España se presenta ante la COP30 con una ambición climática “intacta” y lista para defender un papel activo en la negociación global. La posición del Consejo de la Unión Europea, aprobada el 21 de octubre, marca un camino claro hacia la acción climática: un llamamiento a actualizar los compromisos nacionales (NDCs) y acelerar la transición energética.
Desde el punto de vista español, el marco normativo es cada vez más firme. Con la Ley de Cambio Climático y Transición Energética aprobada en 2021, junto al último Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021‑2030, España se ha comprometido a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, aumentar la eficiencia energética y ampliar el peso de las renovables en el mix energético.
La hoja de ruta nacional señala objetivos ambiciosos: una reducción de emisiones del 32 % respecto a 1990 para el año 2030, un elevado aumento en la cuota de renovables (hasta un 48 % del consumo final de energía) y mejoras sustanciales en eficiencia.
España tiene clara cuál será su postura en la COP30
A las puertas de la COP30 de Brasil en noviembre, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, ha adelantado que España acudirá con la propuesta de «salvar» la ambición climática. «Ni un paso atrás» ha dicho tras advertir de que «no todos los países de la UE» mantienen esta posición, tampoco EEUU.
La trigésima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático o COP30 se celebrará del 10 al 21 de noviembre de 2025 en la ciudad brasileña de Belém para intentar llegar a acuerdos los países, que contribuyan a la descarbonización y reducción de emisiones de CO2 con el fin de revertir el cambio climático y sus impactos sobre el planeta.
Las evidencias del calentamiento global cursan con temperaturas cada vez más sofocantes en el mundo, olas de calor reiteradas, sequías, macroincendios, inundaciones y otras muchas catástrofes naturales de gran intensidad y frecuencia, según advierten los científicos.
El Acuerdo de París del que se cumplen justo diez años de su aniversario, y del que Estados Unidos está fuera por segunda vez, con Donald Trump en la actual presidencia, marcó la ruta de los países para intentar situar el calentamiento global por debajo de 2 ºC, haciendo esfuerzos para limitar dicho aumento a 1,5 ºC, aunque el mundo se aleja cada vez más de esos límites.
«Es evidente que en estos momentos Estados Unidos está liderando un bloque de anti-internacionalismo al margen de los acuerdos de la cooperación multilateral; está dinamitando las bases de la propia razón de ser de Naciones Unidas», ha advertido Morán.
Actualmente, EEUU está «borrando cualquier compromiso de mantenimiento del statu quo del multilateralismo nacido tras la Segunda Guerra Mundial». El problema no es solo la posición de Estados Unidos como gran potencia, sino la capacidad que tiene «de arrastre de otros gobiernos que por razones coyunturales o de interés del momento se suman a esa deriva«.
El secretario de Estado de Medio Ambiente ha manifestado que el mundo podría estar en uno de los momentos de crisis, tras la Segunda Guerra Mundial, «más preocupantes».
Por otra parte, en la UE está el debate de si el bloque mantendrá el liderazgo ambiental que ha mantenido a lo largo de décadas como referente a nivel mundial; «esa es la línea que hay que seguir», ha dicho, aunque «no todos los países de la Unión Europea» mantienen la misma posición.
Salvar la ambición climática no es un objetivo sencillo
«Salvar el compromiso de ambición de la Unión Europea, para ir a Brasil con ese propósito, no está siendo sencillo«, ha afirmado Morán. La postura de España es no dar «ni un paso atrás», sería «sorprendente» una postura distinta por parte de este país «que ha sufrido en sus carnes los impactos más descarnados» de lo que supone esta emergencia.
Pese a las advertencias de la ciencia sobre las graves consecuencias del calentamiento global, «cada vez resulta más complicado mantener una posición firme» por parte de algunos países cuando aparecen en el contexto riesgos económicos.
«Una de las herramientas que ha aflorado y ha generado mayor pánico a lo largo de los últimos meses a nivel mundial ha sido la maquinaria bélica arancelaria de Estados Unidos«, ha advertido Morán.
«Evidentemente hay países que, en ausencia de argumentos para convencer de sus posiciones, utilizan posiciones de fuerza. Y eso es lo que en estos momentos se está haciendo». Morán ha mostrado su indignación contra los políticos incapaces de tomar decisiones con una visión de largo plazo, solo en respuesta a las coyunturas del momento.
Pacto de Estado climático
Se ha referido al pacto de Estado climático propuesto en España por el Gobierno «como acuerdo de país». A su juicio, el reto es de «unas dimensiones colosales y todos debemos ponernos manos a la obra».
«El problema está en quienes quieren autoexcluirse de este proceso, porque políticamente no les resulta rentable, porque consideran que tanta urgencia no es necesaria o porque consideran que el cambio climático es algo inventado». «En ese paquete de los negacionistas, los relativistas y los retardistas reside en estos momentos el mayor riesgo climático», ha advertido Morán.
Con todo, España defiende que esa ambición se mantenga no sólo en palabras sino en hechos, y que sea ambición sea coherente con el límite de calentamiento de 1,5 °C del Acuerdo de París. Así, su participación en COP30 viene acompañada de una firme convicción de avanzar en la transición justa, proteger a los más vulnerables y exigir financiación climática internacional.
En resumen: España acude a la cumbre con la ambición intacta, dispuesta a empujar la agenda global pero también a demostrar que la acción nacional puede ir de la mano del crecimiento, la justicia social y la protección del planeta. EFE / ECOticias.com














