Llama la atención igualmente sobre la necesidad de ser cuidadosos con el gasto energético, apostar por el ecoturismo y el voluntariado ambiental, movernos de forma sostenible (caminando o en bicicleta) y optar por el transporte público cuando no hay otra alternativa.
La Sociedad edita un sencillo manual con doce consejos básicos para seguir contribuyendo al cuidado del medio ambiente durante la época estival. Anima a practicar las tres erres (reducir, reutilizar y reciclar), a disminuir el desperdicio alimentario, a revisar armarios y donar la ropa que ya no se usa, y a prescindir de objetos materiales a la hora de regalar, optando por agasajar a nuestros allegados con buenos recuerdos y jornadas en familia.
Llama la atención igualmente sobre la necesidad de ser cuidadosos con el gasto energético, apostar por el ecoturismo y el voluntariado ambiental, movernos de forma sostenible (caminando o en bicicleta) y optar por el transporte público cuando no hay otra alternativa. Recargar pilas y llenar nuestra mente de buenas vibraciones para retomar el próximo curso con sostenibilidad reforzada, constituye su recomendación estrella.
Llega el verano. Vacaciones y jornadas en la playa, el campo o la ciudad. Una época necesaria para descansar y desconectar del trabajo y la rutina diaria, pero no del medio ambiente y de la correcta gestión de los residuos. Es por ello que Sogama ha lanzado un sencillo manual con doce consejos básicos para que el verano sea redondo e incluso propicio para reforzar nuestra responsabilidad con la protección del entorno.
La Sociedad pública recomienda cerrar el círculo y seguir aplicando con disciplina y ahínco el principio de las tres erres. Porque lo cierto es que la cantidad de residuos, lejos de aminorarse, se dispara en muchos casos debido a las múltiples fiestas y celebraciones estivales. Reducir, Reutilizar y Reciclar constituyen, por tanto, tres palabras y tres gestos que deben acompañarnos allá donde vayamos.
Consumir de forma responsable, aprovechar al máximo los productos y separar los desechos por tipologías, depositando cada material en el contenedor correspondiente, se erigen en comportamientos esenciales si queremos actuar con responsabilidad. Y si no tenemos contenedores a mano, lo correcto es guardar la basura hasta que encontremos un lugar adecuado en el que depositarla, intensificando así nuestra lucha contra el abandono de residuos.
El picnic, siempre reutilizable. Nada de platos, vasos o cubiertos plásticos de un solo uso, debiendo descartar igualmente servilletas y manteles de papel. Alimentos saludables y utensilios reutilizables. La combinación perfecta para disfrutar de nuestra comida al aire libre.
Disminuir el desperdicio alimentario se convierte en otra regla que no debemos olvidar. “Comer sí, tirar no”, campaña que Sogama impulsó el pasado mes de mayo, cobra ahora fuerza en las grandes citas gastronómicas que nos esperan este verano. Conviene recordar que un tercio de la comida que se produce en el mundo acaba desperdiciada, cantidad con la que se podría nutrir a 2.000 millones de personas. Comprar sólo lo necesario, ajustar las raciones al número de comensales, diferenciar entre fecha de caducidad y fecha de consumo preferente y aprovechar las sobras, son los cuatro mandamientos que nos serán de gran ayuda.
También el verano es buen momento para revisar nuestro ropero y recuperar esas estupendas prendas que habían quedado en el olvido. Con un par de toques estratégicos, se pueden actualizar y, si no se van a usar, mejor donarlas para propiciar su reutilización y/o reciclado.
Ecoturismo, voluntariado y bicicleta
Para los que aún no han decidido dónde pasar sus vacaciones, el ecoturismo representa una alternativa muy acertada. Recrearse con las maravillas que nos ofrecen los entornos naturales, cuidarlos y divulgar su conservación puede ser altamente gratificante. En este sentido, apuntarse al voluntariado ambiental puede resultar igualmente reconfortante, toda vez que podremos conocer lugares estupendos, gente nueva y dejar un buen legado.
También debemos ser cuidadosos con el gasto energético. Regular los termostatos, no dejar la nevera abierta, lavar con agua fría, tender la ropa al sol, desconectar los electrodomésticos cuando no estén funcionando y utilizar las luces sólo cuando resulte imprescindible, para desplazarnos, caminar o movernos en bicicleta. Ecológico, cero emisiones y saludable. Y cuando no tengamos otra opción que recurrir al transporte motorizado, mejor el público.
Olvidemos obsequios materiales a la hora de hacer regalos. Entradas para un espectáculo, el cine, el teatro pueden ser una buena opción o, mejor, una jornada de ocio con nuestra familia. El mejor recuerdo, aprovechemos también este verano para recargar las pilas y llenar nuestra mente de buenas vibraciones, retomando el próximo curso con sostenibilidad reforzada.