La reciente propuesta de la Política Agraria Común (PAC) de la Unión Europea ha generado un intenso debate, especialmente entre colectivos ecologistas y organizaciones campesinas. Para estos actores, las medidas planteadas están muy lejos de garantizar una verdadera transición agroecológica justa.
Esto es, a su juicio, mantienen un modelo de agricultura dominado por grandes explotaciones, uso intensivo de insumos químicos y fuerte dependencia de mercados globalizados. Además, consideran que este modelo solo irá a complicar todavía más a un sector al que no ayudará a adaptarse a la actual emergencia climática.
La nueva propuesta de la PAC no incluye financiar la transición ecológica
El pasado mes de julio, la Comisión Europea presentó su propuesta para la próxima Política Agrícola Común (PAC), como parte del nuevo presupuesto a largo plazo de la UE. Para organizaciones ambientalistas se trata de una propuesta decepcionante y regresiva: refuerza los pagos por superficie, duplica las ayudas acopladas y deja sin garantía de financiación las medidas ambientales y climáticas. La propuesta perpetuará un modelo agroindustrial fallido para la personas y la naturaleza.
El documento legislativo, lejos de impulsar una transición agroecológica justa, mantiene un modelo ineficaz y desequilibrado, que concentra los recursos en pocas manos y amenaza la capacidad del sector para adaptarse a la crisis climática y a la pérdida de biodiversidad. En un momento en el que agricultores y naturaleza necesitan prosperar juntos, la propuesta de la Comisión no solo ignora la urgencia ambiental, sino que también compromete la justicia social y la viabilidad económica del campo europeo.
«Europa necesita una PAC que financie la transición ecológica, no que siga destinando la mayor parte de su presupuesto a subsidios ineficaces e injustos. Con la propuesta de la Comisión, se pierde una oportunidad histórica de asegurar el futuro de los agricultores y de la naturaleza», señalan.
Una oportunidad que no se ha aprovechado
La Comisión prometió pasar de las condiciones a los incentivos, pero la realidad es que el nuevo esquema debilita la condicionalidad ambiental sin reforzar los mencionados incentivos. Se anuncia un objetivo del 43 % de gasto en clima y medio ambiente dentro de los Planes Nacionales y Regionales de Asociación, pero la metodología empleada carece de credibilidad: contabiliza como «climático» un 40 % del apoyo específico a la renta de los agricultores, sin justificación alguna. Un ejercicio de greenwashing que resta transparencia y confianza.
Además, desaparece el seguimiento del gasto específico en biodiversidad y no existe un compromiso firme de destinar un porcentaje mínimo a su recuperación. Sin esta garantía, es muy probable que el apoyo a la biodiversidad y a la acción climática disminuya, justo cuando más se necesita. Por otro lado, la Comisión blinda la mayor parte del presupuesto para apoyo a la renta. En concreto en España, el pago básico es un instrumento ampliamente criticado por ser ineficaz, injusto y regresivo.
¿Cómo debería ser una PAC justa y sostenible?
Las principales ONG ambientales europeas han presentado un análisis conjunto en el que proponen cuatro reformas imprescindibles:
- Financiar la transición: reservar un presupuesto específico y creciente para medidas agroambientales y climáticas, garantizando que al menos el 50 % de la PAC se destine a estas acciones. Además, recuperar el seguimiento del gasto en biodiversidad y asegurar que el 10 % del presupuesto del Marco Financiero Plurianual se destine a este objetivo.
- Hacer el apoyo a la renta justo: acabar con los privilegios del 1 % más rico, priorizando a quienes más lo necesitan y eliminando progresivamente los pagos por superficie. El apoyo debe apoyar a los agricultores que mantienen prácticas de un alto valor ambiental y social, como las fincas en producción ecológica o en la red Natura 2000.
- Poner fin a las subvenciones perjudiciales: excluir del apoyo público las prácticas más dañinas, como la ganadería industrial, la expansión del regadío en zonas en estrés hídrico.
- Garantizar resultados reales y rendición de cuentas: introducir indicadores sólidos de impacto sobre biodiversidad (aves de medios agrarios, polinizadores, calidad de suelos, reducción de carga tóxica por plaguicidas, Sistemas de Alto Valor Natural –SAVN-) y asegurar que los planes nacionales solo se aprueben si cumplen con los objetivos ambientales de la UE y se respeta el principio de no regresión ambiental
«El campo europeo necesita un cambio de rumbo: apoyar a quienes producen alimentos cuidando del suelo, del agua y de la biodiversidad, que generan empleo y dan vida al medio rural. La PAC no puede ser un obstáculo para esa transición, sino la herramienta que la haga posible», añaden.
Una llamada a la responsabilidad política
Las negociaciones sobre la nueva PAC serán decisivas para el futuro del campo europeo y de la biodiversidad. Para estos ecologistas, los responsables políticos deben escuchar a agricultores, científicos y ciudadanía y garantizar que el dinero público se destine a bienes públicos: alimentos sanos, rentas justas y ecosistemas vivos.
El campo español necesita una futura PAC justa y verde, que priorice el apoyo a explotaciones de alto valor socioambiental como las dedicadas a la ganadería extensiva y los secanos cerealísticos y que elimine los derechos históricos asegurando un reparto equitativo de los fondos. Una PAC que programe medidas agroambientales ambiciosas y bien financiadas que protejan la biodiversidad, el suelo y el agua y que elimine subsidios que incentivan la intensificación insostenible como las inversiones al regadío.
Necesitamos una PAC que reconozca y respalde a quienes producen alimentos de calidad respetando la naturaleza y manteniendo vivo el medio rural.
En definitiva, consideran que la propuesta de la PAC se queda corta para impulsar un cambio de modelo agrícola que combine justicia social y sostenibilidad ambiental. Insisten en la necesidad de reorientar los fondos hacia la agroecología, apoyar a los agricultores que protegen los recursos naturales y garantizar una transición justa que no deje a nadie atrás. ECOticias.com




















