La concejal de Ciutat Vella, Gala Pin, ha explicado que el plan quiere crear un modelo de movilidad que mejore la calidad de vida de los vecinos y facilite los desplazamientos de peatones y visitantes
El Ayuntamiento de Barcelona trabaja en el primer Plan de Movilidad de Ciutat Vella 2018-2023 con el objetivo de reducir un 20% el uso del coche en el distrito manteniendo los desplazamientos totales actuales, sobre todo el tráfico ‘de paso’, que actualmente representa el 50%.
La concejal de Ciutat Vella, Gala Pin, ha explicado que el plan quiere crear un modelo de movilidad que mejore la calidad de vida de los vecinos y facilite los desplazamientos de peatones y visitantes, además de las personas más vulnerables y con movilidad reducida, sin descuidar el abastecimiento de comercios.
Pin ha dicho que la propuesta parte de la gestión del espacio en función de franjas horarias y modos de transporte, así como el uso de nuevas tecnologías para ordenar y optimizar la movilidad y liberar espacio público, por lo que se compone de cuatro franjas horarias: mañana, mediodía, tarde y noche.
Por la mañana, el consistorio quiere priorizar el acceso a las escuelas y desplazamientos laborales; al mediodía, se facilitará el trabajo de distribución de mercancías; por la tarde, se preservarán los desplazamientos de vecinos, la recogida de las escuelas, y por la noche, se flexibilizará el acceso a las viviendas.
Menos vehículos
El consistorio prevé controlar el acceso en función de vehículos de paso o finalistas –vecinos, servicios autorizados y aparcamientos– y en función de los niveles de contaminación de los vehículos, por lo que se fomentarán los vehículos compartidos eléctricos en el distrito.
Pin ha afirmado que se quiere reducir un 30% los vehículos que acceden diariamente a Ciutat Vella, y que actualmente son cerca de 137.000; disminuir hasta el 30% el tráfico de paso en 2021 –que cruza el distrito para ir a otros puntos fuera de éste–, y que actualmente alcanza el 50%.
Para ello, se incentivará un sistema de carga y descarga más sostenible; se doblará el número de paquetes distribuidos en CargoBikes, y se habilitarán nuevas consignas en el distrito, además de evitar que los coches y motos particulares no residentes crucen el distrito, por lo que se les obligará a utilizar las calles perimetrales.
Actualmente, el Ayuntamiento cifra en 600.000 los desplazamientos diarios a pie en Ciutat Vella, y el plan prevé reducir un 20% los tramos que presentan «peores niveles de confort» para los peatones e incrementar un 10% las zonas específicas para ellos, pasando de 27,50 hectáreas a 30,35 en 2023.
La edil también ha destacado que el plan fomentará el aparcamiento subterráneo para mejorar el espacio para los peatones y reducir los recorridos en el interior del distrito, lo que implicaría traspasar un 20% de los aparcamientos de motos de la calzada a los aparcamientos –pasar de 3.000 a 2.460 aparcamientos–.
Movilidad en bici
El Gobierno municipal también plantea que la bici se convierta en el modo de transporte principal del distrito con la mejora de los itinerarios, de los aparcamientos y puntos Bicing, la instalación de talleres y nueva señalización, y el desarrollo de campañas de concienciación para mejorar su uso.
En este sentido, el plan quiere duplicar la red de los 7,7 kilómetros actuales a los 15; habilitar unos ocho kilómetros de itinerarios ciclistas; incrementar un 35% los aparcamientos en la calle –de los 444 de 2018 a los 599 al finalizar la iniciativa–, y el incremento de un 5% de las estaciones de Bicing.
También se definirá una estrategia para los Vehículos de Movilidad Personal (VMP) para evitar su uso en zonas de máxima concentración de peatones y evitar infracciones, además de ampliar y mejorar la cobertura del bus del barrio e instalar nuevas paradas más pequeñas de autocar.