La Fundación Antama ha señalado que varios países europeos están incumpliendo «reiteradamente» la aplicación de la legislación vigente en la Unión Europea con el objetivo de prohibir los cultivos genéticamente mofificados, ya que no justifican su prohibición con datos científicos.
Así, recuerda la reciente decisión de Bulgaria de prohibir la siembra de maíz transgénico que está autorizado por la Unión Europea, justificando esta medida en el marco de la aplicación de la ‘Cláusula de Salvaguarda’, de acuerdo con el artículo 23 de la Directiva 2001/18/CE y la medida de emergencia relativa al artículo 34 del reglamento (CE) Nº 1829/2003. En todo caso, ha destacado que Bulgaria, de momento, no ha justificado la prohibición de este cultivo en base al reglamento porque para ello se debe acreditar científicamente su posible efecto negativo para la salud o el medio ambiente ante la Comisión Europea y después ante la Autoridad Europea Alimentaria (EFSA).
La organización explica que la EFSA es una entidad científica independiente con 21 científicos que analizan las pruebas y dictaminan si son concluyentes o no aportan nada nuevo que justifique la prohibición. Esta opinión que emiten sirve posteriormente de base para que el Consejo o la Comisión acepten la invocación de esta cláusula o pida al Estado que levanta tal prohibición.
En este contexto, Fundación Antama afirma que los dictámenes fueron concluyentes, algo que indica que se puede consultar en la página de Internet de la EFSA en los casos de Francia, Austria, Grecia y Hungría, al tiempo que acusa a Alemania, Italia, Polonia o Luxemburgo de no cumplir con la obligación reglamentaria de remitir las evidencias científicas en las que se basaron para aplicar tal prohibición.
A este respecto, la organización ha precisado que de acuerdo con el procedimiento en vigor, el Consejo de Ministros o la Comisión debía haber exigido a estos estados miembro de la UE que levanten la prohibición, al tiempo que recuerda que esta acción «todavía no se ha adoptado en ningún caso y que ha creado un importante contrasentido normativo».
En cuanto a España, Fundación Antama subraya que esta cláusula no se ha aplicado porque «no se han encontrado evidencias científicas que justifiquen esta decisión», por lo que, a su juicio, «en ningún caso debe servir de modelo la actuación de determinados Estados que por diferentes motivos no científicos han bordeado el marco legislativo vigente».
Finalmente, destaca que 14 millones de agricultores de 25 países de la Unión Europea sembraron 134 millones de hectáreas en 2009 de semillas MG, y apostilla que durante 15 años estas plantas han sido cultivadas y consumidas «sin perjuicio para la salud ni para el medio ambiente».
Fundación Antama es una ONG para la promoción y realización de todo tipo de actividades que contribuyan a dar a conocer a la sociedad el desarrollo de las nuevas tecnologías aplicadas a la agricultura, el medio ambiente y la alimentación.
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