Desde Ecologistas en Acción denuncian que hubo ‘trato de favor’ en plena sequía que ha beneficiado a las Comunidades de Regantes de la Acequia Real del Júcar, puesto que según explica la ONG, las dotaciones que se les permitieron estaban muy por encima de las que fijaba la ley.
Destacan, por tanto, que este tipo de actuaciones por parte de la administración hidrográfica no solo no ayuda a la necesaria recuperación de los ríos y acuíferos, sino que reduce de manera significativa la posibilidad de recuperar las fuentes naturales y disminuye drásticamente las reservas de agua.
Las Comunidades de regantes y la sequía
En el verano de 2024, las Comunidades de Regantes de la Acequia Real del Júcar consumieron un 17% más de agua que la que tienen contemplada en el Plan Hidrológico del Júcar, a pesar de la sequía en la que se encontraba la demarcación. Si tenemos en cuenta la media del agua consumida por estas comunidades de regantes en los últimos 5 años, el volumen de agua que se han llevado es casi un 30% superior.
La administración tendría que haber asegurado un caudal adecuado para la buena conservación de los ríos y acuíferos y así garantizar, también, que se puede disponer de agua en condiciones óptimas. La realidad ha sido muy distinta y, en vez de restringir y limitar los consumos de agua, se han permitido estos abusos de forma irresponsable.
En muchas zonas del propio ámbito de la Confederación, como las demarcaciones del Turia o Palancia, sí han tenido reducciones en sus dotaciones. Solo se puede entender, entonces, que ha habido un trato de favor a las Comunidades de Regantes de la Ribera Alta. Y, sin embargo, paradójicamente en esta situación de sequía, no hubo ninguna mayor dotación para necesidades ambientales.
La organización ecologista considera que se ha gestionado de forma lamentable la concesión con el fin de disponer de un elevado consumo de agua para necesidades económicas, agravando el incumplimiento de los caudales ambientales regulados desde el embalse de Contreras.
De esta forma, cuando los desembalses tenían que ser pequeños para respetar el régimen de caudales en verano, han soltado una gran cantidad de agua, invirtiendo el ciclo fluvial y dañando los ecosistemas fluviales del río Cabriel. Además, se redujo el agua embalsada un 40%, lo que es una temeridad en situación de sequía.
La organización ecologista ha solicitado información a la Confederación Hidrográfica del Júcar para aclarar esta cuestión y su respuesta ha sido que ha habido ahorros de agua en años anteriores y que tienen más necesidad de riego por la sequía. Ninguna de estas respuestas justifica las decisiones que ponen en riesgo los ecosistemas y la disponibilidad de agua en sequía.
No es cierto que haya habido ahorros porque las concesiones de agua suelen ser más altas de lo que los usuarios pueden consumir. Por otro lado, precisamente en situaciones de sequía, y más con el avance de la emergencia climática, hay que planificar restricciones de los usos económicos del agua. Solo así se puede garantizar el buen estado de los ríos, acuíferos y la recuperación de fuentes. Además, habría que prestar especial atención a los acuíferos que se encuentran mayoritariamente sobreexplotados y en mal estado.
Con el fin de comprobar las irregularidades cometidas y depurar las responsabilidades, la ONG registró la solicitud del expediente completo de este aumento de dotación de la Comunidad de Regantes de la Ribera Alta. Ante la falta de respuesta, se ha iniciado un proceso de reclamación en el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno para garantizar que se cumple la normativa y se pueda esclarecer esta grave situación.