Economía azul como forma de desarrollo sostenible para el planeta. Las consecuencias negativas del cambio climático y la necesidad del cuidado del medio ambiente, ha hecho que muchas empresas o grupos de personas busquen nuevas iniciativas. Que nos lleven a un ecosistema más limpio, al respeto por los ecosistemas y su desarrollo natural.
¿Qué es exactamente la economía azul?
Podemos definir la economía azul como cualquier actividad que está directa o indirectamente relacionada con los océanos, el mar y la costa. Potenciando imitar el comportamiento de los ecosistemas naturales, la idea es generar el menor número de residuos posibles. Y en el caso de que los haya, poder transformarlos o aprovecharlos.
En un mundo en el que hay una explotación masiva de los recursos naturales sin opción al reciclaje o a su renovación, cualquier alternativa que apoye un desarrollo sostenible del planeta se debe tener en cuenta. Buscando el equilibrio ecológico y directamente relacionada con la economía circular. Ello sin duda puede ser una buena iniciativa para el entorno en que vivimos.
¿Cuáles son los principios de la economía azul?
Buscando que los consumidores puedan decidir lo que quieren, la economía azul otorga al ser humano el poder de cambiar las formas de producción. De alejarse de esa globalización dañina, perversa y perjudicial que lleva apoderándose de los recursos naturales del planeta desde hace mucho tiempo.
Centrándonos en el uso sostenible de los océanos para un crecimiento económico ligado a la naturaleza, mejoraría los medios de vida y el empleo. Consiguiendo, además, una conservación real de los distintos ecosistemas. A continuación, para que puedas verlo algo más claro, te dejamos con algunos de sus principios:
Alcanzar objetivos de neutralidad climática
El desarrollo de una energía marina renovable, eliminando el carbón del transporte en los distintos océanos e implantando un sistema ecológico en los puertos, la idea de contaminación cero se hace mucho más real. El mar es vital para la conectividad entre distintas regiones pero, ¿por qué no apostar por una relación sostenible?
Preservar la biodiversidad
Con una protección del 30% de la zona marítima que tenemos en la UE la pérdida de la biodiversidad será mucho menos. Invirtiendo positivamente en los océanos, crecerán mucho más los bancos de peces y haremos que el cambio climático sufra un retroceso. Esto, que a su vez generaría beneficios sociales y económicos, es algo que debemos tener en cuenta.
Favorecer la adaptación al cambio climático
Las actividades ecologistas en las zonas costeras y la protección general de los océanos favorece positivamente a lo que implica el cambio climático. Si bien es algo a lo que tenemos mucho miedo, con la ayuda de todos podemos preservar la biodiversidad. Y hacer que los paisajes (incluso) sean beneficiosos para el turismo.
Garantizar la producción de alimentos sostenibles
El uso de algas o fanerógamas de agua, el control de la pesca y una investigación hacia la acuicultura celular ayudará a que se cuiden los mares de Europa mucho mejor. Con programas hacia una actividad sostenible dentro de nuestros océanos, el tratamiento tendrá menos químicos. Y garantizará unas normas de comercialización muy distintas a las que tenemos en nuestros días.
Mejor gestión del espacio en el mar
En 2022 se publicó un informe sobre cómo la Directiva de la UE sobre la ordenación del espacio marítimo en el que se apostaba por un intercambio cooperativo de los distintos usuarios del mar (operadores, científicos dedicados a la pesca, el transporte, el turismo o las energías renovables) para un uso sostenible del medio.
Importancia de la formación en sostenibilidad
La economía azul, que tiene como reto principal un cambio de paradigma en la explotación no renovable de la naturaleza, trata de poner consciencia en el ser humano sobre la degradación del medio ambiente y de los distintos ecosistemas. Atendiendo a esto, una formación hacia lo sostenible puede ser la solución a todos los problemas presentados.
Son numerosos los expertos que coinciden en la necesidad de reconsiderar las habilidades y capacidades de todos los profesionales. Desde la perspectiva de la sostenibilidad y la gestión responsable de los recursos. Según datos actuales, aproximadamente un tercio de las empresas españolas están capacitando a su personal en temas relacionados con esto.
En cualquier caso, la demanda de profesionales dedicados a la economía azul es tan diversa como los sectores que la componen. En el ámbito de la Formación Profesional, por ejemplo, se requieren perfiles técnicos relacionados con la pesca y la acuicultura, el mantenimiento de embarcaciones o instalaciones y la energía renovable, entre otros. Mientras tanto, en el ámbito universitario, las carreras demandadas incluyen Ingeniería Ambiental o Naval, Ciencias del Mar, Biotecnología y/o robótica, Bioquímica, Biomedicina. E incluso economistas o abogados especializados en derecho marítimo.
Con universidades y centros que se dedican a este particular, las personas que quieran saber más sobre The Blue Economy, sus principios y todo lo que implica para el desarrollo óptimo de los océanos del planeta. Y convertirse de este modo en un agente de cambio para desarrollar una sociedad más justa y sostenible pueden cursar un máster en sostenibilidad, como es el caso del Master in Sustainability Management de Esade.
Su programa ayudará a comprender el aprovechamiento de todos los residuos como materia prima de nuevos productos. También logrará que se tome consciencia de lo que este modelo significa para el mundo en nuestros días, de la forma en la que puede hacernos cambiar de perspectiva. Y orientarnos hacia una protección de la biodiversidad como deberíamos haberlo planteado hace tiempo. Economía azul como forma de desarrollo sostenible para el planeta.