Apostamos por el yoga para equilibrar nuestro cuerpo, mente y emociones, porque ayuda a controlar el estrés, especialmente crónico o estrés a largo plazo (sea intenso o no).
Y es que el yoga consigue que seamos menos vulnerables a las enfermedades, puede ayudar a mejorar las que ya existen y mejorar nuestra calidad de vida… ¡incluso durante períodos de estrés!
Os contamos cómo lo hace y cómo la ciencia lo demuestra.
¿Cómo actúa el yoga?
Uno de los tipos de yoga más conocidos y practicados en occidente es el Hatha Yoga. Sus grandes repercusiones anatómicas profundas y a nivel energético (chakras y canales de energía) ayudan a equilibrarnos a todos los niveles. En general, una sesión de Hatha yoga consta de dos elementos principales: Asanas y Pranayama.
Los Asanas son posturas físicas que aporta beneficios particulares: algunas son estimulantes para el sistema nervioso y circulatorio; otras desarrollan la coordinación y la concentración; otras tienen un efecto calmante en el cuerpo, como por ejemplo la postura del cadáver, que se utiliza para períodos alargados de relajación. En los asanas hay partes del cuerpo que se estiran mientras otras se relajan (activando la circulación sanguínea llevándola a determinadas músculos y ligamentos; se lubrican las articulaciones); o se producen torsiones del tronco y miembros (se comprimen y masajean órganos internos y se rejuvenece el sistema nervioso); o se realizan posturas de equilibrio e inversión entre otras.
Por su parte, Pranayama son una variedad de técnicas respiratorias con las que se favorecer la concentración, la calma mental y el equilibro de energía vital. Con la combinación de pranayama y asanas se prepara al cuerpo para lograr la tranquilidad de la mente.
¿Se pueden demostrar estos efectos?
Los estudios realizados sobre el yoga se dirigen a demostrar que esta capacidad de manejar de forma proactiva el estrés en la vida cotidiana podría aliviar la activación constante del sistema endocrino, y a su vez, aumentar la eficacia del sistema inmune.
Las Asanas pueden proporcionar beneficios durante períodos bajos de energía. El Yoga puede inhibir el área simpática o posterior del hipotálamo, lo que significa que puede modular mejor las respuestas del cuerpo a estímulos estresantes y restaura los mecanismos reflejos autonómicos reguladores del mismo. La práctica del Yoga inhibe las áreas hipotalámicas y del sistema límbico responsables de miedo, agresividad y rabia, y estimulan los centros de recompensa en el cerebro anterior y áreas medianas, lo que lleva a un estado de felicidad y placer. Esto se traduce en una menor ansiedad, menor frecuencia cardíaca, menor frecuencia respiratoria, menor presión arterial y optimización del gasto cardíaco.
La práctica del Yoga probablemente inhibe la actividad de los núcleos paraventricular del hipotálamo, lo que afecta a la glándula pituitaria anterior para producir menos ACTH. La disminución de ACTH disminuye la síntesis de cortisol por las glándulas suprarrenales por lo que ayuda a disminuir a su vez el nivel de catecolaminas que se traduce en una menor respuesta al estrés y menor ansiedad entre otros cambios en el humor (1). Los cambios de ánimo en los que está implicada la regulación hormonal suprarrenal han sido medidos cuantificando diferentes sustancias:
- niveles bajos de cortisol en orina de 24 horas cuando hay una reducción del ánimo deprimido;
- niveles bajos norepinefrina en suero cuando hay una reducción de los niveles de ansiedad;
- niveles altos en suero de dehidroepiandrosterona-sulfato (DHEA-S) y de testosterona cuando hay reducción del ánimo deprimido.
Algunos ejemplos de cómo losAsanas trabajan:
- Kurmasana (tortuga) trabaja sobre el timo (órgano linfático y endocrino con influencia en el desarrollo y maduración del sistema linfático y en la respuesta inmunitaria ).
- Las posturas de inversión e inclinación hacia delante, por ejemplo, AdhoMukhaSvanasana (Perro boca abajo) mejorar el flujo de moco los senos paranasales y regulan el moco de los pulmones.
- Expandiendo caja torácica y pulmones trabajan Ustrasana (postura del camello) y Bhujangasana (postura de la Cobra) entre otras.
Pranayama
En cuanto a Pranayama o técnicas de respiración y entre ellas SudarshanKriya o respiración abdominal, son utilizadas para centrar la atención, reducir el estrés y mejorar las funciones inmunes. Estudios en pacientes de cáncer revelan que dichas técnicas aumentan las células Natural Killer significativamente a las 12 y 24 semanas de la práctica en comparación con el valor basal y con pacientes controles que no las realizaron. Se investiga si además se modifican las distintas poblaciones de los linfocitos y los niveles de diferentes factores de la respuesta inmune e inflamatoria como por ejemplo los de IFN-γ o interferón gamma, IL-10 o interleucina 10 (ambos asociados con la depresión asociada al cáncer) y IL-4 o interleucina 4 (inhibe la apoptosis o muerte celular en líneas celulares de cáncer de mama).
Muchos estudios han demostrado que los pacientes de cáncer tienen comprometida la función inmune y los niveles de estrés pueden afectar a las poblaciones linfocitarias y su respuesta. Este hecho se ha valorado para predecir la progresión de la enfermedad.
“La salud es el delicado balance en la armonía del cuerpo, mente y espíritu”
B.K.S Iyengar
Bibliografía:
(1). Arora S, Bhattacharjee J.Modulation of immune responses in stress by Yoga.
Int J Yoga. 2008 Jul;1(2):45-55. doi: 10.4103/0973-6131.43541. PMID: 21829284 [PubMed d]
(2). http://www.mdanderson.org/education-and-research/departments-programs-and-labs/programs-centers-institutes/integrative-medicine-program/index.htm
Dra Bárbara Malagón , colaboradora de Conasi.