La crisis climática global afecta a las 8 mil millones de personas del mundo y de diferentes formas. Aunque gran parte del debate sobre la contaminación se centre en las emisiones difundidas por el sector del transporte, hay otro sector que se ve afectado diariamente por este mal: la industria alimentaria.
El estudio “Global greenhouse gas emissions from animal-based foods are twice those of plant-based foods”, citado por The Food Tech en un artículo de 2022, expuso que el sistema alimentario produce aproximadamente el 35% de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero (GEI) adjudicadas al ser humano.
Concretamente, las emisiones equivalen a unas 17 300 millones de toneladas métricas. Traducido es 17 318 teragramos de dióxido de carbono difundidas por año. El mismo medio advierte sobre la producción “desmedida de alimentos”, que se torna como motivo principal del desequilibrio ambiental.
Por su parte, la generación de alimentos animal provoca una gran cantidad de emisiones de GEI, alrededor del 57% de las asociadas al sistema alimentario global. La producción de alimentos de origen vegetal para consumo humano reporta el 29%.
El 14% restante se les adjudica a las emisiones agrícolas proveniente de productos que no se emplean como alimento o pienso. Ejemplos claros son el algodón o el caucho. En este sentido, también está presente la contaminación de distribución alimentaria.
La exportación e importación fuera de temporada, especies exóticas a países industrializados o con un mayor poder adquisitivo, genera un mayor impacto ambiental. Desde que un alimento es recolectado, inicia un periodo de degradación natural. Cualquier práctica realizada para extender su vida útil se traducirá en impacto ambiental.
¿Es posible alimentar a las personas sin contaminar el planeta?
Evitar los alimentos ultraprocesados con los consejos que te contamos aquí es una opción viable para cuidar tu propio cuerpo, pero no resuelve el problema global de la industria. La consultora Cognitive Market Research tiene datos impactantes del año 2023 sobre el sector.
Advierte que, en esa época, el tamaño del mercado global de alimentos y bebidas registrado fue de 6,3 billones de dólares y rozó los 6,7 billones de dólares. “En 2031, el tamaño del mercado de alimentos y bebidas de consumo será de 8,6 billones de dólares, como una Tasa de Crecimiento Anual Compuesta (TCAC) del 3,20%”.
La transición hacia las energías renovables ya es un objetivo prioritario para las plantas de producción alimentaria de todo el mundo. Un proceso que no solo responde a los crecientes desafíos ambientales, sino a las exigencias demandadas por el mercado y los consumidores, que buscan cada vez más productos sostenibles.
Pasarse a fuentes de energía renovable baja la huella de carbono de las operaciones de la industria. Pero no es lo único. También permite que las compañías del sector efectúen mejoras en su eficiencia y cumplan con las normativas ambientales estipuladas.
Formas de alimentar millones de personas sin contaminar: es posible y este es el camino
La industria alimentaria, necesaria para satisfacer las necesidades de las personas que habitamos la Tierra, puede recurrir a múltiples fuentes de energía renovables. Ejemplos son la energía solar, eólica, geotérmica y biomasa.
Por su parte, los paneles solares tienen capacidad para brindarles abastecimiento a equipos de baja intensidad o iluminar instalaciones. Asimismo, los generadores eólicos pueden emplearse en procesos productivos ejecutados en ubicaciones con vientos constantes.
Generalmente, la energía geotérmica se usa para regular temperaturas en procedimientos térmicos y almacenamiento, sobre todo en fábricas ubicadas en zonas volcánicas. Desde su lugar, la biomasa aprovecha los residuos orgánicos (como pueden ser las cáscaras de frutas o subproductos agrícolas) para producir energía.
¿Qué nos falta para que las personas consuman alimentos que generen 0 contaminación?
Aunque las ventajas de utilizar energías renovables para mover la industria alimentaria son evidentes, las empresas todavía se enfrentan a un gran desafío: los costos iniciales elevados. Para cambiar su forma de obtener energía, las firmas del sector deben desembolsar importantes cantidades de dinero destinadas a la instalación de tecnologías renovables.
Todavía hay mucho por recorrer para lograr que las personas podamos alimentar sin generar contaminación. Sin embargo, el camino ya está trazado, con pequeños avances diarios que en el futuro podrían marcar la diferencia. Mientas el futuro de la industria alimentaria se define, el mundo mira de cerca este fertilizante inagotable que podría acabar con la escasez de alimentos.