El Gobierno de la Comunidad Autonómica de Cantabria cuenta con un innovador sistema de seguimiento del proceso del reciclaje, desde los puntos de recogida de los residuos (los denominados puntos limpios) hasta el reciclado efectivo de los mismos. Un sistema que lleva funcionando cuatro años en esa Comunidad y que a la postre ha sido el germen para la creación del Proyecto WEEE-Trace, seleccionado por la EACI (Agencia Europea para la Competitividad e Innovación).
El sistema cántabro está basado en una red de comunicaciones centralizadas y de seguridad que permiten que, desde un único puesto de control, se pueda supervisar y gestionar el correcto funcionamiento de los mismos. Los objetivos y los logros son claros; se comparten recursos, se reducen los tiempos en los procesos, y aumenta la seguridad. Disponen de él en más de 20 puntos limpios y están trabajando en el próximo establecimiento de otros dos nuevos.
La iniciativa del Gobierno cántabro
Mare es una empresa pública radicada en la Comunidad Autónoma de Cantabria, pertenece al Gobierno cántabro y está adscrita a la Consejería de Medio Ambiente. Entre sus instalaciones, cuenta con 40 puntos limpios repartidos por todo el territorio cántabro donde particulares y empresas pueden depositar los residuos sólidos.
Mare tenía un problema, muy común y repetido en muchas otras Comunidades Autónomas, la lejanía de los puntos limpios de los centros urbanos. Una localización dispersa y alejada que dificulta el control y la gestión de los mismos y que conlleva disfunciones colaterales, como los robos para hacerse con los residuos, algunos con componentes (cobre, oro, paladio, etc.) muy valorados en los mercados paralelos.
Con este problemática, la empresa pública se puso en contacto con MCCTELECOM, empresa especializada en Tecnología de la Información y Comunicaciones. Ellos fueron los responsables de crear un sistema capaz de supervisar y gestionar de forma centralizada desde un único puesto de control el funcionamiento de los puntos limpios, detectando el tipo de residuo desde que entra en el punto limpio, analizándolo e, inmediatamente, incorporando esta información a una base de datos.
Además, el sistema dispone de cámaras de seguridad, circuitos cerrados de televisión y vigilancia remota que incluso permite la entrada controlada a distancia (mediante interfono o tarjeta) a ciudadanos y empresas que vayan a depositar residuos.
Todo ello garantiza la seguridad para los empleados (posibles robos) y claras ventajas para los ciudadanos, como la ampliación de los horarios de apertura (en algunos casos permanecen abiertos desde las siete de mañana hasta las nueve de la noche). Además, permite la valorización óptima de los residuos con una mayor recuperación de materias primas y contribuye de forma mucho más eficiente al objetivo final, que no es otro que preservar lo mejor posible el medio ambiente.
El Proyecto WEEE-Trace
En 2010 es cuando el «padre» tecnológico de este invento, MCCTELECOM, une su trabajo a la Fundación Ecolec, el sistema integrado de gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos. Crean el Proyecto WEEE-Trace con el que se pretende controlar de una forma más efectiva los residuos, desde su origen hasta su reciclado, incrementando la cantidad de residuos gestionados, cumpliendo con todas las exigencias legales y medioambientales y evitando fugas de los mismos a circuitos no controlados (chatarrerías, exportaciones ilegales, etcétera).
Un proyecto tecnológicamente muy avanzado que dispone de grabación por vídeo del residuo, con arcos de seguridad que permiten el reconocimiento del deshecho a la entrada de los puntos limpios, pistolas para la lectura de los códigos de barras de las cajas que contienen los residuos y que, en última instancia, persigue evitar las pérdidas fraudulentas (exportación, robo, etcétera) del material.
Presentan su propuesta a la convocatoria Eco-Innovación de la EACI (Agencia Europea para la Competitividad e Innovación), a la que concurrían otros 287 proyectos, y en 2011 resulta ser uno de los 42 seleccionados. Para las autoridades europeas el WEEE-Trace destacaba con mucho por la calidad de su propuesta, su replicabilidad, impacto en el mercado (medioambiental) y valor añadido.
El proyecto WEEE-Trace, con una duración estimada de 36 meses, cuenta con un presupuesto de 2,3 millones de euros. La mitad conseguida por la subvención europea y el 50% restante por las aportaciones de los fabricantes adheridos a la Fundación Ecolec. Está ahora mismo en la fase inicial de ejecución, concretamente en la definición del piloto. Participan todos los elementos de la cadena, desde fabricantes como Fagor, el sector de la distribución con Carrefour que hará las funciones de observador, operadores logísticos, el sistema integrado de gestión de la República Checa, ASEKOL, también interesado en el uso de estas tecnologías avanzadas en sus operaciones, y plantas de tratamiento.
El piloto se llevará a cabo en el País Vasco, Cantabria y Navarra, tendrá una duración aproximada de ocho meses y la intención es implantarlo en más de 250 puntos de la cadena de gestión de residuos que da cobertura a toda España.
Para José Ramón Carbajosa, director general de la Fundación Ecolec, no cabe duda: «En España estimamos que las fugas ilegales de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos oscilan entre un 60% y un 80%, un problema común en el resto de Europa. Por eso es necesario implementar sistemas que permitan un riguroso control del residuo. Estudiamos el sistema pionero de la Comunidad Cántabra y fue cuando decidimos buscar un sistema parecido para el resto del país, el WEEE-Trace, y llevar nuestra propuesta a Europa».
Para más información, www.weee-forum.org




















