Terminar un ciclo, exige detenerse y observar; salir del camino para subirnos a una loma y contemplar el “trazo” que vamos dejando a los que vienen por detrás… y corregir si procede. Cuanto más despacio vayamos por la vida, más atentos podremos caminar y menos nos costará detenernos a observar; cuanto mas ligera esté nuestra “mochila” lo propio.
Hoy la publicidad es un propulsor mental a favor de que nuestra “mochila” vaya bien cargada de “valores” materiales, como en otro tiempo predicadores agitaban conciencias cargándonos de “valores” morales. Ni los últimos nos han ayudado a descubrir la razón de nuestra existencia, ni el “dogma” consumista que defienden los primeros nos han ayudado a ser felices, ni a resolver la duda existencial de si consumimos para vivir o vivimos para consumir. Si el consumismo ha sido el totem del siglo pasado, hagamos del humanismo una corriente envolvente a modo de manto amable, en la cual todos los seres encontremos cobijo. Muy recomendable al respecto el libro de Agustín López Tobajas: “Manifiesto contra el progreso” 9 euros.
Decrecer y desaprender lo impregnado de estos “valores”, se hace práctica indispensable para reorientarnos ante las nuevas coyunturas que se presentan. Caminar al paso y elegir un rumbo mas humanizado; aprovechar la oportunidad que nos presenta la crisis -como lapsus en la encrucijada- para contribuir lo mínimo posible al sostenimiento de un sistema cuyo ciclo terminó y se resiste a renovar en valores o sucumbir con ella. Se han relajado o “rajado”, no quedando ni asomo de aquella refundación del capitalismo que proponía Nicolás Sarkozy cuando insistió en la necesidad de incluir parámetros medioambientales y de riqueza social en el cálculo del PIB.
Tardaron en reconocer la especial gravedad de la crisis en nuestro país, derivada de la dependencia del sector de la construcción, que sólo ha servido para agravar el problema de la primera vivienda a una mayoría necesitada.
Aunque la falsa publicidad institucional se encargue de hacernos ver que remontamos la crisis al unísono que el resto, seguimos en tierra sin poder despegar por el lastre que supone una administración sobrecargada y obesa, sostenida sobre unos pilares erosionados por el desempleo, falta de productividad, fraude fiscal y otros. Es deducible sólo con observar los temas que mantienen ocupados a nuestros políticos, la falta de sintonía con las necesidades vitales de los ciudadanos, repasar las medidas anticrisis del gobierno donde el grueso es crear infraestructuras viarias faraónicas de autopistas y trenes de alta velocidad, para incrementar el movimiento de vehículos privados y de mercancías, para mantener las cotas de crecimiento sostenido de empresas multinacionales y no para universalizar el bienestar o como mínimo la supervivencia.
Recomendable el libro de Toni Lodeiro “Consumir menos, vivir mejor” 14 euros. Intentar sostener la economía del país con inyecciones de dinero público una y otra vez a comprar bienes innecesarios como cambiar de automóvil cuando el anterior prestaba el mismo servicio, es pan para hoy mas hambre para mañana. Las ayudas previstas para sustituir el parque de vehículos de explosión por los eléctricos con el argumento de que los eléctricos no contaminan (al igual que la alta velocidad), generará montañas de chatarra metálica, plástica, aceites, baterías, electrónica, neumáticos, cristal….descuidando que el 62% de esa electricidad se obtiene por combustión, generando gases de efecto invernadero en todos los casos y escorias y cenizas tóxicas imperecederas en el caso de las incineradoras de residuos urbanos.
La contaminación y derroche de agua añadidas por las emisiones del gasto de energía que va a generar la extracción de toneladas de nuevas materias primas y transformarlas para poner en circulación millones de vehículos eléctricos, pueden agudizar las desigualdades, conflictos y sin duda mas “dolor” para el planeta. ¿Quedarán internalizados en los costes del nuevo vehículo todo ello y la contaminación y emisiones producidas por productores de componentes?. El reciclado es el futuro si queremos que este sea sostenible, pero podía ser el presente, si como dice Jim Merkel no interfiriesen los intereses particulares…de una minoría. Con el coche eléctrico queda eliminada toda la mecánica del acero especial, por lo que la mayor parte de los materiales necesarios para su construcción, podían ser de origen reciclado.
