La decimosexta edición del Informe sobre la Brecha de Emisiones 2025 revela que las proyecciones de calentamiento global para este siglo, basadas en la implementación total de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) presentadas hasta su reciente cierre para este año, se sitúan ahora entre 2,3 y 2,5 °C, mientras que las proyecciones basadas en las políticas actualmente en práctica alcanzan los 2,8 °C. En comparación, el informe del año pasado estimaba rangos de 2,6–2,8 °C y 3,1 °C, respectivamente.
Sin embargo, actualizaciones en las metodologías dan cuenta de 0,1 °C de esta mejora, y la próxima retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París anulará otro 0,1 °C, lo que significa que las nuevas NDC apenas han tenido un impacto real.
Las naciones permanecen lejos de alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a muy por debajo de los 2 °C, mientras se esfuerzan por mantenerse por debajo de los 1,5 °C.
Para alinearse con las trayectorias del Acuerdo de París hacia los 2 °C y 1,5 °C, se requieren reducciones de las emisiones anuales del 35 % y 55 %, respectivamente, en comparación con los niveles de 2019, para el año 2035.
Dada la magnitud de los recortes necesarios, el corto plazo disponible para lograrlos y el complejo contexto político actual, es muy probable que se supere el umbral de 1,5 °C en la próxima década.
Informe del PNUMA para 2025
Una evaluación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) sobre las nuevas promesas climáticas realizadas en el marco del Acuerdo de París concluye que el aumento previsto de la temperatura global durante este siglo solo ha disminuido ligeramente, lo que deja al mundo encaminado hacia una peligrosa intensificación de los riesgos y daños climáticos.
El Informe sobre la Brecha de Emisiones 2025: Fuera del blanco, del PNUMA, revela que las proyecciones de calentamiento global para este siglo, basadas en la implementación total de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), ahora se sitúan entre 2,3 ºC y 2,5 °C, en comparación con los 2,6 ºC a 2,8 °C del informe del año pasado. Si solo se aplican las políticas actuales, el calentamiento podría alcanzar hasta 2,8 °C, frente a los 3,1 °C del año anterior.
Sin embargo, actualizaciones en las metodologías dan cuenta de 0,1 °C de esta mejora, y la próxima retirada de los Estados Unidos del Acuerdo de París cancelará otro 0,1 °C, lo que significa que las nuevas NDC apenas han tenido un impacto real. Las naciones permanecen lejos de alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a muy por debajo de los 2 °C, mientras se esfuerzan por mantenerse por debajo de los 1,5 °C.
El Informe concluye que el promedio multidecenal del aumento de la temperatura global superará los 1,5 °C, al menos temporalmente.
Revertir esta situación será difícil: requerirá reducciones adicionales más rápidas y significativas de las emisiones de gases de efecto invernadero para minimizar el rebasamiento, reducir los daños a vidas y economías, y evitar una dependencia excesiva de métodos inciertos de eliminación de dióxido de carbono.
Reducción de emisiones
“Las y los científicos nos informan que un rebasamiento temporal sobre 1,5 ºC ahora es inevitable – comenzando, a más tardar, a inicios de la próxima década. Y el camino a un futuro habitable se vuelve cada día más empinado,” menciona el Secretario General de la ONU, António Guterres, en su mensaje sobre el Informe.
“Pero no es razón para rendirnos. Es razón para apretar el paso y apurarnos. Limitar el calentamiento a 1,5 grados hacia finales de siglo sigue siendo nuestra estrella guía. Y la ciencia es clara: este objetivo aún es alcanzable. Pero solo si aumentamos significativamente nuestra ambición.”
“Las naciones han tenido tres oportunidades para acertar con sus promesas en el marco del Acuerdo de París, y en cada ocasión han dado fuera del blanco”, afirmó Inger Andersen, Directora Ejecutiva del PNUMA.
“Como resultado, seguimos necesitando recortes adicionales sin precedentes en las emisiones de gases de efecto invernadero en un plazo cada vez más apretado, para minimizar los impactos climáticos letales y disruptivos, un reto que será incluso más desafiante en el contexto geopolítico actual.
Pero aún es posible, aunque apenas. Ya existen soluciones comprobadas. Desde el rápido crecimiento de las energías renovables de bajo costo hasta la reducción de las emisiones de metano, sabemos lo que debe hacerse. Ahora es el momento de que los países se comprometan plenamente e inviertan en su futuro mediante una acción climática ambiciosa, una acción que genere un crecimiento económico más rápido, mejor salud para las personas, más empleos, seguridad energética y resiliencia.”
