La universidad agoniza en España. Mientras, surgen alternativas. Como la “Multiversidad de Agroecología, Biodiversidad y Culturas”. Uno de sus creadores es José Luis Porcuna, también al frente del CERAI.
«La Multiversidad de Agroecología, Biodiversidad y Culturas quiere avanzar en un horizonte utópico de diálogo de saberes y culturas. Para ello mantiene una oferta permanente de cursos, seminarios, talleres, campos de trabajo y estancias solidarias que abordan desde una visión holística propuestas innovadoras que vienen desde la agroecología, la educación popular, la ecología política, la economía ecológica, la medicina alternativa… que apuntan a la generación de nuevos profesionales con capacidad transformadora de la sociedad, que, desde un compromiso ético y moral, contribuyan a la evolución hacia un desarrollo sostenible, una democracia participativa y una equidad social y económica». Así define José Luis Porcuna la “Multiversidad”, una iniciativa que oferta una alternativa a la universidad.
-¿Qué es exactamente la Multiversidad?
-Puede ser definida como un proyecto ecuménico, desde un compromiso ético de respeto a la diversidad de los hombres y de toda la vida. El término Multiversidad señala claramente esta opción, en tanto se deberá “versar sobre lo diverso”, la diversidad de las culturas, de sus paisajes, plantas y animales, diversidad que es común al todo. La Multiversidad establece como fundamento básico de su acción educativa, cultural y comunicacional la creación de un espacio educativo y cultural abierto que interrelacione diversas disciplinas, que busca superar esquematismos, profesionalismos y la falta de una visión holística de las artes y las ciencias.
COMPROMISO ÉTICO
-¿Qué más busca la Multiversidad?
-También busca ser un espacio de compromiso ético con la vida y la justicia, desde un pensamiento crítico, integral, tolerante y no-violento. Para conseguir avanzar en este horizonte utópico, la Multiversidad mantendrá una oferta permanente de cursos, seminarios, talleres, campos de trabajo, actividades, publicaciones y colaboraciones con otras entidades, para avanzar en un auténtico diálogo de saberes y poder abordar desde una visión holística propuestas innovadoras, como son la agroecología, la educación popular, la medicina alternativa, la economía ecológica, la ecología política y otras disciplinas novedosas, que apuntan a la generación de nuevos profesionales con capacidad transformativa de la sociedad, en el sentido de una evolución hacia el desarrollo sustentable, la democracia participativa y la equidad social y económica.
-¿Cómo surgió y de dónde, de quiénes?
-El concepto de Multiversidad aparece por primera vez en la década de los sesenta del siglo XX cuando el presidente de la Universidad de California, Clark Kerr, intentó definir la universidad orientada en la investigación como una “multiversity”. “La multiversidad”, dijo, “es una institución inconsistente. No es una comunidad, sino varias… sus fronteras son difusas…”. No prosperó, pero el término quedó acuñado. En 1982 es fundada la Multiversidad de Buenos Aires con la orientación de Miguel Grinberg, Leonardo Sacco y Fabricio Simonelli. Esta fue pionera en América Latina. En América del Sur nace la Multiversidad Franciscana de América Latina (MFAL) en abril de 1989, como una institución de formación alternativa, a nivel superior, que combina la enseñanza con la práctica, la investigación con la promoción y la reflexión con la afectividad. Todo ello desde un profundo compromiso ético de reencuentro con toda la vida.
-En 1994, el concepto resurge en Malasia…
-Sí. En 1994, se plantea el término por tercera ocasión de manera formal en Penang, Malasia, pero no se concreta hasta 2002 con la creación de una Multiversity. El espíritu que la alienta es la convicción de que cualquier persona puede adoptar una actitud de aprendizaje autodidacta y que no necesariamente corresponde a los modelos de educación practicados en las universidades. Algo más tarde, en 1998 el Dr. Morin establece los cimientos para fundar, en 1999, en Hermosillo, Sonora, México, la Multiversidad Mundo Real Edgar Morin. Posteriormente surgen en otros continentes la “India International Multiversity» y en África la «Mpambo Afrikan Multiversity». Posteriormente, en 2006, el CERAI colabora con CEME-PADIS en la construcción de la Multiversidad de Educación Popular de Misiones (Argentina). Finalmente, en 2010, el CERAI decide crear la Multiversidad de Agroecología, Biodiversidad y Culturas en Valencia.
LOS OBJETIVOS
-¿Cuáles son vuestros objetivos?