Entiendo que en esta coyuntura es absurdo cerrarse a la innovación, cuando lo que hay no procede, pero tan absurdo es no hacerlo con mas premeditación, pues hay mucho en juego. Cada cual se tiene que hacer responsables de sus residuos y emisiones; Daniel Goleman en su último libro nos habla de inteligencia ecológica afirmando que: es necesario integrar el impacto ecológico en el diseño de la producción industrializada, así como ofrecer información transparente a los ciudadanos. Goleman considera esencial para poder hacer sostenible la vida en el planeta, el desarrollo de la ecología industrial en todos los procesos de producción, envasado, distribución de bienes de consumo y reutilización o reciclado. Se hace indispensable para ello una disciplina científica y universitaria para que las empresa se doten de técnicos cualificados y así evitar caminar tan atropellados entre residuos y teknotxatarra.
Nuestro país se quiere poner a la cabeza mundial en producción de vehículos eléctricos, en kilómetros de autopistas, autovías y en trenes de alta velocidad por delante de Francia y Japón. ¿Se han parado a pensar en las consecuencias como sugiere Coleman refiriéndose a la inteligencia ecológica?, creo que lo vamos a pagar aún mas o ¿es que no lo estamos pagando ya por lo mismo?.
¿Cuantos componentes del nuevo vehículo eléctrico tiene su origen en materias primas de segunda generación procedente de materiales reciclables?. ¿Cuanto gasta nuestro país en I+D+I aplicado a la ciencia de los residuos y del reciclado?. En España se forman técnicos en ecología industrial sólo en la Universidad Politécnica de Cataluña y en la Universidad Autónoma de Barcelona. Una ciencia con futuro y disciplina académica, aplicada sólo en países y territorios donde el improvisar, sin subirse cíclicamente a la loma, se considera una extravagancia política.
Sociedad de bienestar, país desarrollado, crecimiento sostenido, índice de productividad, competitividad, nivel de vida, poder adquisitivo, globalización del mercado, mercado de valores, ingeniería financiera, tecnología punta…. son parámetros productivos que deberían considerarlos caducos.
Personalmente no confío que podamos salir airosos cuando veo que no se ha ido a atajar las causas de la crisis y sólo se repara en los síntomas; así la recaída que cronifique la “enfermedad” de este sistema puede ser muy dura.
Una erosión social progresiva, agudizada por una crisis sistémica, que en su derivada económica y falta de justicia social, va a empujar a muchas personas a actuaciones impropias de su dignidad y condición moral por falta de coberturas mínimas para la supervivencia. Crisis moral que deviene de excesos derivados del empuje competitivo y avidez desmedida en amasar bienes, por parte de unas elites que no se detienen a reparar en que con su actitud insolidaria desheredan al resto de humanos. Jim Merkel en su libro: “Simplicidad Radical”, destaca tres obstáculos que dificultan el que la vida la hagamos mas sostenible: la ignorancia sobre las consecuencias que tienen nuestros actos o como reafirma Daniel Goleman: cuando los ciudadanos adquieren cualquier bien no se paran a pensar en las consecuencias; no es culpa suya, el sistema está pensado para que no lo hagan. La segunda: la confianza exagerada en el progreso científico y tecnológico, y los intereses particulares que nos impiden ver la realidad ocultando información y deformando esa realidad a través de los 40.000 anuncios televisivos que como media ve cada ciudadano al año.
Los poderosos actúan como si todos los bienes del planeta estuviesen sobre la mesa de un bufé libre y fuesen los primeros de una larga cola de seres humanos que van cogiendo todo lo que pueden sin reparar en el resto. Particularmente gráfico es la metáfora de Jim Merkel para explicar las consecuencias de actitudes insolidarias que hacen insostenible la vida en el planeta. Ante un bufé libre somos los primeros de una larga cola, ¿cuanta comida cogemos? ¿toda la que podamos engullir sin pensar en las personas que están detrás y faltan por venir (al planeta) o sólo la cantidad apropiada para que los demás también puedan comer?. Según la Global Footprint Network serían necesarios otros 2 planetas como la Tierra si todos sus habitantes tuviesen el comportamiento de un ciudadano medio español; por contra Jim Merkel ha calculado que si lo hiciesen como los keralíes el 60% de la superficie productiva de la Tierra aún estaría virgen..y en Kerala no echan nada en falta, pues viven infinitamente mejor que nosotros, consumiendo menos. Cultura social desde el año 1.957 cultivando un comunismo cristiano auténtico y consecuente con su filosofía y no prácticas políticas y religiosas contradictorias con su teoría que conocemos con ambas “banderas” ideológicas
La sostenibilidad es un arte. ¿Cómo entender la desertización galopante y falta de ayuda al mantenimiento o recuperación de la vida rural y desarrollo de las energías amables, en un país que es la embajada del Sol?. Desde nuestra entrada en la UE han desaparecido un millón de explotaciones agrícolas familiares; en los años 40 el 70% vivía de la agricultura, hoy el 7%, habiendo desaparecido el 73% de explotaciones lecheras familiares en los últimos 12 años, quedando el 75% de la distribución de alimentos en manos de 7 cadenas de hipermercados conocidas con unas prácticas feudales entre el precio que pagan al productor y el de venta en sus establecimientos.
