Mediante esta acción, en la que han participado activistas de España, Sudáfrica, Brasil y China, la organización ecologista resalta la gran influencia conseguida por este grupo de grandes potencias emergentes mundiales en Copenhague y les emplaza a ocupar el liderazgo en el camino hacia la cumbre de Naciones Unidas que se celebrará a finales de 2010 en Cancún, México.
“El mundo necesita ver a estos países ocupando el liderazgo que la Unión Europea y Estados Unidos no ejercen en la lucha contra el cambio climático, la mayor amenaza a la que se enfrenta la humanidad”, ha declarado Themba Linden, responsable político de Greenpeace en Sudáfrica. “Estas potencias emergentes demostraron su influencia en Copenhague y conocen de primera mano los peores impactos del cambio climático. Ellos pueden y deben desbloquear las negociaciones climáticas internacionales y aprovechar la reunión en Ciudad del Cabo para hacer un llamamiento claro e inequívoco por un acuerdo justo, ambicioso y legalmente vinculante”.
Greenpeace pide a estos países que en esta reunión en Ciudad del Cabo:
* Establezcan un marco en el que se detalle cómo se hará llegar el apoyo financiero y tecnológico a los países más vulnerables para que aborden con éxito la lucha contra el cambio climático.
* Acuerden un plan que ayude a restablecer la confianza perdida en las negociaciones climáticas internacionales y a trabajar en colaboración con otros países en desarrollo y desarrollados para desarticular los mayores bloques de oposición en las negociaciones.
* Indiquen cómo puede salvarse el llamado “gigatonne gap”, la diferencia entre los compromisos de reducción de emisiones que se han presentado y los compromisos que, según la ciencia, son necesarios para mantener el aumento de temperatura global por debajo de los 2°C.
* Se comprometan a asegurar que el resultado final de las negociaciones internacionales será “legalmente vinculante”.
* Se aseguren que los 30.000 millones de dólares a los que se refiere el Acuerdo de Copenhague, en términos de apoyo financiero inicial a los países más vulnerables, se hagan efectivos con la mayor brevedad para asegurar el inicio de las acciones destinadas a detener la deforestación, reducir el ritmo de crecimiento de emisiones y adaptarse a aquellos impactos del cambio climático que ya son inevitables en estos países.