Educar en sostenibilidad entre niños y jóvenes es muy importante para construir un futuro más responsable y consciente con el medio ambiente. Estas generaciones serán el futuro y tienen un papel clave a la hora de actuar como agentes de cambio para promover un impacto positivo en su comunidad y en el conjunto del planeta.
Es por ello que las instituciones educativas deben integrar en sus temarios todo lo que esté relacionado con la sostenibilidad para fomentar el pensamiento crítico y la reflexión sobre el estilo de vida que se lleva hoy en día.
Educación ambiental en sostenibilidad: el futuro en sus manos
Un total de 266 alumnos de primaria y secundaria catalanes han participado en un innovador proyecto de educación ambiental en el que centros educativos, de investigación y administraciones locales han constituido una red de trabajo conjunta para la concienciación sobre la gestión sostenible de recursos en las ciudades. Fruto del proyecto se ha creado un repositorio de ciencia ciudadana que recoge todos los materiales empleados para que las escuelas e institutos que deseen trabajar estos contenidos durante el curso puedan hacerlo libremente.
Liderado por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) en colaboración con el Departamento de Ingeniería Química, Biológica y Ambiental de la UAB, el proyecto «Ciencia Ciudadana y Sostenibilidad en el territorio de la B30» (CCS-B30) ha trabajado en la sensibilización de la comunidad educativa sobre los impactos del uso del agua y la generación de residuos orgánicos en entornos urbanos.
Para ello, se han integrado principios de ciencia ciudadana y metodologías de aprendizaje basado en retos dentro del currículo escolar, para fomentar la participación activa del alumnado y del profesorado en la búsqueda de soluciones sostenibles. El proyecto ha promovido la colaboración entre el ámbito científico, el ámbito educativo y el institucional, generando sinergias que han fortalecido el impacto del trabajo realizado.
Durante dos años se han llevado a cabo dos actividades piloto como herramienta educativa y ambiental: una centrada en analizar las ventajas de la recogida i el uso de agua de lluvia, que incluyó la instalación de sistemas de recogida de agua de lluvia y actividades de concienciación sobre el consumo hídrico, y otra sobre la gestión de residuos orgánicos, que introdujo el compostaje escolar. En la iniciativa han participado los alumnos de tercero y cuarto de primaria de las escuelas Turó de Guiera, Bellaterra y Collserola, y alumnos de segundo y cuarto de ESO de los institutos Gorgs, Pere Calders y Forat del Vent.
El proyecto ha implicado a la comunidad educativa en procesos de observación, experimentación y reflexión entre diferentes generaciones. Esta iniciativa pionera ha recibido financiación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades a través de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), la UAB, el Ayuntamiento de Cerdanyola del Vallès y la Asociación Àmbit B30.
Fruto del proyecto se han creado más de 20 materiales educativos, entre los que se incluyen cápsulas científicas en vídeo, unidades didácticas, propuestas de aprendizaje y herramientas para la recogida de datos. Estos recursos han sido diseñados conjuntamente por docentes e investigadores, lo que ha permitido adaptar el contenido científico al contexto pedagógico de cada centro.
«Los resultados obtenidos han sido muy positivos porque el alumnado ha entendido cómo y por qué vale la pena compostar residuos orgánicos y usar fuentes de agua alternativas. A través del proceso de codiseño de actividades piloto hemos conseguido ir un paso más allá, de la ciencia a la ingeniería ciudadana para la sostenibilidad», concluye Cristina Madrid.
Fomentar valores como la responsabilidad, el respeto y la solidaridad también es muy importante en una educación ambiental. Y es que, educar en sostenibilidad es invertir en un mundo que sea a corto plazo más justo, equilibrado y sostenible para las nuevas generaciones. ECOticias.com