La sequía puede provocar un aumento en la inflación debido a la disminución de la oferta de alimentos y el aumento de los precios. La falta de agua puede resultar en la pérdida de cultivos y la disminución de la producción agrícola, lo que puede provocar una escasez en el suministro de alimentos.
Cuando la oferta de alimentos disminuye, la demanda sigue siendo la misma o incluso aumenta, lo que resulta en un aumento en los precios de los alimentos. Los agricultores pueden tener que pagar precios más altos por el agua y otros insumos, lo que también aumenta sus costos de producción y, por lo tanto, los precios al consumidor final.
Además, la sequía puede provocar una disminución en la producción de otros bienes y servicios que dependen del agua, lo que también puede aumentar los precios. Por lo tanto, la falta de agua puede tener un impacto significativo en el costo de vida de la población y resultar en una inflación más alta.
Las sequías ahogan al planeta
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) urge a poner en marcha de manera “urgente” políticas más ambiciosas para prevenir las sequías y paliar sus consecuencias ante el creciente daño económico, ecológico y humano que ocasionan a nivel global. «Las sequías son cada vez más frecuentes y más severas en todo el mundo», alerta la OCDE en un informe sobre el impacto cada vez mayor que tienen estos episodios en la economía mundial.
Los territorios afectados por sequías se han doblado entre 1900 y 2020 y además el fenómeno se ha agravado recientemente: un 40 % de la superficie terrestre ha sufrido un incremento de la frecuencia y la intensidad de las sequías en las últimas décadas, subraya el documento.
Los análisis más recientes de la OCDE revelan que, desde 1980, un 37 % de la superficie terrestre ha sufrido «pérdidas significativas de humedad» y que el 62 % de los acuíferos supervisados están en declive. El informe destaca el «fuerte aumento de los costes de las sequías», que aumentan cada año entre un 3 y un 7,5 %, según los análisis de la organización económica.
También resalta que una sequía en 2025 causa el doble de daños que una en 2000, pero que en 2035 esos daños serán un 35 % superiores a los de hoy. Los principales daños se producen en la agricultura, pero también en la pérdida de generación hidroeléctrica o en aspectos menos visibles, como la reducción del transporte fluvial.
Además, y a pesar de que las sequías son únicamente un 6 % de los desastres naturales, causan un 34 % de las muertes por estos fenómenos (debido sobre todo a las hambrunas) y generan desplazamientos y migraciones, especialmente en el África subsahariana.
La OCDE apunta a que el cambio climático es el principal factor global en el aumento de las sequías y advierte de que con un aumento de las temperaturas de 4 grados centígrados respecto a la era preidustrial estos fenómenos serían hasta siete veces más frecuentes y graves. Las sequías se ven agravadas igualmente por la «agricultura insostenible» por sus prácticas de riego y por el desarrollo urbano, que aumenta la impermeabilización de los suelos.
Ante esta situación, la OCDE insiste en aplicar «enfoques proactivos», como la inversión en medidas de resiliencia ante la sequía, que dan resultados inmediatos y a largo plazo. Cada dólar invertido en esta área genera de 2 a 3 dólares en beneficios, aunque la cifra puede subir a 10 si se consideran los daños evitados. El informe también pide «políticas eficaces» de gestión del agua, a fin de asegurar una asignación más racional de los recursos disponibles.
Además, apuesta por políticas conjuntas en varios sectores, como la adaptación de la agricultura con mejores sistemas de irrigación o cultivos resistentes a la sequía o la restauración de suelos urbanos (un programa de este tipo en EE. UU. ha restaurado a la naturaleza 780 millones de metros cúbicos de agua anuales).
«Con las estrategias adecuadas, estos esfuerzos pueden sentar las bases para el desarrollo sostenible, garantizando la seguridad hídrica y alimentaria, la resiliencia climática y ecosistemas saludables», señala la OCDE. EFE / ECOticias.com