Porque la adaptación a los efectos de este fenómeno con suficiente antelación constituye un complemento necesario de las políticas de mitigación de gases de efecto invernadero, minimizando con ello los impactos y explorando nuevas oportunidades.
“Adaptación #PorElClima. Abriendo canales para la sensibilización y el fomento de la economía resiliente al cambio climático” es una iniciativa que se ha puesto en marcha con el apoyo de la Fundación Biodiversidad, adscrita al Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA), y cuya pretensión es contribuir a alcanzar uno de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, orientado hacia la adopción de medidas urgentes para hacer frente al cambio climático y sus efectos.
Porque la adaptación a los efectos de este fenómeno con suficiente antelación constituye un complemento necesario de las políticas de mitigación de gases de efecto invernadero, minimizando con ello los impactos y explorando nuevas oportunidades. En este marco, resulta evidente que las consecuencias del cambio climático serán más virulentas en aquellos países que estén menos adaptados, de ahí la necesidad de crear conciencia en el nuestro, altamente vulnerable, pasando a la acción y comprendiendo mejor cómo y por qué tomar determinadas decisiones en momentos de crisis.
Medidas y claves
La campaña cuenta con un sitio web porelclima.es/adaptación-al-cambio-climatico, en el que se divulgan los pormenores del cambio climático y se proporcionan las claves para luchar contra el mismo. Una tarea que corresponde a todos, ya que se trata de un desafío colectivo con consecuencias sobre la población, la economía y el medio ambiente, y que requiere de acciones inmediatas, pues somos la última generación que puede parar el desastre.
La página propone una treintena de medidas a adoptar por la ciudadanía y entidades de diverso tipo, haciendo especial hincapié en las pertenecientes a la categoría “no-regret”, es decir, aquéllas que resultan beneficiosas incluso en ausencia de cambio climático.
Las acciones se clasifican en tres categorías, prestando atención al incremento de las temperaturas, que provocan las denominadas “olas de calor”; la disminución de precipitaciones, contemplando la protección y gestión de recursos hídricos ante la disminución de la disponibilidad de agua; y los fenómenos meteorológicos extremos, que están aumentando tanto en número como en frecuencia. La formación de fuertes tormentas, además de las heladas, las olas de frío y de calor o las sequías e inundaciones son algunas de las variables que irán creciendo como consecuencia del cambio climático.
Asimismo, se permite dar cuenta de acciones individuales para que sirvan de ejemplo a seguir y contribuyan a fomentar la responsabilidad compartida.
Fuente: Sogama