Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, el informe alude a una mayor concienciación y un progresivo incremento de prácticas sostenibles en relación a los boques.
Los bosques resultan claves para garantizar la sostenibilidad futura del planeta. Así se recoge en la última edición del informe “El estado de los bosques del mundo 2018” (SOFO en inglés), donde se asegura que bosques y árboles desempeñan un papel fundamental en la seguridad alimentaria, el agua potable, las energías renovables y las economías rurales, proporcionando cerca del 20% de los ingresos en los hogares de los países en vías de desarrollo, así como combustible con el que cocinar y calentarse para 1 de cada 3 personas en el mundo.
En este marco, resulta evidente que los bosques son esenciales para alcanzar los objetivos de la Agenda 2030 por su contribución a la lucha contra el cambio climático y la conservación de la biodiversidad, sin olvidar la reducción de las desigualdades, la seguridad en el suministro de agua potable y la mejora de los hábitats urbanos. De ahí la imperiosa necesidad de detener la deforestación, gestionar los bosques de forma sostenible, restaurar aquéllos que se encuentren degradados y aumentar la cobertura arbórea.
Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, el informe alude a una mayor concienciación y un progresivo incremento de prácticas sostenibles en relación a los boques. Y, como ejemplo, el mayor reciclaje de papel, que supera el 56%, frente a menos de una cuarta parte en 1970, con la particularidad de que el uso de materiales descartados para fabricar paneles de madera para la construcción ha permitido que la producción crezca cuatro veces más rápido que las necesidades de madera nueva en las últimas dos décadas.
Alimentos e ingresos
Pero, más allá de proporcionar madera, lo cierto es que 1 de cada 5 personas en todo el mundo obtiene ingresos y alimentos a partir de productos forestales no madereros, extremo de especial relevancia para cerca de 250 millones de personas –sobre todo en África y Asia- entre ellas alrededor del 40% de los que padecen pobreza extrema en las zonas rurales, que viven en bosques y sabanas.
Los estudios evidencian que un gran número de familias en las zonas tropicales recolectan alimentos forestales para su propio consumo, obteniendo en muchos casos más ingresos de lo que produce la agricultura o la cría de ganado. Incluso en la propia Europa, 1 de cada 4 personas recolecta alimentos directamente de los bosques -incluyendo frutas y bayas- y el 90% de la población europea compra este tipo de productos.
Se estima que el sector forestal crea más de 45 millones de empleos y unos 580.000 millones de dólares estadounidenses anuales en rentas del trabajo, teniendo en cuenta que se trata de un sector en gran parte informal.
Agua y energía
Según el informe SOFO, la gestión forestal sostenible resulta esencial para satisfacer las necesidades mundiales de agua y energía.
Grandes ciudades -como Viena, Tokio, Johannesburgo y Bogotá- obtienen importantes cantidades de agua potable de bosques protegidos. A su vez, y conforme a los datos del Servicio Forestal estadounidense, 180 millones de personas en EEUU dependen de los bosques para su abastecimiento de agua potable.
Si bien es cierto que muchas de las principales cuencas hidrográficas del mundo han perdido la cobertura arbórea, el estudio alude a un incremento mundial en los últimos 25 años en las áreas forestales que ahora se destinan a la conservación del suelo y el agua.
El combustible de madera representa una parte del suministro de energía renovable del mundo similar a la energía solar, hidroeléctrica y eólica combinadas, y cubre más de la mitad de los requisitos nacionales de suministro de energía primaria en 29 países, la mayoría de ellos en África subsahariana.