Hoy el 80% de las tierras cultivables, el 70% del maíz producido, el 55% del trigo y el 75% de la soja producida se dedican para alimentación animal y al día mueren de hambre miles de niños; meditando con estos datos en el plato ¿alguien puede dudar en que en el origen de todas estas tragedias está el hecho de que el humano se alimente de animales?.
Subvenciones al consumo de carne, de carbón y generación de electricidad por incineración de residuos urbanos (siendo el 70% reciclables); recortes de primas y ayudas a la energía fotovoltaica; energías renovables y limpias como la geotermia olvidadas; el hidrógeno sin emisiones para los motores de hoy por medio de catalizador. Mayor entropía y costo ecológico y económico (si se integrara el impacto ecológico en el diseño de la producción) que generar electricidad en centrales termoeléctricas por combustión de materiales fósiles, no existe; otro tanto para desarrollar fuerza motriz para el transporte.
Con tantos recursos económicos a la investigación militar y espacial, no es creíble que hoy las necesidades energéticas y de movilidad motriz, no se puedan cubrir con energías 100% renovables y combustibles no contaminantes como el hidrógeno; tan solo el progresivo e imparable deterioro medioambiental, agotamiento del planeta, guerras y desigualdades provocado por ello, les tenía que haber animado a conseguirlo hace décadas.
Cierto que en este país tenemos mentalidad de nuevos ricos, para despreciar bienes y no valorar esa riqueza natural y privilegio que nos ha sido dado. Somos grandes generadores de basura y los que menos reciclamos dentro de los países desarrollados (14%). Disfrutamos una variedad climática y de tierras envidiables; ríos, mares, valles, cadenas montañosas y estepa, que favorece la biodiversidad como aula de la naturaleza y bálsamo para los sentidos.
El deterioro medioambiental y ocupación de tierras consumado, va suponer una rémora para los tiempos que nos va tocar vivir. Mayor aún el despilfarro energético, derroche de materias primas, movimiento de tierras, desaparición y contaminación de acuíferos que supondrá el surcar tierras y montañas de Euskalerría con un trazado de ferrocarril (60% bajo tierra) de alta velocidad para que las elites políticas y económicas se desplacen de capital en capital, cuando aún no existe un tren social que una poblaciones importantes, que dan acceso al medio rural para promover el consumo local y riqueza social.
“Lo verde vende”, parece ser el slogan coordinado de políticos vascos. El Gobierno Vasco gasta 150.000 euros en promover la comercialización de alimentos ecológicos -lo anuncia en esta página-, pero no en concienciar el cambio de hábitos e incentivar las huertas de los pequeños productores locales. Nada en concienciar y llevarlo a la práctica en ikastolas, para sustituir la comida industrializada de la empresa de catering que en exclusiva “alimenta” a nuestros nietos; niños atendidos en el comedor por personal de la misma empresa de catering, sin ningún perfil pedagógico exigible.
Dinamarca comprometida con sus ciudadanos a que en 2.015 el 100% de la agricultura sea ecológica, libre de transgénicos, nitratos, pesticidas, ni herbicidas; compostar al 100% todos los residuos orgánicos. En EEUU y Reino Unido el 80% de los productos ecológicos se venden en hipermercados, en España con la mitad de poder adquisitivo, sólo un 15% y el resto en boutiques de la alimentación. Promueven la parte comercial de la alimentación biológica para adultos, pero ignoran modelos donde los niños reciben esta alimentación y asistencia, con criterios de salud, mas pedagógicos y menos economicistas. Conocen las razones del éxito de países donde año tras años los escolares en las pruebas para el informe PISA ocupan la cabecera de ese ranking europeo: buena alimentación desde lo sicológico hasta lo emocional pasando por lo fisiológico y la higiene mental. ¿Que cual es la clave?: la autonomía educativa de cada centro para la autogestión en todos los ámbitos educativos propios y la participación integral de los alumnos en todas las disciplinas; justo lo contrario que aquí en que todos son directrices centralizadas impuestas desde gobiernos políticos como el vasco, desde lo pedagógico y cívico hasta lo culinario y el ocio: para rentabilizar los esfuerzos realizados como insisten.
