El concepto de exposoma implica un cambio de perspectiva en la investigación de cómo los riesgos ambientales afectan a la salud humana y de las interacciones que existen entre todos los factores posibles a lo largo de toda la existencia humana y que condicionan la posibilidad de llevar una vida saludable.
En lugar de mirar las consecuencias que cada exposición podría tener en nuestro organismo, se plantea el estudio de todas las exposiciones a las que una persona está sujeta, desde la concepción hasta la muerte.
El exposoma tiene en cuenta todos los elementos a los que estamos expuestos a través de nuestra dieta, estilo de vida y el entorno en el que vivimos y trabajamos, así como factores biológicos internos como el metabolismo, la microflora intestinal, la inflamación y el estrés oxidativo.
Un nuevo concepto: el exposoma
Si preguntamos a alguien de la calle qué son los genes y qué tiene que ver con nosotros, la mayoría de personas sabrían que están relacionados con el color de ojos o el riesgo de enfermedades, entre otras cosas. Pero, si la pregunta es qué es el exposoma, es probable que muy poca gente sepa contestar.
Y es que exposoma es un concepto relativamente reciente -se acuñó en 2005-, pero que cada vez cobra más relevancia para entender cómo afecta el exterior a nuestra salud: desde el aire que respiramos, hasta la comida que comemos o los lugares donde vivimos.
En concreto, abarca la totalidad de las exposiciones ambientales a las que nos enfrentamos, desde la concepción hasta la muerte. Incluye factores como la contaminación atmosférica, la radiación ultravioleta, la dieta, el estrés, las interacciones sociales e incluso el clima. A diferencia del genoma, que es relativamente estable, el exposoma es dinámico y cambia constantemente a lo largo de nuestra vida, dejando una huella única en nuestra salud.
Por ejemplo, la Comisión de Contaminación y Salud de la revista científica The Lancet alertó que la contaminación fue responsable, nada más y nada menos que, de nueve millones de muertes prematuras en 2022, una de cada seis muertes en todo el mundo.
“El exposoma incluye todos los factores no genéticos que influyen en la salud, desde agentes físicos y químicos hasta entornos sociales y de comportamiento”, explica Josep Peñuelas, investigador del CSIC en el CREAF.
Los tres componentes del exposoma
- Exposiciones externas generales: incluyen factores sociales y ambientales más amplios como el estatus socioeconómico, la educación, el clima y los entornos urbanos o rurales.
- Exposiciones externas específicas: esta categoría cubre factores más directos y cuantificables como la dieta, la contaminación, los aditivos alimentarios, los pesticidas, la radiación, las infecciones y los hábitos de vida como fumar o la actividad física.
- Exposiciones internas: implica la respuesta del cuerpo al mundo exterior: la inflamación que causa el estrés, el delicado equilibrio de la flora intestinal, o el aprovechamiento de los nutrientes de la comida
El experto destaca que este nuevo marco es una oportunidad para que la comunidad investigadora pueda estudiar las interacciones de una infinidad de factores ambientales, tanto externos, por ejemplo, si respiras contaminación, qué comes, si fumas o no, como los internos, por ejemplo, las bacterias que habitan en nuestro cuerpo, el estrés o la epigenética y, en especial, “cómo la interacción entre todo esto da forma a nuestra salud”, añade.
Informe del impacto invisible del entorno en la salud
Durante la presentación, que tuvo lugar el pasado marzo, Josep Peñuelas destacó en especial los vínculos entre la ecología y la medicina: “el mundo microscópico está cambiando rápidamente, y un ejemplo paradigmático son los genes de resistencia a los antibióticos, presentes al agua, los suelos agrícolas y los alimentos que consumimos, lo que tiene una gran trascendencia para la salud”.