España tiene mucho que decir en materia de desalación de aguas donde es líder mundial gracias a su capacidad de 800 plantas desaladoras y una capacidad diaria por encima de los 5 millones de metros cúbicos.
Datos que ha aportado la Asociación Española de Desalación y Reutilización (AEDyR) que recuerda que España «también lidera el panorama europeo» en cuanto a reutilización de aguas regeneradas, con una tasa de entre el 10 y el 12 %, «muy por encima de la media de la UE (entre el 2 y el 3 %)».
Además de dar voz a esta información, desde la organización piden avanzar hacia un Pacto Nacional del Agua que incorpore algunas soluciones tecnológicas como «recursos estructurales» y crear así un modelo de gobernanza basado en criterios técnicos, eficiencia y sostenibilidad.
La desalación de agua mundial tiene acento español
Con más de 800 plantas desaladoras y una capacidad diaria superior a 5 millones de metros cúbicos España es «líder internacional en desalación tanto por capacidad instalada como por experiencia tecnológica» y se ubica en el cuarto puesto a nivel mundial, por detrás de Arabia Saudí, EEUU y Emiratos Árabes.
Así lo afirma la Asociación Española de Desalación y Reutilización (AEDyR) que agrupa a empresas y profesionales del sector en un comunicado facilitado este jueves en el que añade que «también lidera el panorama europeo» en cuanto a reutilización de aguas regeneradas, con una tasa de entre el 10 y el 12 %, «muy por encima de la media de la UE (entre el 2 y el 3 %)».
Algunas regiones como Murcia reutilizan más del 90 % depurada y son «ejemplo de adaptación técnica frente a la escasez» y una muestra de «la capacidad del país para maximizar la eficiencia del ciclo del agua», según AEDyR.
En el mismo comunicado se recoge la reciente petición de la presidenta de esta organización, Belén Gutiérrez, de avanzar hacia un Pacto Nacional del Agua que incorpore estas soluciones tecnológicas como «recursos estructurales» y crear así un modelo de gobernanza basado en criterios técnicos, eficiencia y sostenibilidad.
Gutiérrez ha denunciado que “la fragmentación actual de competencias entre Administraciones limita una gestión eficaz del recurso” y ha reclamado que estas tecnologías no sean ligadas a ideologías concretas porque «la desalación no es de izquierdas ni de derechas» sino «una solución técnica frente a un problema real».
«Necesitamos una cultura del agua basada en ciencia, no en ideología”, ha insistido, porque «la desalación y la reutilización ya no son recursos alternativos» sino herramientas disponibles en el nuevo modelo hídrico español y «perfectamente complementarias a los recursos naturales”.
Desafío global en materia de desalación de aguas
AEDyR ha advertido de que el agua será uno de los grandes retos globales de los próximos decenios, pues según los análisis de varios organismos internacionales en 2030 el 40% de la población mundial podría no tener acceso suficiente a este recurso. Por esta razón, Gutiérrez ha subrayado que las tecnologías del agua tendrán un papel estratégico para «la seguridad hídrica, la cohesión territorial y la competitividad agrícola e industrial», además de garantizar una gestión hídrica sostenible.
La primera planta de desalación en España se construyó en Lanzarote en 1964 y la tecnología ha mejorado tanto desde entonces que, según AEDyR, el consumo energético de las plantas se ha reducido en más de un 90 %, lo que ha repercutido en los costes de producción de agua desalada que se sitúa entre 0,5 y 1 euro por metro cúbico. EFE / ECOticias.com