Sin ir tan lejos está el modelo de la alimentación biológica con productos locales, elección de menú por la asociación de padres y elaboración propia en las ikastolas de Iparralde hasta la de Baiona. En Catalunya es parecido y la Generalitat acaba de repartir en todos sus centros la “Maleta Ecológica” con libreto, fichas y fotografías, CD-Rom interactivo y de animación con juegos, como guía didáctica de trabajo para el profesorado y para diseñar el huerto escolar e investigar y descubrir desde niños la incidencia de nuestra manera de vivir, cultivar y comer en la salud y en los problemas medioambientales; una introducción a nuevas materias que tienen que ver con la ciencia de los residuos y la medida de la Huella y Mochila Ecológicas.
Material para conocimiento del huerto ecológico y la importancia del fomento como productor para el autoabastecimiento y traerlo a la mesa. Una alternativa hacia el autodidactísmo para el desarrollo integral de la salud a través de la alimentación, pedagogía en las buenas prácticas medioambientales, consumo responsable, ahorro energético y elaboración de compost como tratamiento final de todo residuo orgánico de la cocina y comedor escolar. Cuando el Gobierno Vasco, Diputación de Gipúzkoa o Ayuntamiento de Donostia diseñen la “Maleta Ecológica” para nuestros nietos, en la ficha correspondiente al destino y tratamiento de los residuos orgánicos de cocina y comedor escolar, no podrán evitar aquello de: haz lo que digo pero no digas lo que hago.
A propósito de este tema, mi extrañeza cuando en un artículo titulado: Que hacer con los residuos orgánicos, aparecido en el último número de la revista Integral, firmado por Rafael Carrasco, se mencione a Gipúzkoa como modelo de gestión de residuos orgánicos. En lo referido a recogida de materia orgánica se va haciendo algo, pero incomparable con lo que hacen en Catalunya (el 84% de los municipios tienen sistema de recogida selectiva de materia orgánica), Córdoba, A Coruña, Barcelona, Pamplona, Valencia, Valladolid y resto de países de la UE15. En el estado, Córdoba se acerca (43%) y en Gipúzkoa sólo Usúrbil (100%) cumple la Normativa Europea y Plan Nacional Integral de Residuos Urbanos, que para la fracción orgánica tiene fijado un 50% de reciclado-compostaje, siendo la media del estado 18%.
El plan de 2.002 para 2.016 para Gipúzkoa era compostar sólo el 4% de los residuos orgánicos, modificado al 10,1% en 2.008 y el resto a vertedero hoy e incinerarlos a partir de 2.013 ¿es esto digno de mención en una revista como Integral?. Un plan que no menciona para nada la generación descentralizada de biogas a través de tratamientos TMB escalados en plantas biodigestoras y posterior compostaje aerobio. Se trata de procesos mixtos de valorización energética (producir biogas para uso directo y no para generar electricidad por combustión) y valorización material para elaboración del compost, como es la tendencia europea y progresivamente en el estado español.
Un programa de gestión, justo inverso de lo que marca la UE en sus directrices sobre bio-residuos; así le hicieron saber expertos europeos al representante de la Diputación en la Jornada europea sobre Bio Residuos celebrada en Barcelona el 15 de febrero y así lo hizo saber Alfonso del Val (la voz mas reconocida en estos temas) en su libro Análisis del PIGRUG, cuando anuncia que de llevarse adelante ese Plan, Gipuzkoa pasará a la cola de los territorios europeos en lo que a gestión de residuos se refiere.
