¿Cuál ha sido la evolución de la Xarxa de Ciutats i Pobles cap a la Sostenibilitat desde que comenzó, en 1997? ¿Esperabais que llegara donde ha llegado?
El primer objetivo de la Xarxa en sus inicios era llegar a todo el mundo local de Cataluña, y esto lo acabamos de conseguir con la incorporación de las diputaciones de Tarragona, Lleida y Girona. Nació basándose en los principios de la Conferencia de Río, en el marco de las Agendas 21 locales, y gracias al impulso de la diputación de Barcelona, que la extendió por el territorio. La Xarxa surgió para aprovechar todas estas sinergias, para compartir información y experiencias, para tratar de replicar las medidas exitosas de un municipio a otro. En este sentido, se adelantó a lo que hace ahora la Unión Europea, que no apoya ni ayudas a proyectos a no ser que sean replicables en el resto del territorio. Y la Xarxa ya nació con ese valor, aplicado al mundo local.
¿Y como ha visto el cambio de la sociedad en este tiempo, teniendo en cuenta que cuando empezó la Xarxa mucha gente no había oído hablar todavía del concepto de sostenibilidad?
La Xarxa se creó justamente en un momento de gran crecimiento urbanístico, y el peligro era que este desarrollo se hiciera sin ir asociado a la creación de espacios verdes, de servicios para la población, etc. Y se planteaba también hasta qué punto el territorio estaba capacitado para soportar este nuevo urbanismo. Era la contradicción entre construir en lugares donde se debía llevar luz y agua mientras el centro de las ciudades había edificios desocupados. Y aquí es donde entró el planteamiento de la sostenibilidad, que englobaba varios aspectos: energía, agua, residuos, recursos, etc. La idea era hacer unos acuerdos de guía que se aprobaran por unanimidad o por mayoría en los ayuntamientos, de manera que se mantuvieran a lo largo de los años aunque hubiera cambio político.
La palabra ‘sostenibilidad’ hizo suerte y se consolidó. Nosotros siempre lo hemos definido como el criterio por el cual no usamos más recursos que los que tocan, con la idea de fondo que debemos dejar el medio ambiente como mínimo tal y como nos lo encontramos. Y si puede ser, todavía mejor.
¿Qué ha supuesto el Pacto de Alcaldes y Alcaldesas?
El Pacto de Alcaldes y Alcaldesas es una de las mejores iniciativas de la Unión Europea, es la primera vez que Bruselas ha pensado más allá de los estados. Se pusieron de acuerdo con las ciudades para trabajar juntos, y el éxito ha sido tan grande que ha sorprendido la propia Unión Europea. Y no es tema de dinero, porque no hay en este proyecto, es un tema de hacer las cosas de otra manera.
Una de las claves del Pacto de Alcaldes y Alcaldesas, centrado en el ahorro y la eficiencia energética, es que los municipios que se comprometen a ir explicando los avances hechos, cada dos años, respecto a las medidas acordadas. Y a quien no lo cumpla, lo hacen fuera, y esta expulsión se hace pública. Esta línea, que al principio daba un poco de miedo, se ha demostrado efectiva, porque los ayuntamientos han visto que al aplicar las medidas de reducción de energía conseguían un ahorro que permitía financiar estos propios cambios, y además creaban nuevos empleos que no son deslocalizables. Y esto se ha visto claramente, por ejemplo, en el alumbrado público.
Quizás no se ha visto tanto en el ámbito de la energía solar hasta ahora, pero se verá, porque el autoconsumo de energía es un tema imparable, a pesar de los problemas que ha tenido. Es posible que cada vez que hacemos tres pasos adelante acabamos haciendo un par atrás, pero algo habremos avanzado. Y en el autoconsumo de energía yo creo que estamos a punto de ver cómo crece de verdad, es cuestión de tiempo.
Uno de los objetivos de la Red es intentar implicar a las empresas privadas. ¿Qué balance hacéis?
En todo lo que hemos hecho siempre podríamos haberlo hecho mejor, pero sí que hemos conseguido implicar a las empresas, por ejemplo a la hora de hacer las consultorías y auditorías de las Agendas 21 y del Pacto de Alcaldes y Alcaldesas. En el ámbito de la contaminación acústica han participado los colegios profesionales. Y queremos que el sector privado se implique más. Hay una frase hecha que resume un poco el espíritu de la Red en este sentido: «que vale más algo de poco que no todo de nada». Por ejemplo, tratamos de abrir muchas de nuestras jornadas a las empresas para que puedan participar de lo que hacemos.
Ahora se quiere participar también con empresas para tratar de hacer más eficientes algunos servicios que quizás se pensó en una época en que atábamos perros con longanizas y es hora de racionalizar los recursos y evitar gastos innecesarios. Se ve muy claramente si pensamos en cosas cotidianas como el gasto en alumbrado, o la limpieza viaria, pongamos por caso. Cada papel que hay que recoger del suelo nos cuesta dinero, y si simplemente no se tirara, se acabaría el problema. No se trata de aplicar recortes, sino de racionalizar lo que tenemos para lo que es necesario realmente.
