Europa afronta un momento decisivo en la gestión de sus recursos marinos y de ello la necesidad de repensar de forma urgente el modelo de pesca ya que este no responde solo a criterios ambientales, sino también a razones económicas y sociales que amenazan el futuro del sector.
Durante años, la explotación intensiva de los ecosistemas marinos, la presión de la competencia internacional y los efectos del cambio climático han ido reduciendo la capacidad de recuperación de numerosas especies. Hoy, la UE reconoce que seguir con el ritmo actual de pesca no es sostenible y que una reformulación profunda se ha convertido en una prioridad estratégica.
La sobrepesca continúa siendo uno de los desafíos centrales. Aunque las políticas europeas han logrado avances en la reducción de capturas por encima de los límites biológicos recomendados, varias poblaciones de peces muestran signos de agotamiento y requieren una gestión más estricta. A esto se suma el impacto de la subida de temperaturas, la acidificación del océano y la pérdida de hábitats costeros.
Por qué Europa quiere repensar la pesca de forma urgente
Ecologistas junto a un amplio grupo de actores europeos —entidades del sector pesquero, comercializador, academia y ONG— y bajo el liderazgo de Seas at Risk y Low Impact Fishers of Europe, presentó ayer en el Parlamento Europeo la visión ‘Rethink Fisheries’ (Repensar la pesca).
Europa afronta un momento decisivo en la gestión de sus recursos marinos y de ello la necesidad de repensar de forma urgente el modelo ya que este no responde solo a criterios ambientales, sino también a razones económicas y sociales que amenazan el futuro del sector.
Esta propuesta sitúa en el centro de las políticas de pesca a las comunidades costeras y el equilibrio con la naturaleza, priorizando la calidad sobre la cantidad.
La visión subraya que solo a través de una transición justa de pesca se podrán garantizar océanos saludables y comunidades prósperas. Para lograrlo, será necesaria una amplia gama de soluciones locales, desde innovaciones técnicas y nuevas artes de pesca hasta modelos de negocio, transición energética y gestión participativa, que sirvan como semillas de innovación con potencial para replicarse y convertirse en modelos económicos comunes.
En la presentación, se remarcó la prioridad de esta propuesta: apoyar y conectar a los pescadores y pescadoras locales que ya son protagonistas de este cambio. Una transición que exige, además, una acción deliberada para restaurar los ecosistemas, reconfigurar los sistemas alimentarios y priorizar el consumo humano local y directo.
“La pesca europea se encuentra en una encrucijada”, afirmó Marta Cavallé, secretaria ejecutiva de Low Impact Fishers of Europe y copresidenta del grupo Rethink Fisheries.
Innovaciones y nuevos modelos para reducir el impacto ambiental
“A medida que el mundo atraviesa cambios rápidos, tanto ecológicos como sociales, necesitamos una visión compartida de la pesca que nos guíe hacia un futuro mejor. Este futuro reside en sistemas pesqueros de bajo impacto que restauren las funciones de los ecosistemas, defiendan la equidad y la justicia social, y fomenten comunidades pesqueras locales dinámicas y medios de vida dignos”.
“La pesca europea se encuentra en una encrucijada”, afirmó Marta Cavallé, secretaria ejecutiva de Low Impact Fishers of Europe y copresidenta del grupo Rethink Fisheries.
El documento se presentó como una contribución clave para inspirar los debates actuales políticos de la UE, como la futura Ley del Océano, la revisión de la Política Pesquera Común o la Visión Estratégica para la Pesca y la Acuicultura 2040.
España ante el reto de un reparto de la pesca más equitativo
En su intervención, Cecilia del Castillo, responsable de Pesca de Ecologistas en Acción, concluyó haciendo mención al Estado español: “El Gobierno debe utilizar todas las herramientas de las que ya dispone para impulsar con urgencia la transición hacia un modelo de pesca justo y de bajo impacto.
Esto implica, por ejemplo, un reparto justo de los derechos de pesca que favorezca a quienes reducen su impacto y fortalecen las comunidades locales, así como una protección real de los mares, mediante el desarrollo y la apuesta por planes de gestión participativos en los Espacios Marinos Protegidos”. Seguir leyendo en ECOticias.com













