África celebra ante el surgimiento de un fertilizante inagotable que podría acabar con uno de los peores males que asola la Tierra. En 2025, África sigue enfrentando retos considerables en términos de seguridad alimentaria.
Pese a los compromisos globales y los esfuerzos regionales, el hambre y la malnutrición siguen perjudica a una parte considerable de la población de África. Según el informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo” publicado por varias agencias de las Naciones Unidas, alrededor del 20,4% de los ciudadanos/as de África padece hambre, un número que ha subido en los últimos años.
Son varios los factores que intervienen en este contexto de inseguridad alimentaria en África. El primero de ellos es el cambio climático. El incremento en la frecuencia y la severidad de las sequías, inunfaciones y otros fenómenos climáticos extremos ha afectado de manera negativa a la producción agrícola.
Un ejemplo claro se da en la región del Sahel, donde se han transitado sequías constantes, teniendo como consecuencia la devastación de cultivos y pastizales. Otro indicador de esta situación es la pobreza y el acceso limitado a dietas saludables.
Más de 1000 millones de personas de África no tienen la posibilidad de disfrutar de una dieta saludable, situación que lleva al país a registrar elevados índices de malnutrición y enfermedades relacionadas. Los conflictos armados y una de las tasas de crecimiento poblacional más altas del mundo también han tenido su cuota de importancia en este contexto.
África halla una esperanza en este fertilizante inagotable
Bajo este marco, un nuevo estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona ha sacado a la luz que el uso de orina humana tratada brinda a las plantas el nitrógeno necesario y disminuye la necesidad de fertilizantes externos a base de nitrógeno.
Este análisis muestra un nuevo escenario para la agricultura urbana, con notables ventajas ambientales, como la mitigación de emisiones de CO2 y ahorro en el consumo de agua. Un informe que definitivamente va un paso más allá de lo que llegaron estos pesticidas naturales.
El uso de la orina humana como fertilizante se trata de una solución revolucionaria que hace posible el cierre de ciclos de nutrientes, la baja del impacto ambiental y el establecimiento de una agricultura urbana más sostenible.
El enfoque, apoyado por una investigación del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA-UAB), pone de manifiesto el potencial real de convertir residuos en materiales valiosos. Según la FAO, la demanda global de fertilizantes nitrogenerador sube un 1% al año, que se traduce en una subida de 1 074 000 toneladas anuales.
Orina humana, el fertilizante que el mundo necesita para recuperar la agricultura
Este crecimiento constante depende casi totalmente de fertilizantes sintéticos creados a base de gas natural, petróleo y carbón, fuentes finitas y contaminantes.
El grupo Sostenipra del ICTA-UAB, de la mano del grupo GENOCOV del Departamento de Ingeniería Química, Biológica y Ambiental, pone sobre la mesa la posibilidad de recuperar nutrientes de la orina humana como alternativa sostenible.
Dicha estrategia ayudaría a usar recursos locales disponibles en áreas urbanas, acotando significativamente la dependencia de materiales externos. El experimento se llevó adelante en el edificio bioclimático del ICTA-UAB.
Dispone de una planta piloto de recuperación de nitrógeno y un invernadero en su azotea. Con esta disposición, los investigadores recolectan orina de urinarios secos y la depositaron en un reactor especializados.
El reactor empleado regula el PH agregando una base y permite que los microorganismo conviertan la urea en nitrato, asimilable por las plantas.
La orina como fertilizante aún se encuentra en fase experimental
El sistema aún se encuentra en fase experimental, aunque se estima que es escable y que su adopción a gran escala podría disminuir el impacto ambiental y económico de la agricultura urbana.
Aunque todavía no hay nada definitivo, este presunto fertilizante inagotable supone un atisbo de esperanza para países como África, acechados por la escasez de alimentos. Si todavía quieres saber más sobre las posibiliades del agua amarilla como fertilizante, en este artículo ampliamos la información.