-Los objetivos son acompañar la construcción del saber al servicio de la vida, y no de la muerte. Construir el conocimiento incluyendo las aportaciones que se recuperan desde el saber popular, y que se construyen con todos los pueblos. Este espacio es de carácter educativo, cultural y comunicacional, y su objetivo principal no es el lucro, sino la prestación de un servicio a la comunidad rural, sobre todo a los jóvenes, y entre ellos a los jóvenes procedentes del sector rural. En la Multiversidad los programas formativos no separan el sujeto del objeto del conocimiento, sino que se recupera una postura integral del saber junto a otros componentes vivenciales y afectivas. La reflexión ética y moral es aquí esencial, en temas tales como la creación, la ética de la vida no-humana, el reto al que nos enfrenta la pobreza. En fin, es una formación que nace desde el compromiso con toda la vida, en especial la del pueblo, ya que allí está la fuente del saber y el objetivo de la praxis. En todas las actividades educativas, culturales y comunicacionales que la Multiversidad desarrolle… se promoverá el “saber escuchar, saber aprender, saber hacer, saber pensar”.
-Suponemos que también hay mucha práctica en los programas…
-Pedagógicamente, nos proponemos desarrollar una institución de formación que combine enseñanza con práctica, investigación con promoción, reflexión con afectividad. Buscando, siempre, la unidad entre el saber científico y los saberes espirituales, entre lo intelectual y lo emocional, entre lo racional y lo intuitivo. Fortaleciendo la búsqueda de una nueva civilización, multicultural y basada en un desarrollo armónico entre los seres humanos y la naturaleza, y de los seres humanos entre sí.
LOS APOYOS
-¿Qué apoyos recibís y de quién, de qué?
-La Multiversidad surge como un sueño. Sin saber cómo, te encuentras dentro. Entonces, empiezas a racionalizar y a buscar estrategias para que pueda sostenerse. ¿Por qué no lo habíamos pensado antes? Quizás porque ahora es el momento. Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, nos animó a construirla, se ofreció a presidirla y a que la primera actividad que ésta iba a promover, la Escuela de Agroecología para la Paz, la Cooperación y el Desarrollo Rural, llevara su nombre. En principio la Multiversidad se sostuvo con el apoyo del CERAI, de SEAE, de muchos profesores que contribuyeron solidariamente con sus prácticas y enseñanzas, y de los primeros alumnos que hicieron frente a todos los gastos que generó su formación. Posteriormente, apareció el apoyo de la Generalitat Valenciana para el curso 2011-2012. Para el próximo curso 2012-2013, estamos pendientes de algunos apoyos, pero estos no son determinantes. Estamos de nuevo como al principio… pero en todo caso seguiremos adelante con nuestros propios recursos y estrategias.
-¿Por qué ahora y no ayer ni mañana?
-Hoy en día se suman las denuncias sobre la fragmentación de las ciencias y de su desvinculación de los dramas de la mayoría de los hombres y mujeres de la Tierra: la pobreza, y la destrucción del ambiente, los dos grandes e injustificables fracasos de la civilización moderna. Muchos sienten que el saber hoy sirve más al dominio que a la liberación. La educación superior actual reproduce esta situación al estar ella misma fracturada: se separan la práctica, la investigación y la devolución y en la realidad se realizan actividades meramente técnicas que mantienen las actuales condiciones de injusticia. La ética se ha separado de la práctica y el trabajo intelectual se considera por encima del trabajo artesanal o manual de un obrero o un campesino. Más aún, la actual ciencia y técnica que se hace llegar a nuestro continente no ha logrado resolver los problemas generalizados de la pobreza, y paradójicamente sí que ha servido para una aguda y extendida destrucción ambiental. Hemos recibido tecnologías contaminantes que han suplantado al conocimiento indígena. La ciencia se escuda tras un neutralismo que en la práctica legitima las actuales situaciones de injusticia.
COLABORACIONES
-¿Con quién queréis colaborar o quién esperais que se una a la Multiversidad?
-Nos gustaría que a este proyecto se unieran todos aquellos que puedan entender de lo que estamos hablando, lo que estamos proponiendo. Tenemos que pensar juntos para crear este espacio. Tenemos que encontrar las alianzas para que la construcción de la Multiversidad sea un proceso que incluya, que integre… No hay protagonistas; mejor dicho, hay un único protagonista: los hombres y mujeres de la Tierra que quieren ser protagonistas de sus propias vidas, que se rebelan ante el monopolio del conocimiento, que están más ocupados en enunciar para poder construir realidades alternativas que en denunciar para señalar los fallos de los demás. La Multiversidad tiene que ser el espacio donde se puedan formular las propuestas alternativas, las estrategias diferentes, las visiones y los análisis globales…
-¿Por qué Multiversidad y no Universidad?