No se si el cántaro fué a la fuente o lo contrario, pero deduzco que cuando Rafael Carrasco menciona al presidente del Consorcio de Residuos de Gipúzkoa Carlos Ormazábal, es la fuente de la que ha tomado para destacar las seis poblaciones donde practican la experiencia de recogida de residuos orgánicos a través del quinto contenedor. Ormazábal se centra en destacar aspectos cualitativos del compost, silenciando el hecho de que la cantidad recogida en el quinto contenedor no alcanza ni el 13% de la generada en esas poblaciones. El resto, ese 87% de materia orgánica en fermentación mezclado con otro montón de residuos aprovechables va a contaminar los vertederos de Gipúzkoa con la agravante de que no disponen de sistema de captación de gases de efecto invernadero para aprovechamiento energético y reducir emisiones.
Rafael Carrasco, Gipúzkoa no es modelo de buenas prácticas medioambientales como para destacar en una revista de tanto prestigio como Integral, ni tampoco apuesta por el compostaje como dice Ormazábal; tampoco Donostia por mucho que se envuelva de “Verde” y su alcalde recibiese en 2.008 en Rivas Vaciamadrid de manos de la ministra de Medio Ambiente Elena Espinosa el primer premio a las buenas prácticas medioambientales, para una vez en casa depositar en vertedero el 80% de los residuos que genera y en 2.013 incinerarlos. No podrá explicar Odón Elorza cómo va a conseguir ser una ciudad de emisión neutra -como anuncia en esta misma página- cuando regala 4.000 toneladas de lodos de depuradora al año a una empresa cementera ubicada en el municipio y emite CO2 al incinerarlos; cuando ha aprobado que la Diputación monte una macroincineradora aunque alejada de la ciudad, dentro de su término municipal. Con esos logros y galardones que anuncia haber conseguido a favor de las buenas prácticas medioambientales ¿cómo es que no presentó candidatura junto a Valencia, Pamplona, Zaragoza, Vitoria, Murcia, Sabadell.. al premio Capital Verde Europea?; ni lo intenta, pues el tratamiento de los residuos es el punto estrella para recibir este premio. Pueden hacerlo Hamburgo, Estocolmo, Viena.. si, si Viena a pesar de la incineradora en el centro de la ciudad, pero no para producir electricidad y venderla (esta “motivación” económica invita a quemar materiales reciclables pero a su vez buenos combustibles como plásticos y neumáticos) sino agua caliente para calefacción de las casas, evitando la contaminación de miles de estufas de carbón individuales emitiendo CO2 por chimeneas sin filtro; este importante detalle se lo callan. Viena la ponen una y otra vez como ejemplo para justificación de la incineradora de Zubieta, pero una incineradora en si no contamina, sino lo que a ella se vierte y además Viena es un hecho consumado desde el siglo pasado, que en el año 2.010 se lo plantearían de otra manera.
¿Cuanta materia orgánica recibe la incineradora de Viena si es uno de los países europeos que mas recicla?. Incinerar para producir electricidad es incompatible con el reciclaje; tanto como una recogida puerta a puerta lo es con una macroincineradora, porque la arruina. Para que ésta sea rentable necesita mucha basura de contenido combustible para compensar el “bajón” pirolítico que le produce tantas toneladas de materia orgánica, y esto sólo se consigue con una recogida en masa no selectiva y con todo mezclado, como hace 40 años. A pesar de ello el balance energético de una incineradora de estas características es negativo, ya que gasta mas energía eléctrica en el biosecado de la materia orgánica que la que produce, pero a pesar de ello la rentabilidad económica es positiva merced a las primas por producción de energía que recibe del estado….de nosotros, ¿quien lo entiende?
El compost es el oro de las tierras; todas las necesitan por su carencia en nutrientes y como acondicionador y recuperador de suelos castigados por exceso de fertilizantes químicos y nitratos y para protegerlos de la erosión. Como entender de otra manera que se esté importando de Polonia y se venda según se produce. Como materia estable aún sería bueno para cualquier vertedero; todos menos incinerar materia orgánica que nos ha dado la Tierra. ¿Porqué no quiere compostar masivamente la Diputación de Gipúzkoa y se ve obligada a hacer malabares mediáticos para demostrar lo contrario?. El compostaje masivo necesita mucho estructurante leñoso que lo hace incompatible con la pretendida valorización energética de la biomasa de los bosques gipuzkoanos. Quemar materia vegetal peletizada para producir energía parece ser la siguiente fuente de energía alternativa para producir y vender electricidad; quemar, quemar y quemar… dejando en el olvido las renovables a partir del sol, mar, río, viento, calor de la tierra, biogas de los residuos, lodos de depuradoras, purines y estiércoles, algas…. además de pena me produce vergüenza, máxime que por ejemplo el origen del 60% de la electricidad que produce la vecina Navarra es renovable-amable, en la Comunidad Autónoma Vasca, el 3,5% el resto termoeléctrica-incineradora. El marketing de la eléctrica vasca nos habla de “verde” cuando el 46% es de origen nuclear, el 28% termofósil y de termobasuras, sólo el 4% renovable.
