La aceleración del calentamiento global es una realidad que han comprobado los científicos y de la que alertan al resto del mundo, para que se tomen medidas urgentes. Se ha disparado el estrés térmico laboral, la presión sobre los sumideros de carbono es enorme y el cambio climático ha permitido que aparezcan nuevos brotes de plagas tropicales como el dengue, en zonas antes impensadas.
En un documento recientemente publicado, se hacen una serie de advertencias basadas en estudios científicos recopilados durante 18 meses. Quienes han participado en este trabajo confían que resulte útil y que guie a los participantes de la COP30 que comenzará en breve, a tomar las mejores decisiones para combatir la crisis climática.
La ciencia debe ser la aliada indiscutible de quienes toman decisiones, ya que el cambio climático solo se puede combatir con acciones de mitigación eficientes, entre las que figuran: la eliminación de las emisiones de CO2, promover una reforma de los mercados del carbono y poner en práctica las 100 medidas de adaptación con las que se puede combatir la crisis climática.
Combatir el cambio climático es urgente
Las últimas investigaciones sobre el cambio climático sugieren una aceleración del calentamiento global, una presión sobre los sumideros de carbono terrestres, un aumento del estrés térmico laboral y la aparición de nuevos brotes de dengue causados por el clima, según el informe anual impulsado por el Programa Mundial de Investigaciones Climáticas, Future Earth y The Earth League.
El documento resume los diez avances más importantes en la investigación publicados en los últimos 18 meses, junto con unas recomendaciones políticas, y sus promotores confían en que sirva como guía para la toma de decisiones durante la Cumbre del Clima (COP30) de noviembre en Belém (Brasil).
Más de 70 investigadores de 21 países han concluido que, a la vista del calentamiento récord en 2023/24, «las pruebas sobre los factores que impulsan los recientes aumentos de la temperatura global sugieren una posible aceleración del calentamiento global«.
También señalan que el rápido calentamiento de los océanos y la intensificación de las olas de calor marinas «están dañando los ecosistemas y aumentando los riesgos de fenómenos meteorológicos extremos».
Los sumideros de carbono terrestres -ecosistemas como los bosques, que absorben más CO2 del que emiten– «están mostrando signos de estrés a medida que el planeta continúa calentándose», señala otra de sus conclusiones.
«Durante mucho tiempo hemos confiado en los bosques y los suelos para limpiar silenciosamente nuestro desastre de carbono, pero su capacidad está disminuyendo. Eso significa que es posible que estemos subestimando la brecha actual de emisiones, así como el ritmo del calentamiento futuro», ha incidido Sabine Fuss, jefa de departamento del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático y miembro del comité editorial del informe.
El trabajo subraya asimismo que la pérdida de biodiversidad y el cambio climático «se refuerzan mutuamente en un círculo vicioso desestabilizador«. El cambio climático está acelerando el agotamiento de las aguas subterráneas, lo que aumenta los riesgos para la agricultura y los asentamientos urbanos, según la ciencia climática.
Además, el aumento de las temperaturas crea condiciones más favorables para los mosquitos que transmiten el dengue, «lo que favorece la propagación geográfica y la intensidad de la enfermedad». En el plano de la productividad laboral, los efectos del cambio climático también son notables: «Se prevé que el aumento del estrés térmico reduzca las horas de trabajo y la producción económica».
¿Qué se puede hacer?
En el capítulo de recomendaciones, el informe determina que «es esencial ampliar la eliminación de dióxido de carbono de forma responsable, pero centrándose en las emisiones difíciles de reducir».
También considera necesario «reforzar las normas y la transparencia en los mercados voluntarios de carbono para garantizar beneficios reales en materia de mitigación» y destaca que «la combinación de políticas cuidadosamente diseñadas es más eficaz que las medidas aisladas para lograr reducciones profundas y duraderas de las emisiones».
Los autores expresan su deseo de que, entre otros objetivos, durante la COP30 «se finalice y adopte formalmente la lista de cien indicadores de adaptación -al cambio climático- propuestos en el programa de trabajo de los Emiratos Árabes Unidos y Belém» y se proporcione «la orientación política necesaria para resolver las divergencias pendientes» en este apartado.
El establecimiento de una plataforma oficial de intercambio de conocimientos, «que consolide y sintetice de manera sistemática la evidencia sobre políticas eficaces de mitigación del cambio climático», es otra de sus peticiones a los participantes en la COP30.
Las conclusiones del estudio que advierte de los graves daños que el cambio climático está ocasionando en la salud de las personas, en la biodiversidad y en los ecosistemas deben servir para que quienes participen en la COP30 tomen medidas que impliquen soluciones reales y aplicables para paliar la crisis climática.
Una plataforma que permita que los conocimientos científicos estén al alcance de todos sería ideal. Esta daría pautas oficiales y rigurosas para quienes delinean las políticas económicas, sociales y climáticas, con el fin de mitigar las consecuencias del cambio climático. EFE / ECOticias.com
 
			 
			













