En este contexto, el departamento de Medio Ambiente de la Generalitat de Cataluña acaba de presentar una propuesta de Estrategia para el Desarrollo Sostenible de Cataluña, una «estrategia de país, impulsada con visión transversal» que, según explicó el conseller Francesc Baltasar, «pretende convertirse en la hoja de ruta hacia una economía ecoeficiente, basada en la minimización del consumo de recursos y los impactos sobre el medio».
El lenguaje de los números
Al igual que el informe Stern logró cuantificar económicamente el impacto del cambio climático, captando así la atención de aquellos que sólo entienden el lenguaje de los números, la Estrategia para el Desarrollo Sostenible de Cataluña presenta como principal novedad un cálculo de externalidades del modelo productivo catalán, es decir, el coste ambiental que estamos pagando por el actual modelo socioeconómico. Y los números son claros: con datos del 2008, las externalidades negativas del modelo productivo catalán alcanzan los 7.900 millones de euros, un 4% del PIB catalán.
Según quiso remarcar el Director General de Políticas Ambientales, Frederic Ximeno, este es sólo «un cálculo conservador, una primera aproximación», pero muy significativa para entender la necesidad de integrar la sostenibilidad también en la economía. Si no hacemos nada, si seguimos como hasta ahora, las externalidades aumentarán en 2026 hasta los 11.7000 millones de euros. Por el contrario, alcanzando los objetivos que marca la Estrategia, estas externalidades negativas se verían reducidas a 6.300 millones de euros (un 2,3% del PIB estimado en 2026).
90 objetivos en 7 ejes
A través de un intenso proceso de participación articulado a través del portal www.2026.cat, se han establecido 7 ejes estratégicos para un nuevo modelo sostenible: territorio, energía y clima, movilidad, ecoeficiencia, consumo responsable, equidad, y gobernanza. Dentro de estos ejes se han establecido hasta 90 objetivos, 42 de los cuales cuantificados. Según Ximeno, la cuantificación de los objetivos es otro de los elementos destacados de la Estrategia, ya que ayudará a guiar la acción del gobierno catalán y evaluar su grado de cumplimiento.
Algunos ejemplos de estos objetivos son:
– Alcanzar un peso de la rehabilitación y el mantenimiento de edificios del 47% respecto del total de la edificación (13% más que el año 2002).
– Reducir un 20% la tasa actual de generación de residuos comerciales y un 23% la generación de residuos domésticos actuales (1,26 kg/hab. por día en 2008).
– Alcanzar un 12% de superficie agrícola de cultivos ecológicos (4% en 2008).
– Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de los sectores difusos un 25,5% respecto de 2005.
– Multiplicar entre cinco y ocho la significación actual de las renovables (3,6% en 2007) y por casi seis el consumo de energía procedente de la biomasa.
– Lograr una penetración entre un 25 y un 30% de vehículos eléctricos.
El proceso participativo iniciado para desarrollar la Estrategia aún no ha finalizado, y hasta el próximo 25 de marzo todavía se recogerán opiniones y aportaciones sobre este documento a través del portal www.2026.cat. A partir de entonces el documento sí quedará cerrado y listo para su aprobación por parte del Gobierno catalán a finales de abril.


















