualidades (textura, sabor, olor, presencia), no suponiendo riesgo alguno para la salud.
La estética de los alimentos constituye igualmente otra batalla a librar. Grandes cantidades de frutas, verduras y hortalizas se descartan diariamente por no cumplir con los “cánones de belleza”. Desde distintas organizaciones, se anima a los consumidores a optar por este tipo de productos, considerados como “feos” y que albergan el mismo poder nutritivo que los “guapos”.
Asimismo, el IPS considera que se debe dar prioridad a los envases sostenibles, fabricados con materiales renovables, reciclables y biodegradables y que, en todo caso, contribuyen a alargar la vida útil de los alimentos. Alude también a la posibilidad de utilizar los alimentos desechados para fabricar compost, biogás o pienso animal, es decir, toda aquella gestión que permita aprovecharlos, en línea con los preceptos de la economía circular.
Indica igualmente el instituto que, a pesar de las circunstancias, ha habido grandes avances en los últimos años por parte del sector primario, la industria agroalimentaria, la cadena de distribución y las empresas de restauración a través de la prevención de ineficiencias que acaban generando desperdicio y en el impulso a las buenas prácticas para aprovechar los excedentes.
Sobre ips
El Instituto para la Producción Sostenible es una organización sin ánimo de lucro, creada en 2011, que tiene como objetivo promover una cultura empresarial de contribución al desarrollo sostenible desde un enfoque económico, social y medioambiental. El propósito es mostrar los beneficios de incorporar la sostenibilidad a la visión estratégica de la empresa como una apuesta rentable por la innovación, la competitividad y la excelencia empresarial.
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