Tras una increĆble puesta en escena de la Copa del Mundo 2018 en Rusia en cuanto a sostenibilidad del proyecto, Qatar espera superar en 2022 este evento con una mejora sustancial sobre el impacto.
La Copa del Mundo 2018 en Rusia ha sido un nuevo paso hacia la sostenibilidad por parte del fĆŗtbol. Los 12 estadios en que se disputaron todos los partidos de dicho torneo poseĆan el certificado verde de LEED y de BREEAM. De esta manera, gracias a una excelente preparaciĆ³n y organizaciĆ³n, el impacto de la construcciĆ³n de nuevos campos, asĆ como de la contaminaciĆ³n que estos tienen cuando estĆ”n en uso, se consiguiĆ³ reducir bastante con respecto a Brasil 2014.
Por esa razĆ³n, el objetivo que la instituciĆ³n de fĆŗtbol mĆ”s importante del mundo le ha puesto a Qatar 2022 es que mantenga esa lĆnea de crecimiento y consiga un campeonato aĆŗn mĆ”s ecolĆ³gico y sostenible que el que ha presentado Rusia. No serĆ” nada fĆ”cil pero por ello se da tanto tiempo, para que los paĆses puedan disponer de muchos aƱos para alcanzar la excelencia en todos los Ć”mbitos de la organizaciĆ³n.
Para ello, Qatar, que apenas disponĆa de instalaciones aptas de fĆŗtbol en su paĆs cuando fue elegida, ha tenido que ir construyendo campos totalmente limpios, que aprovechan pola enorme energĆa solar que tienen para ser energĆ©ticamente sostenibles. Pero estas medidas ya se tomaron en Rusia, por lo que los asiĆ”ticos han tenido que seguir buscando nuevos modelos que les permitan mejorar la Copa del Mundo 2018 para el 2022, su fecha de presentaciĆ³n.
Una de las posibilidades que han encontrado ha sido la de construir estadios desmontables. Una empresa espaƱola trabaja en dicho proyecto y estĆ” en proceso de crear el primer campo de fĆŗtbol que se puede poner y quitar en relativamente poco tiempo. Todo ello con una capacidad de aproximadamente 40.000 espectadores, lo cual cubrirĆalas exigencias del evento de manera correcta, para que los aficionados al fĆŗtbol puedan seguir los pronĆ³sticos sobre sus selecciones.
Sin duda, una soluciĆ³n impresionante que podrĆa crear un precedente muy importante en dicho deporte. La idea es que en muchas ocasiones, las sedes se ven forzadas a tener que construir mĆ”s estadios de los que realmente necesitan en ese paĆs, lo que lleva a que despuĆ©s estos se abandonen o supongan un gasto, y por lo tanto un problema, para las ciudades que los poseen.
Un impacto innecesario con esta alternativa planteada, que busca la sostenibilidad absoluta ya que tras la finalizaciĆ³n de la Copa del Mundo, Qatar se podrĆa deshacer de ese edificio vendiĆ©ndolo a otro paĆs que necesitara construir de manera rĆ”pida un campo de fĆŗtbol.
AdemĆ”s, el proyecto se llevarĆa a cabo con materiales reutilizados, pues toda la cubierta de este serĆa construida a base de contenedores de transporte marĆtimo, un elemento muy fĆ”cil de llevar y de adquirir y al que se le darĆa un nuevo uso.
Estas medidas, ademĆ”s de las nuevas que puedan seguir surgiendo hasta el 2022, hacen de Qatar una gran esperanza para que el fĆŗtbol encuentre la sostenibilidad que necesita, dando ejemplo a otros deportes de cĆ³mo se pueden encontrar soluciones a problemas tan gordos como la contaminaciĆ³n o el impacto medioambiental que implican sus instalaciones.