A los gobernantes de este país ¿de donde les viene ese afán “inquisidor” de quemar en exceso cuando existen alternativas mixtas o haciéndolo menos o nada?; quemar para producir energía sin antes haber explorado y agotado todas las posibilidades de las renovables; quemar en masa residuos urbanos cuando con un buen sistema de recogida se puede minimizar el residuo incinerable de un 80% de hoy, hasta un 10%; quemar litros de combustible fósil gastando en alimentar a 200 caballos (CV) para trasladar a una sola persona de un lugar a otro en un vehículo individual pudiéndose minimizar esos efectos con el transporte colectivo y tren social; transportar a miles de kilómetros en un gran camión un producto que también se fabrica en el mismo punto de destino, esto es absurdo por irracional y generalizado…. Un veterano de estos temas me dijo que el negocio está en mover mercancías, aunque no sirvan y aunque sean basuras; la cosa es mover, la cosa es quemar.
400 millones de euros para quemar en Donostia el 70% de los residuos de todo Gipúzkoa en una macroincineradora que les descalifica a optar el premio a la Capital Verde Europea. Les queda optar a la Capitalidad Europea y gastar otros 17,1 millones de euros en construir el Basque Culinary Center, para las elites de la cocina vasca…es la Huella Ecológica de la Donostia que quedará….
Con una cultura de quemar que parece heredada de tiempos oscuros y hogueras “calientes”, ¿cual es la Huella de Carbono de nuestro país?. La directora del Centro en Cambio Climático de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona y profesora de Geografía e Historia por la Universidad de Barcelona Manola Brunet India como presidenta del Grupo de Expertos en Vigilancia y Análisis Climático Organización Metereológica Mundial (OMM) dependiente de Naciones Unidas, anuncia que: “Durante el siglo XX, España se ha calentado el doble que el resto del planeta, y en los últimos 30 años el triple”. Fenómenos conocidos como la ciclogénesis explosiva del Cantábrico y las grandes nevadas de Barcelona los considera acontecimientos metereológicos extremos asociados a ello. Señala como causa el exceso de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y como solución reducir las emisiones.
La ministra de Medio Ambiente anuncia que atrapar el CO2 y confinar bajo tierra con un gasto económico gigantesco, es la solución para reducir los niveles de emisión exigidos por la UE; esconderlos bajo la alfombra con tal de no renunciar al consumo… luego cuando salten las alarmas por las consecuencias de nuevo a gastar otro dineral en tratar de repararlas. Y así entre roto descosido y remiendo se desarrolla la economía de un sistema que hace aguas (o humo) por todas partes, pero se empeñan en sostenerlo.
Decrecer y desaprender menciono mas arriba, el tercero inseparable es renunciar; este duele, también un parto….. pero a partir de él viene el fruto.
Rafael Carrasco, lo que sí merece destacar y nadie lo hace, es que Usúrbil desde hace un año, la cantidad de orgánico fermentable que envía al vertedero es CERO. Oiartzun a partir del 5 de mayo y Hernani a partir del 9 de mayo, también CERO, merced a un (mediáticamente ignorado, institucionalmente desprestigiado, pero medioambientalmente acertado) sistema de recogida selectiva portal a portal; poblaciones insumisas al Consorcio de Residuos de Gipúzkoa, siendo esta la razón de la “ofensiva” mediática de este organismo público y necesidad de ese marketing “verde”….triste pero real como la vida.
Un pequeño inciso antes de abordar otro detalle de esa “ofensiva”. Aclaro tres conceptos técnicos de nomenclatura: La buena práctica domiciliaria que se dice reciclar se denomina SEPARAR. Lo que se recoge en contenedores selectivos de la calle y se dice reciclar se denomina RECUPERAR. Propiamente RECICLAR sólo se puede hacer en una planta industrial competencia de la administración.
