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sábado, marzo 25, 2023

Greenpeace reconoce avances desde la Cumbre de 1992 y espera que en Río+20 no se retroceda

La organización ecologista Greenpeace ha reconocido que desde la ‘Cumbre de la Tierra’ que se celebró en 1992 en Río de Janeiro (Brasil), se han producido «algunos avances» y ha expresado su optimismo por distintos aspectos concretos que podrían conducir a que 20 años después, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible que se celebrará del 20 al 22 de junio se llegue a ciertos compromisos.

   La responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace España, Aída Vila, ha apuntado que con la introducción en la declaración final de algunos párrafos sobre la protección de los océanos y de las emisiones de gases de efecto invernadero, supondrían «un éxito» que podría llevar a que en la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático se pueda alcanzar un acuerdo vinculante.

   Mientras, el responsable de la campaña de bosques de la organización, Miguel Ángel Soto, ha manifestado que «afortunadamente el futuro del planeta no se perfila en Río+20» y que mientras no se den «pasos atrás» eso será «un triunfo en sí mismo».

   En este sentido, ha subrayado que los acuerdos vinculantes son reiteradamente incumplidos pero los no vinculantes, como el que podría firmarse durante la próxima semana en Río de Janeiro pueden contribuir a crear «dinámicas muy importantes para el proceso mundial». «Tenemos que creer que los países son capaces de dar pasos», ha valorado.

   Así, en un encuentro con periodistas antes de partir a Río de Janeiro para participar tanto en la reunión oficial como en la ‘Cumbre de los Pueblos’ –una reunión paralela de la sociedad civil para pedir compromisos más ambiciosos– los representantes de la ONG han destacado que Río+20 es una oportunidad para dar pasos adelante en el camino de conseguir un verdadero Desarrollo Sostenible que acople el crecimiento económico a los límites biológicos del planeta; que se base en la utilización de energías renovables; que camine hacia la soberanía alimentaria de los países y que permita un acceso a los recursos más equitativo.

   Vila ha indicado que en la Cumbre de Río de 1992 se aprobaron dos convenios y tres grandes acuerdos para las siguientes décadas, como fueron el Convenio Marco sobre Cambio Climático; el Convenio sobre Biodiversidad; la Declaración de Principios sobre Bosques; la declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo y, por último, la Agenda 21.

   Asimismo, Greenpeace ha celebrado que desde 1992 se han vivido ciertos «progresos significativos» en el desarrollo importante, ya que la población mundial que vive en pobreza absoluta y en infraviviendas ha disminuido; los niveles de desarrollo humano han aumentado; la cobertura de agua potable ha mejorado y algunos indicadores ambientales, económicos y sociales reflejan una «nueva realidad fruto de los avances positivos en muchos sectores».

   Igualmente reconoce que los acuerdos multilaterales, el desarrollo legislativo y el marco institucional en materia ambiental se han desarrollado «de manera importante». Por ello, valora que en estos 20 años «la humanidad ha dado pasos notables en la dirección correcta»,.

   En cuanto a España, Soto ha expuesto que en las dos últimas décadas se ha producido un desarrollo legislativo «importante» en materia de medio ambiente; que se creó el Ministerio de Medio Ambiente; se incorporaron al Código Penal un «buen número» de tipos penales por delitos contra el medio ambiente; y la conciencia ambiental de la sociedad «ha aumentado», así como el compromiso empresarial. «Todo ello se ha sumado a la corriente de cambio», ha apostillado.

LO NEGATIVO DE DOS DÉCADAS

   Sin embargo, los expertos de Greenpeace, han celebrado que estos avances han sido posibles por el trabajo de la sociedad civil, a pesar de lo que, en estas dos décadas, han aumentado al mismo tiempo la desigualdad entre el Norte y el Sur global, porque la pobreza sigue siendo «muy elevada» y los avances en el desarrollo humano «frágiles».

   En definitiva, lamentan que pese a los compromisos de la Cumbre de la Tierra de 1992, el estado del planeta es «peor que hace 20 años». Concretamente, desde 1990 las emisiones de gases de efecto invernadero han crecido en casi un 40 por ciento a nivel mundial; la biodiversidad se ha reducido casi «drásticamente» y la deforestación de los bosques tropicales sigue siendo «constante», de modo que se ha perdido una superficie de bosque primario similar al tamaño de Argentina.

   Además, desde entonces, los ‘stock’ pesqueros poco o moderadamente explotados se han reducido a la mitad y actualmente el 85 por ciento de las explotaciones de peces están «totalmente explotadas, sobre-explotadas o agotadas».

   Finalmente, han manifestado que veinte años después de la Cumbre de la Tierra el planeta se enfrenta a una «tremenda paradoja» y es que se conoce que las soluciones están disponibles y son «asequibles», que las inversiones en tecnologías limpias están aumentando; que la deforestación puede ser detenida; que la pesca y la explotación forestal se puede hacer de forma responsable y que toda la humanidad podría comer con los recursos actualmente disponibles.

   Para ello, es preciso que se eliminen las ayudas y subsidios a energías sucias, la producción contaminante o a los sistemas de pesca destructivos, porque las empresas que se han beneficiado de esta dinámica mientras que la población ha pagado la factura con su salud y pérdida de su medio de subsistencia. «Los gobiernos, incluido el español, han acudido al rescate del sistema financiero, no ha habido intención de rescatar al planeta y sus habitantes», han concluido.

OTRAS DIFERENCIAS ENTRE RIO’92 Y RIO+20

   En estos 20 años, Greenpeace destaca que, de acuerdo a los datos del informe de UNEP de 2011, la población mundial ha crecido en un 26 por ciento y la que vive en ciudades en un 45 por ciento. Además, la población mundial con acceso al agua potable ha aumentado en un 13 por ciento, al tiempo que el índice de desarrollo humano ha subido un 19 por ciento.

   Al mismo tiempo, las emisiones de gases de efecto invernadero también han escalado 36 puntos y la temperatura media mundial 0,4 grados centígrados; los océanos se han calentado entre 0,22 y 0,5 grados centígrados y el nivel del mar ha subido 2,5 milímetros al año.

   En cuanto al ártico, la extensión cubierta por hielo en septiembre ha disminuido en un 35 por ciento, mientras el uso de las sustancias que destruyen la capa de ozono han disminuido en un 93 por ciento.

   Los peores datos se los lleva la biodiversidad global, que ha disminuido en un 12 por ciento. En 2012 hay 300 millones de hectáreas de superficie forestal menos en todo el mundo y los manglares ocupan un 3 por ciento menos de superficie. Negativamente, han aumentado los stock pesqueros totalmente explotados en un 13 por ciento; los agotados, sobrexplotados o en recuperación en un 33 por ciento; la demanda de consumo de pescado en un 32 por ciento y la de carne en un 26 por ciento, al tiempo que la extracción de materias primas ha aumentado en un 45 por ciento.

ECOticias.com – ep

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