Un nuevo estudio de IHCantabria para el Puerto de Santander concluye que la Bahía ha alcanzado un “equilibrio dinámico”, pero también advierte que el cambio climático presenta desafíos a los que hay que buscar soluciones, como la pérdida de arena de algunas playas.
Los datos más actuales certifican que las tasas de erosión en las playas de Somo y Loredo y el avance de El Puntal se han reducido notablemente desde que la política de gestión de dragados y vertidos comenzó a diseñarse basándose en el conocimiento científico.
El estudio realizado recoge un conjunto de medidas propuestas para mantener el equilibrio actual, evitar los efectos del cambio climático y garantizar la sostenibilidad de la Bahía de Santander a largo plazo y que se deberían comenzar a aplicar cuanto antes.
Bahía de Santander: estudio ante los efectos del cambio climático
Un estudio del Instituto de Hidráulica de Cantabria (IHCantabria) indica que el sistema de playas y el canal de navegación de la bahía de Santander se encuentra en equilibrio dinámico gracias a los dragados, pero propone realimentar las playas con arena del exterior para hacer frente al aumento del nivel del mar por el cambio climático.
Ese estudio se ha llevado a cabo durante 18 meses, financiado con algo más de 300.000 euros por la Autoridad Portuaria de Santander, para determinar de forma científica si el sistema de dragado del canal de navegación que está llevando a cabo es efectivo.
El estudio lo han presentado este martes el director del IHCantabria, Raúl Medina, y el presidente de la Autoridad Portuaria, César Díaz, en una rueda de prensa en la que han destacado que ese sistema que se lleva a cabo desde los años 90 de dragar lo estrictamente necesario y devolver la arena al ecosistema ha reducido de dos metros a medio metro al año la pérdida en los arenales de Somo y Loredo.
También ha permitido reducir el avance del puntal, que históricamente era de más de diez metros al año a una tasa prácticamente nula (0,20 m/año).
Sin embargo, ambos han advertido de que el resultado de este estudio no es el final, sino solo el principio, porque han alertado de que, a pesar de ese equilibrio dinámico, la bahía de Santander se enfrenta a desafíos provocados por el cambio climático como el aumento del nivel del mar, que podría subir unos 20 centímetros en 25 años, con lo que las playas sufrirían un retroceso de más de 20 metros.
La estabilización del sistema de playas de Santander es el resultado directo de la política de gestión de dragados y vertidos implementada a partir de los años 90, que se basó en el conocimiento científico y en medidas basadas en la naturaleza.
El sistema está alcanzando, por tanto, un equilibrio morfológico y dinámico estable gracias a la gestión actual, pero al tratarse de una zona costera baja, es altamente sensible a los nuevos retos climáticos que deben ser tenidos en cuenta. EFE / ECOticias.com
 
			 
			













