Elena Espinosa ha subrayado que España,- que ocupa en estos momentos un puesto en la troika de la Presidencia Europea,- está desarrollando un amplio abanico de negociaciones para que en el seno de la UE se pueda adoptar una posición común en la próxima Cumbre de Copenhague con vistas a conseguir un acuerdo ambicioso, efectivo y global. Asimismo ha calificado como muy positivo el papel activo que ha ejercido España, junto con la Presidencia de Suecia y la Comisión Europea, en el contexto no sólo comunitario sino de ámbito multilateral, como en la reciente reunión celebrada en Barcelona, en la que, según ha señalado la ministra se consiguieron avances significativos en cuestiones de adaptación al cambio climático, cooperación tecnológica, reducción de emisiones por deforestación en países en desarrollo y mecanismos para distribución de los fondos.
En su intervención la ministra Espinosa ha reiterado el compromiso de España de reducir sus emisiones en un 80% en 2050, lo que se enmarca en el propósito unilateral de la UE de que los países industrializados reduzcan entre un 80 y un 95% sus emisiones en ese escenario. Esto supone una apuesta hacia una economía neutra en carbono para dejar espacio a una evolución razonable de las emisiones de los países en desarrollo.
Para la ministra los grandes retos de la Presidencia de la Unión Europea que ejercerá España durante el primer semestre de 2010, serán poner en marcha el Tratado de Lisboa y desarrollar los compromisos que se alcancen en la Cumbre del Clima de Copenhague y por eso el Gobierno ya viene impulsando una política proactiva y liderazgo constructivo para alcanzar un acuerdo global al más alto nivel que contenga los elementos clave del futuro régimen post-2012 y que dé credibilidad al proceso.
La transición hacia un nuevo modelo económico que favorezca la sostenibilidad ambiental deberá orientarse, según Elena Espinosa, a moderar el impacto social de las medidas de reducción de gases de efecto invernadero así como de las medidas de adaptación al cambio climático. La ministra destacó que esta transición no debe perjudicar a las poblaciones de los países en desarrollo y, en este sentido, reiteró el compromiso del Gobierno de fomentar un desarrollo sostenible en las poblaciones más vulnerables a las crisis económicas y ambientales.
Por último la Ministra ha indicado que con vistas a Copenhague, es imprescindible un acuerdo global basado en los principios de equidad, integridad ambiental y flexibilidad para que este cambio de modelo se realice de una manera justa y solidaria para todos.
MARM