-Porque el concepto de Universidad tiene como punto de partida la búsqueda de la verdad absoluta (la universalidad, lo que no se presta a discusión) y la verdad como tal… ya hoy no tiene vigencia. Sabemos que las cosas no son así. La física cuántica ha llegado a los mismos lugares que miles de años antes habían llegado los místicos y las religiones. Ahora, entendemos que la verdad y el conocimiento es complejo, y que no está separado de la propia esencia del hombre. Por ello la formación debe ser multidimensional, multidisciplinaria y transdisciplinaria; multiconsensual, multifacética, multicontinental, multicultural, necesariamente multi-verdad y multiversitaria para que tenga sentido humanístico. Las instituciones de educación superior deben ser entidades integradoras en conexión íntima con el mundo real y abiertas al diálogo con todos los saberes, si deseamos convertirnos en constructores de soluciones para los problemas que son parte de nuestra vida, tanto en el contexto laboral, familiar, y social, pero, al mismo tiempo, ser copartícipes en la búsqueda de las soluciones de los problemas fundamentales que nos afectan como especie y habitantes de nuestro planeta.
ENSEÑANZA UNIVERSITARIA
-¿Cuál es el principal problema de la educación universitaria en la actualidad?
-Probablemente los problemas de la enseñanza universitaria son complejos y muy estrechamente relacionados entre sí. Pero, en general, son cuatro las debilidades más importantes que encontramos…
1) Por una parte se descalifica automáticamente todo aquel conocimiento que no venga “bendecido” por el método científico, con lo que mandamos a la basura toda la “etnociencia” y todo lo que no es cartesiano.
2) Por otra parte cada vez se encuentra más alejada de la realidad. Se construye un mundo, que en muchas ocasiones es virtual, y vive de espaldas a la realidad cotidiana de los hombres y mujeres, de los problemas de los olvidados, de los pobres, de los marginados…
3) Además, cada vez se muestra la educación universitaria como una actividad sin corazón, en la que los valores éticos y morales quedan demasiado lejos de la actividad propia de la ciencia, del investigador, del profesional. En este contexto, la mayoría de las veces la investigación y la enseñanza, aunque sea con dinero público, se sitúa alrededor de los poderosos y de los grandes grupos y empresas. Las visiones y las aproximaciones localistas no parecen tener ni futuro, ni financiación en este contexto. Para ello, una legión de exegetas se ocupa de discriminar “lo correcto” de “lo propuesto”.
4) Por último, la actividad de la universidad tiende cada vez más a ser una actividad compartimentalizada, reduccionista, en la que las visiones globales quedan coartadas y reducidas por la dinámica del propio sistema que obliga cada vez más al investigador a sumergirse en la especialización como estrategia de avance. Las visiones globales se muestran como un problema para el avance de la ciencia, más que como una solución.
-Sin educación no hay rebelión. Pero ¿de qué educación estamos hablando?
-Estamos hablando de construir una comunidad de saberes, en diálogo permanente, que en definitiva contribuya a:
·Crear una conciencia ecológica que facilite un cambio social y cultural que evite el camino uniformizador impuesto por la economía de mercado y la ciencia.
·Apoyar el desarrollo en los pueblos y naciones de una justicia ambiental. Consideramos que la protección ambiental es una necesidad de los pobres y no un lujo de los ricos.
·Apostar por el espacio de conocimiento que abre la ecología política y la ecología económica como “cuerpo de doctrina” y como instrumentos para la construcción de argumentos para desarrollar propuestas geopolíticas que planteen el reconocimiento de los valores de la soberanía alimentaria.
·Contribuir a la construcción de nuevos paradigmas de pensamiento que contemplen que es posible prosperidad sin crecimiento. La opulencia material y el aumento constante de nuestras rentas no nos hace más felices.
·Denunciar la emergencia de nuevas formas de racismo como el “racismo ambiental” que constituye el envío de todo tipo de desechos de los países ricos a los pobres.
·Defender una legislación internacional que reconozca los derechos adquiridos sobre sus territorios, sus saberes y sus semillas, por las comunidades indígenas de todo el mundo.
·Aclarar que el capitalismo global basado en el crecimiento económico choca con los límites de la biosfera (el planeta se ha convertido en una gran mina y en un gran vertedero), y es necesario construir nuevos modelos que contemplen el decrecimiento como modelo para la paz y de solidaridad entre los pueblos.
·Ser conscientes de que la ética y los valores morales no pueden estar separados de las actividades científicas y tecnológicas en la construcción de este nuevo horizonte utópico.
Pedro Burruezo / The Ecologist