Sin recursos económicos suficientes resulta imposible avanzar en la transición hacia un modelo de desarrollo bajo en carbono y resiliente al cambio climático. Los países en desarrollo, que suelen ser los más afectados por fenómenos extremos y al mismo tiempo los que menos han contribuido a las emisiones históricas de gases de efecto invernadero, necesitan apoyo financiero para implementar planes de adaptación, fortalecer sus economías y proteger a las comunidades más vulnerables.
Precisamente, como estos días ha quedado de manifiesto en III Foro Latinoamericano de Economía Verde (FLEV), organizado por la Agencia EFE en São Paulo, el financiamiento climático será uno de los temas importantes de la celebración este otoño de la COP30 en la ciudad de Belem.
Invertir para revertir el cambio climático: la financiación en la COP30
La directora ejecutiva de la próxima cumbre del clima de la ONU (COP30), la brasileña Ana Toni, aseguró este jueves que el evento «marcará un antes y un después» en la forma de abordar el financiamiento climático a nivel mundial. Toni, que pronunció un discurso en vídeo durante la apertura del III Foro Latinoamericano de Economía Verde (FLEV), organizado por la Agencia EFE en São Paulo, destacó que por primera vez se debaten nuevos mecanismos de financiación para la descarbonización, incluidas herramientas que recompensen el valor de servicios dedicados a la preservación de los ecosistemas.
«El debate climático siempre se concentra en la energía, y es lógico porque representa más del 70 % de las emisiones. Pero los bosques, los océanos y los manglares siguen quedando relegados, y es hora de cambiar eso», señaló Toni. En su mensaje, la ejecutiva recalcó que Brasil, con una matriz eléctrica compuesta en un 90 % por energías renovables, quiere ir más allá de la transición energética y poner la conservación en el centro de la economía verde.
En ese sentido, aludió al Fondo de Bosques Tropicales para Siempre (TFFF, en sus siglas en inglés), un nuevo mecanismo económico creado por Brasil que será presentado oficialmente en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se celebrará en noviembre en la ciudad brasileña de Belém. «No se trata de un fondo de donaciones, sino de una herramienta que permitirá remunerar por hectárea de bosque en pie«, explicó.
Este mecanismo busca reconocer y recompensar a quienes preservan los ecosistemas, como pueblos indígenas, comunidades rurales, agricultores y actores privados que conservan áreas más allá de lo exigido por ley. «Hasta ahora no existe ningún instrumento económico que garantice la preservación de los bosques en pie. El TFFF es una innovación que puede cambiar eso», afirmó Toni.
Además del Fondo de Bosques Tropicales, Brasil propondrá en la COP30 una «cesta de instrumentos económicos» que incluirá el pago por servicios ambientales vinculados a los manglares y el llamado «carbono azul», asociado a ecosistemas marinos. Esta agenda, que comenzó a debatirse durante la presidencia brasileña del G20, será consolidada en la conferencia climática como parte de una estrategia para acelerar la transición hacia una economía baja en carbono.
Durante su intervención, Toni también hizo un llamamiento a ampliar el diálogo sobre la economía verde, incorporando a las autoridades locales, al sector empresarial y a la sociedad civil en este espacio de debate sobre transición energética y desarrollo sostenible.
En resumen, el financiamiento climático no se limita a subvenciones directas, sino que incluye préstamos en condiciones favorables, inversión privada y mecanismos innovadores como los canjes de deuda por acción climática. También será fundamental fortalecer el Fondo Verde para el Clima y otros instrumentos multilaterales que canalizan recursos hacia proyectos de energías renovables, restauración de ecosistemas, agricultura sostenible y protección de comunidades costeras. EFE / ECOticias.com