En esta línea, y tal y como recoge la Declaración de Lleida, la educación ambiental sigue teniendo un papel fundamental, y en eso hay que seguir invirtiendo.
¿Qué ha sido lo más satisfactorio de todos estos años al frente de la Red?
Sin duda, la incorporación de las diputaciones a la Xarxa, que ha hecho que consigamos llegar a todo el territorio catalán. Ahora habrá que ver si se responde a las altísimas expectativas que se han creado. Y creo que se podrá, porque detrás de todo esto hay un equipo excelente de técnicos y técnicas, de concejales y concejalas, que lo hacen posible.
Esta ampliación, sin embargo, también obligará a adaptarse a la diversidad de municipios, porque lo que puede ser importante para una ciudad como Barcelona puede no tener relevancia en un lugar pequeño de otro ámbito geográfico. Y, por otra parte, la incorporación de estos territorios hace que el conjunto de la Xarxa deba ampliar el campo de visión y aprender de esas otras realidades.
Otro hecho destacable es que dentro de la Xarxa, quienes formamos parte, nos conocemos todos. Y eso no tiene precio, eso no se puede valorar en dinero. También estoy muy orgulloso del éxito de la agenda escolar, que llega a toda Cataluña, y de la campaña de agua que hicimos sin presupuesto, con exposiciones que ya teníamos hechas, y que tenía tanta demanda que no dábamos la alcance.
¿Y que no se ha conseguido que le hubiera gustado haber hecho antes de dejar la Secretaría?
En realidad han sido unos años tan intensos que no nos hemos llegado a plantear los ‘agujeros’. Pero creo que quizás no hemos logrado suficiente en la difusión, en dar a conocer lo que hacemos. Y no hablo ahora de la propia web, o de la revista, que sí tienen las visitas esperadas, sino de llegar más allá, al conjunto de la población. Hacemos mucho trabajo, pero no lo hemos explicado bien. Por ejemplo, el hecho de que los proyectos que hacemos son replicables en varios municipios es un dato muy importante, y no se ha dado a conocer lo suficiente.
¿Cuáles han sido los factores que han conseguido que la Xarxa sea lo que es ahora mismo?
La Xarxa ha llegado donde está ahora gracias al consenso. Y al diálogo, a la negociación, a escucharse unos a otros. Todo el mundo ha podido decir siempre lo que ha creído oportuno, y cuando ha habido divergencias en los grupos de trabajo, la comisión de seguimiento ha intentado resolver los temas. Esto no es fácil, porque conviven diversas sensibilidades, pero intentamos siempre que no se nos mezclen otros tipos de sentimientos y centrarnos sólo en el mundo local.
Por poner un caso: el documento sobre el aire que acabamos de presentar tiene detrás siete largas reuniones para llegar a un acuerdo, midiendo cada palabra, cada punto y cada coma. Son muchas horas detrás, y no todo el mundo queda contento en un caso así, pero se busca defender los intereses de los ayuntamientos como conjunto y buscar una solución que pueda ser positiva para todos.
¿Y, personalmente, que le ha aportado la Xarxa?
La Xarxa me ha permitido trabajar con un gran equipo. Yo he tenido la suerte de ser el Secretario, y creo que cualquier persona en este lugar hubiera tenido unos resultados similares, porque el trabajo ha sido de un grupo de gente, no de una persona sola.
Como profesional he aprendido muchísimo. Toda la realimentación que aporta la Xarxa me ha hecho ver que no siempre las ideas que tenía eran las buenas, o que líneas de trabajo que podían no parecer prioritarias sí lo eran. Escuchar y ser escuchado, valorar todas las aportaciones, y reconocer los momentos en que te has equivocado ha sido muy gratificante.
Y también me ha aportado una relación personal que a veces en el trabajo cotidiano se despersonaliza, pero en el caso de la Xarxa las relaciones personales son muy fluidas, y eso ayuda también a que el trabajo salga adelante.
Lo echaré mucho de menos. Ojalá que pudiera seguir colaborando con la Xarxa de alguna manera a partir de ahora, como asesor, por ejemplo. Porque me dolería que el bagaje que he acumulado a lo largo de todos estos años, y toda la inversión que ha hecho el mundo local hacia mi persona, se dejara de aprovechar de un día para otro.
¿Qué les diríais a quienes encabezarán la Xarxa a partir de ahora?
Que miren siempre hacia adelante, siempre hay que estar un paso por delante de lo que se debe hacer, incluso por delante de la Unión Europea.
Nos reflejamos demasiado en los países del norte, y esto es un grave error. Aquí hay un bagaje muy grande, unos profesionales de mucha calidad, y en conocimientos yo diría que estamos más preparados.
Y, además, les aconsejaría que no olvidaran nunca de consolidar: cada paso que se hace debe consolidarse, es mucho mejor que querer correr demasiado y ver después que nadie te sigue.