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miércoles, marzo 22, 2023

Economía verde que te quiero verde…verde dólar

En 1992, la OMS introduce “la armonía con el medio ambiente” en su definición de Salud. Tal y como he comentado en el  post anterior, la salud condiciona el progreso y desarrollo del país, de modo que podríamos concluir que ambos términos (medio ambiente y progreso) están estrechamente interrelacionados. 

Pero necesitamos respuestas. Respuestas a los nuevos desafíos emergentes que han surgido en las últimas décadas. Cambio climático, pérdida de diversidad biológica, agotamiento de la capa de ozono… Las cuestiones de medio ambiente tienen una dimensión global. Por lo que hay que dar respuestas globales. Cada país debe olvidar su soberanía e intereses por un momento y centrarse en garantizar un destino común más ecológico para el planeta en su conjunto. 

Una de las propuestas a debate es la economía verde o ecológica, lanzada a finales de 2008 por las Naciones Unidas y su Programa para el Medio Ambiente (PNUMA), defendida sobre todo por los países desarrollados. Para resumir, digamos que la economía verde es una ciencia que gestiona el desarrollo económico sostenible estudiando las relaciones entre economía y entorno natural. En principio todo suena correcto.

Defienden también que gracias a la economía ecológica se crea empleo en actividades “verdes” lo que contribuye al desarrollo económico y social de los países. Es pronto para evaluar resultados de la economía verde pero nadie sabe muy bien aún a qué se refiere este tipo de economía. Se presenta como un concepto ambiguo y sin metas concretas y viables. 

En este link podemos ver un mapa interactivo donde figuran diferentes ejemplos de políticas e iniciativas de economía verde en todo el mundo.

Pero no todo el mundo ve la economía verde con tan buenos ojos. Los países en desarrollo sobre todo, son reacios a estas políticas ya que consideran que promueve el mismo modelo capitalista que, preocupándose por las ganancias y no tanto por los recursos naturales y humanos, explota el planeta hasta sus límites. Aseguran que la economía verde es solo una máscara, una trampa del mismo sistema que solo cuida lo que tiene precio y mercantiliza la tierra.

Estas visiones apuestan más por otro tipo de soluciones como una reforma agraria que redistribuya la tierra evitando el acaparamiento y la especulación de tierras por parte de grandes empresas, la agroecología y la soberanía alimentaria. 

De modo que surge la reflexión: ¿la economía verde es solución o hay que transformar íntegramente el modelo productivo actual?

Si las pautas de consumo de los países ricos de la OCDE se extendieran a toda la población mundial, necesitaríamos varios planetas para soportarlo.

A mi modo de ver, eso no encuentra solución en la economía ecológica. Nuestro patrón de consumo (y digo “nuestro”) es insostenible. Los bienes naturales tienen un valor en sí mismos a parte del precio que les pone el mercado. Son nuestras raíces, nuestra razón de ser y creo que a muchos se les olvida a quién deben su existencia. 

Porque queridos lectores, recordemos que el ser humano vive primeramente del aire y del agua que nos proporciona el planeta, no de billetes verdes de papel.

http://plantateenrio20.wordpress.com/ – ECOticias.com

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