Múltiples crisis: mayores impactos sanitarios. Estas son parte de las conclusiones del Alarmante Informe mundial: The Lancet. Los datos muestran que ningún país está a salvo. El cambio climático aumenta la probabilidad y la gravedad de fenómenos meteorológicos extremos como olas de calor, fuertes precipitaciones, incendios forestales, tormentas y sequías, que cuestan cientos de miles de vidas cada año en todo el mundo.
En este sentido, los incendios forestales causaron devastación en Canadá, Estados Unidos, Grecia, Argelia, Italia, España y Turquía, y se registraron temperaturas récord en Australia, Canadá, India o Reino Unido.
El cambio climático es y será nefasto
«Los sistemas sanitarios son la primera línea de defensa para tratar los impactos en la salud física y mental de los fenómenos meteorológicos extremos y de los demás impactos de un clima cambiante. Pero los sistemas sanitarios están luchando para hacer frente a la carga de la pandemia de la covid-19. Y al mismo tiempo a las interrupciones de la cadena de suministro y a otros retos, poniendo vidas en peligro, hoy y en el futuro», dice Kristie Ebi, líder del grupo de trabajo del informe sobre adaptación, planificación y resiliencia para la salud y profesora del Centro de Salud y Medio Ambiente Global de la Universidad de Washington.
Los datos del informe de este año sugieren que, a corto plazo, el cambio climático está afectando a todos los pilares de la seguridad alimentaria. El aumento de las temperaturas y los fenómenos meteorológicos extremos amenazan directamente el rendimiento de las cosechas acortando la temporada de crecimiento de los cultivos en 9,3 días para el maíz, 1,7 días para el arroz y 6 días para el trigo de invierno y primavera.
El calor extremo se asoció con 98 millones más de personas que declararon inseguridad alimentaria de moderada a grave en 103 países en 2020, en comparación con los años anteriores entre 1981 y 2010. En promedio, un 29 % más de la superficie terrestre mundial se vio afectada por la sequía extrema anualmente entre 2012-2021, que entre 1951-1960, poniendo a las personas en riesgo de inseguridad hídrica y alimentaria, destaca el trabajo.
Peligra la seguridad alimentaria
«El cambio climático ya está teniendo un impacto negativo en la seguridad alimentaria, con implicaciones preocupantes para la malnutrición y la desnutrición. Un mayor aumento de la temperatura, de la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos y de las concentraciones de dióxido de carbono, ejercerá aún más presión sobre la disponibilidad y el acceso a alimentos nutritivos, especialmente para los más vulnerables». dice Elizabeth Robinson, coautora del trabajo y directora del Instituto de Investigación Grantham de la London School of Economics.
Robinson agrega que «esto es especialmente preocupante dado que las cadenas de suministro de alimentos a nivel mundial se han revelado este año, una vez más, como altamente vulnerables a las crisis, lo que se manifiesta en el rápido aumento de los precios de los alimentos y el consiguiente aumento de la inseguridad alimentaria». Múltiples crisis: mayores impactos sanitarios
Más enfermedades, menos trabajo
La exposición al calor extremo afecta directamente a la salud: exacerba las enfermedades cardiovasculares y respiratorias, los resultados adversos en el embarazo, el empeoramiento de los patrones de sueño, la mala salud mental y el aumento de las muertes relacionadas con lesiones. También afecta a la salud de forma indirecta al limitar la capacidad de las personas para trabajar y hacer ejercicio.
Las muertes relacionadas con el calor aumentaron un 68 % entre 2017-2021, en comparación con 2000-2004. Mientras que la exposición humana a días de peligro de incendio muy alto o extremadamente alto aumentó en el 61% de los países desde 2001-2004 hasta 2018-2021.
La exposición al calor provocó la pérdida de 470.000 millones de horas potenciales de trabajo en todo el mundo en 2021. Con pérdidas de ingresos equivalentes a proporciones sustanciales del PIB de los países, lo que afecta desproporcionadamente a los países de ingresos bajos y medios (5,6 % en los países de ingresos bajos y medios) y agrava el impacto de la crisis del coste de la vida.
El cambio climático también está afectando a la propagación de enfermedades infecciosas. La duración del tiempo adecuado para la transmisión de la malaria aumentó un 32,1 % en las zonas altas de las Américas, y un 14,9 % en África en 2012-2021, en comparación con 1951-1960.
La influencia del clima en el riesgo de transmisión del dengue aumentó un 12 % a nivel mundial en el mismo periodo. En combinación con la pandemia de covid-19, el aumento de las enfermedades infecciosas debido al cambio climático ha provocado errores de diagnóstico, presión sobre los sistemas sanitarios y dificultades para gestionar los brotes simultáneos de enfermedades. Múltiples crisis: mayores impactos sanitarios.