El mar azul profundo se está volviendo un poco más verde. Si bien eso puede no parecer tan importante como, por ejemplo, el récord de temperaturas cálidas en la superficie del mar, el color de la superficie del océano es indicativo de la salud del ecosistema que se encuentra debajo.
Las comunidades de fitoplancton, los microscópicos organismos que hacen la fotosíntesis en los océanos y generan un porcentaje mayoritario del oxígeno atmosférico, abundan en las aguas cercanas a la superficie y son fundamentales para la red alimentaria acuática y el ciclo del carbono.
Este cambio en el tono del agua confirma una tendencia esperada con el cambio climático y señala cambios en los ecosistemas dentro del océano global, el cual cubre el 70 por ciento de la superficie de la Tierra y del que depende la climatología global.
El cambio de color del océano es muy real
El cambio climático está provocando que aumente la temperatura de los océanos y también variaciones en su color. Las aguas se están volviendo más azules en zonas ecuatoriales y, cerca de los polos, cada vez están más verdes.
«Aquellos sitios donde el mar es más verde indican que son aguas […] más ricas, más fértiles y, por tanto, que pueden sustentar más vida, mientras que en aquellos lugares donde el mar es más azul, este se está empobreciendo», ha explicado Manuel Vargas, investigador del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) en Las Mañanas de RNE.
La productividad del mar está cambiando también
Estos cambios de color están relacionados con la productividad del mar, ha subrayado el experto y ha añadido que un estudio elaborado por la Universidad de Duke «muestra que ciertas partes del Océano Mundial se están haciendo más azules».
Los investigadores apuntan a que el motivo de esta variación de color son las alteraciones en la concentración de clorofila en el agua, que está producida por el fitoplancton, un conjunto de diminutos organismos acuáticos que constituyen la base de la cadena alimentaria marina. El desplazamiento de estos hacia latitudes más cercanas a los polos podría tener una serie de consecuencias en el futuro.
La fertilidad oceánica varía
Por ejemplo, todo apunta a que ahora en zonas polares se están dando condiciones que favorecen que crezca más el fitoplancton porque las áreas que solían estar cubiertas por hielo casi todo el año han disminuido. «Ahora pasan una mayor parte del año sin estar cubiertas de hielo y es más fácil que proliferen estas algas microscópicas, que son las que hacen la fotosíntesis en el mar, producen oxígeno y además constituyen el alimento para los siguientes escalones», ha apuntado como posible causa el experto.
Sin embargo, en las zonas tropicales, que se caracterizaban por ser desiertos oceanográficos —ha explicado—, «parece ser que esta condición se está acentuando. Y podría ser —es una hipótesis, hay que ser cauto, ha aclarado— que esté relacionada con el cambio climático. ¿Por qué? Porque al hacerse más cálidas, esas aguas se están volviendo más estratificadas y cambian de color«, ha concluido Vargas. ECOticias.com