Si no se procede a la adaptación climática de los estadios, la Copa Mundial de fútbol de la FIFA 2026 podría ser la última que se realice en América del Norte debido al calor extremo al que están expuestos. Esta es una situación que ya se ha vivido en otras competencias deportivas, como fue el caso de las Olimpíadas de París en 2024.
El informe Canchas en Peligro, publicado por Common Goal y Football for Future, reveló que 10 de las 16 sedes en las que se jugarán los distintos partidos presentan un riesgo muy alto de sufrir condiciones de estrés térmico extremo, incentivadas por el calentamiento global y el cambio climático.
Calor extremo en las canchas del mundial
Diez de los 16 estadios que albergarán los partidos del Mundial de fútbol de 2026, en Estados Unidos, Canadá y México, superan ya los límites de seguridad para jugar debido al calor, según un informe publicado este martes.
Los actuales niveles de calor y las proyecciones hasta 2050 suponen, dice el análisis, que la próxima podría ser la última Copa del Mundo en la región de Norteamérica, al menos con el presente modelo de calendario estival, el tipo actual de infraestructuras y los escasos protocolos climáticos.
Los riesgos climáticos pueden demandar una planificación muy distinta de cuándo, dónde y cómo se juegan los partidos, añade el informe ‘Pitches in Peril’ (Canchas en peligro), elaborado por Football for Future y Common Goal y por la empresa de análisis de riesgos climáticos Jupiter Intelligence.
Los autores dividen los días en jugables, jugables tras adaptación e injugables y señalan que en este 2025 el estadio de Houston ya tiene 51 días injugables. Son 33 en Dallas, 17 en Kansas, 9 en Atlanta y Monterrey, 8 en Miami, 7 en Filadelfia, 3 en Nueva Jersey, 2 en Boston y uno en Los Ángeles por temperaturas superiores a 35 grados WBGT, índice de estrés térmico que evalúa el calor que percibe una persona.
Pero en 2050 el calor extremo será la nueva normalidad y casi el 90 % de los estadios de Norteamérica tendrán que adaptarse a ello. Los días injugables aumentarán, por ejemplo, a 92 en Houston, 64 en Dallas, 54 en Miami o 29 en Monterrey.
El documento recoge opiniones de jugadores como Juan Mata, campeón del mundo en 2010, que afirma: Como español, no puedo ignorar la realidad de la crisis climática. La estamos viendo más claramente que nunca, desde olas de calor sin precedentes hasta inundaciones como las de Valencia. El fútbol siempre ha unido a las personas, pero ahora también nos recuerda lo que podemos perder si no actuamos.
Mirando al futuro, el informe analiza también las condiciones de dos estadios que serán probablemente sede de los mundiales de 2030 y 2034, el Santiago Bernabéu en Madrid y el Rey Salmán en Riad.
El Bernabéu
El estudio solo prevé en el Bernabéu dos días con un índice WBGT superior a 32 °C en 2030, aunque otros indicadores muestran una tendencia más amplia de aumento del calor, con un claro cambio hacia periodos más largos y frecuentes de calor extremo.
Pero el estadio también afronta una grave exposición a la sequía. Los niveles de estrés hídrico, que reflejan la relación entre la demanda de agua y el suministro disponible, ya son elevados y se prevé que empeoren: 3,4 en 2025 (la demanda superará el suministro en más de tres veces), 3,5 en 2030 y 4,5 en 2050. Estas condiciones «ejercen una presión creciente sobre el sistema hídrico local, lo que podría afectar a los sistemas de riego y refrigeración, al saneamiento y a la seguridad hídrica regional en general», deduce el informe.
En cuanto al estadio Rey Salmán, en construcción y cuya finalización está prevista para 2029, en 2025 se esperan en la zona condiciones con un WBGT superior a 35 °C, considerado inseguro de dos días, cuatro en 2035 y 14 en 2050. Las proyecciones climáticas muestran que la zona que rodea el estadio ya experimenta un estrés hídrico extremadamente alto, con una demanda que supera con creces el suministro renovable disponible.
Los autores del informe consideran que el fútbol puede liderar la lucha contra el cambio climático por su capacidad de llegar a gobiernos, ciudades, sociedad civil y aficionados. Los torneos ofrecen una oportunidad única para poner a prueba ideas audaces, generar apoyo público y modelar una transformación sistémica.
También advierten que para 2050, casi el 90 % de los estadios de Norteamérica (y muchísimos más en el resto del mundo) requerirán adaptación al calor extremo, mientras que un tercio enfrentará una demanda de agua igual o superior a la oferta, por lo que no podrían considerarse aptos para la celebración de una Copa Mundial. EFE / ECOticias.com