Brecha de emisiones
El Informe concluye que solo 60 Partes del Acuerdo de París, que representan el 63 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, presentaron o anunciaron nuevas contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) con metas de mitigación para 2035 antes del 30 de septiembre pasado. Además de la falta de avances en los compromisos, persiste una enorme brecha de implementación, ya que los países no están en camino de cumplir sus NDC para 2030, mucho menos ejecutar las nuevas metas para 2035.
Alinear las acciones con el Acuerdo de París requiere recortes veloces y sin precedentes en las emisiones de gases de efecto invernadero, más allá de lo prometido, una tarea que se complica por el aumento de las emisiones, que crecieron un 2,3 % interanual hasta alcanzar 57,7 gigatoneladas de CO₂ equivalente en 2024. Para seguir trayectorias compatibles con un aumento no mayor de 2 °C, las emisiones en 2030 tendrían que reducirse en un 25 % respecto a los niveles de 2019, y en un 40 % para trayectorias que no sobrepasen 1,5 °C, con solo cinco años restantes para lograr este objetivo.
La completa implementación de todas las NDC reduciría las emisiones globales previstas en 2035 en aproximadamente un 15 % en comparación con los niveles de 2019, si bien la retirada de los Estados Unidos modificará estas cifras. Estas reducciones están muy por debajo del 35 % y el 55 % necesarios en 2035 para alinearse con trayectorias de 2 °C y 1,5 °C, respectivamente.
Acuerdo de París
La magnitud de los recortes necesarios y el corto plazo para lograrlos significa que el promedio multidecenal del aumento de la temperatura global ahora superará los 1,5 °C, muy probablemente dentro de la próxima década. Recortes estrictos de emisiones en el corto plazo podrían retrasar el inicio del rebasamiento, pero no evitarlo por completo. La gran tarea por delante es procurar que este rebasamiento sea temporal y mínimo, mediante reducciones rápidas de emisiones que mantengan abierta la posibilidad de volver a 1,5 °C para el año 2100.
Cada fracción de grado que se evita reduce la intensificación de los daños, pérdidas e impactos en la salud que afectan a todos las naciones —aunque golpean con mayor fuerza a las más pobres y vulnerables— y disminuye los riesgos de sobrepasar puntos de inflexión climáticos y otros impactos irreversibles.
Minimizar el rebasamiento también reduciría la dependencia de métodos de eliminación de dióxido de carbono inciertos, riesgosos y costosos, que tendrían que eliminar y almacenar de forma permanente el equivalente de unos cinco años de emisiones anuales globales actuales de CO₂ para revertir cada 0,1 °C de rebasamiento.
El Informe analiza un escenario de “acción rápida de mitigación a partir de 2025”, diseñado para limitar el rebasamiento a aproximadamente 0,3 °C, con una probabilidad del 66 %, y volver a 1,5 °C para el año 2100. En este escenario, las emisiones en 2030 tendrían que reducirse en un 26 % y en 2035 en un 46 % respecto a los niveles de 2019.
Calentamiento global
Desde la adopción del Acuerdo de París hace diez años, las proyecciones de temperatura han bajado del estimado de 2015 de entre 3 ºC y 3,5 °C al rango de este año de entre 2,3 ºC y 2,5 °C. Las tecnologías bajas en carbono necesarias para lograr grandes recortes de emisiones ya están disponibles. El desarrollo de energía eólica y solar está en auge, lo que reduce los costos de implementación.
Esto significa que la comunidad internacional puede acelerar la acción climática, si decide hacerlo. Sin embargo, lograr recortes más rápidos requeriría sortear un entorno geopolítico complejo, aumentar masivamente el apoyo a los países en desarrollo y rediseñar la arquitectura financiera internacional.
La acción y el liderazgo del Grupo de los 20 (G20) serán fundamentales, ya que sus miembros —excluyendo a la Unión Africana— representan el 77 % de las emisiones globales. Siete miembros del G20 han presentado nuevas NDC con metas para 2035, mientras que tres miembros han anunciado sus metas directamente. Sin embargo, estas promesas no son lo suficientemente ambiciosas; los miembros del G20, como colectivo, no están en camino de cumplir ni siquiera sus metas de NDC para 2030; y las emisiones del G20 aumentaron un 0,7 % en 2024 —todo lo cual indica la necesidad de intensificar masivamente la acción por parte de los mayores emisores. Seguir leyendo en: ECOticias.com
