La primera depende de la voluntad ciudadana; la tercera de la voluntad de los políticos y la segunda de ambos. Se puede separar y recuperar mucho, pero reciclar poco (al contrario jamás); ocurre con neumáticos fuera de uso NFU que se recupera mucho y recicla poco, pues son buen combustible para hornos de cementeras o incineradoras. Así cuando toca publicar datos y estos no favorecen, a veces “se confunden” para confundir como dice Alfonso del Val, y nos dan como cifra de reciclado lo que es de recuperado.
El 10 de abril el Diario Vasco perteneciente al grupo Vocento, encabezaba una página con el titular: “Gipúzkoa supera a la UE en reciclaje” y lo subtitula: El territorio recupera el 39% de la basura, frente al 23% de media europea. Aquí ya se está hablando de dos conceptos diferentes para un mismo enfoque. De otra parte esa media europea del 23% es muy baja porque incluye países del este que hace poco han puesto contenedores en la calle; siendo España el tercer PIB de Europa, la comparación válida es con países del mismo nivel de desarrollo, y ahí no llegamos a la mitad. Quizás el enfoque mediático le sirva al articulista Fernando Segura y a esa mayoría de ciudadanos que sólo leen el titular. La media de reciclado en España es 14% de lo recuperado y la de Gipúzkoa ronda el 20% global, aunque en vidrio y papel-cartón está muy encima de la media del estado, reciclando el 62 y 64% de lo recuperado, pero el bajo nivel de recogida orgánica le resta mucho a nuestra nota media.
Acostumbrados a informaciones de este estilo, la propaganda institucional y falta de información objetiva, “barren” en todos los macroproyectos (tren de alta velocidad, macroincineradora de Zubieta, superpuerto de Pasaia, etc.). A quienes de una manera u otra tratamos de contrarrestar en particular en temas que afectan a la salud y medioambiente como la incineradora de Zubieta, los ciudadanos nos sitúan en órbitas surrealistas, cuando no se trata de una oposición frontal sistemática, sino una llamada a minimizar al máximo los impactos y en este caso a unas buenas prácticas de recogida, para verter o incinerar sólo lo indispensable. No hacemos mas que recordar a los políticos de la Diputación y ayuntamiento de Donostia, que también son europeos y que el Acuerdo Marco Europeo prioriza la valorización material (reciclado-compostaje) en contraposición a la valorización energética por incineración….. nada mas.
Rafael Carrasco, todo esto nos cuesta mucho esfuerzo por falta de cauces democráticos de participación ciudadana, falta de medios económicos y cerrazón de los medios de comunicación. No trato de enmendarle la plana, pero hágase cargo de que una parte grande de nuestro trabajo en años puede quedar muy resentida por un solo “plumazo” en una revista como Integral; decepciona que también una revista especializada en medioambiente destaca lo contrario de lo que percibimos en la realidad. En su artículo destacaba la cantidad de materia orgánica que recogen en el quinto contenedor entre las tres plantas del mercado de las Ventas en Madrid, y lo minimiza al compararlo con lo recogido a gran escala con el quinto contenedor en las seis poblaciones mencionadas de Gipúzkoa…“gran escala” que no representa ni un 13% del total generado.
En Zumárraga ya han implantado quinto contenedor en todas las calles; en breve lo hará Urnieta. Así hoy ya se pueden comparar los datos en cantidad y calidad de recogida en el quinto contenedor con los de recogida portal a portal de Usurbil; dentro de unos meses con los de Oiartzun y Hernani. Anticipar que los mejores datos conocidos de recogida de orgánicos con el quinto contenedor son del 36% del total generado; en Usurbil con el puerta a puerta recogen el 100% de materia orgánica y la fracción resto de inorgánica destinada a vertedero no supera el 20% del total generado. El resto de Gipúzkoa destina a vertedero el 80% del total generado siendo casi la mitad (44%) materia orgánica. Otro aspecto muy importante es la calidad del compost obtenida derivada del porcentaje de elementos impropios que contiene lo recogido con uno y otro sistema. ¿Conoceremos algún día estos datos comparativos?.
Si algún periodista, especialista en medioambiente o interesado en el puerta a puerta, quiere acercarse a estas nuevas fuentes, sean bienvenidos pues hay mucho y bueno que descubrir. Recibirán toda la atención de los adultos y el cariño de los niños. Les estaremos agradecidos, pues sería el mejor premio a nuestro esfuerzo a favor de reciclar empezando por las ideas y una muestra de solidaridad con los que están por llegar a la cola del “bufé”.




















