La ola de calor que sufre Europa está siendo provocada por una “cúpula de calor”: un sistema de alta presión que atrapa aire caliente sobre una región durante varios días, impidiendo que se disipe. Esta situación, amplificada por la desertificación del norte de África y los efectos globales del cambio climático, ha generado temperaturas extremas desde el sur de Europa hasta Escandinavia.
Según la Agencia Estatal de Meteorología de España (AEMET) y la Organización Meteorológica Mundial, esta es la primera gran ola de calor del verano europeo y ya muestra una intensidad inusitada para el mes de junio y comienzos de julio, especialmente por su duración y su extensión territorial.
Los expertos advierten que este fenómeno, que se presentará de manera cada vez más frecuente, es consecuencia directa del cambio climático y representa un riesgo grave para la salud pública, los ecosistemas y las infraestructuras.
El calor azota Europa
En las últimas semanas, muchas partes de Europa han registrado un calor extremo que pone en riesgo la salud e incluso la vida de los grupos de población más vulnerables, advirtió este martes la Organización Meteorológica Mundial (OMM), refiriéndose a ese fenómeno como un “asesino silencioso” en vista del impacto letal que puede tener.
La intensificación de estos eventos se atribuye al cambio climático inducido por la actividad humana, explicó la OMM. “Las olas de calor son cada vez más frecuentes, intensas y prolongadas. La acción temprana y la cooperación entre gobiernos, servicios meteorológicos y sectores de salud pública son esenciales para salvar vidas”, enfatizó la agencia.
En conferencia de prensa en Ginebra, la portavoz de la OMM, recalcó que toda la gente corre riesgos con tan altas temperaturas: “Quien sale sin agua en pleno día, a correr o a andar en bicicleta, probablemente tendrá problemas de salud o incluso morirá”, dijo Clare Nullis
Julio es tradicionalmente el mes más cálido en el hemisferio norte, y este año no es la excepción. Regiones de Europa Occidental, América del Norte, el norte de África, Medio Oriente y Asia Central experimentan actualmente temperaturas muy por encima del promedio.
45 °C a orillas del Mediterráneo
En Europa occidental, un potente sistema de alta presión ha atrapado aire cálido y seco proveniente del norte de África, generando un “domo de calor” con efectos devastadores. Países como España, Portugal, Italia y Grecia enfrentan temperaturas extremas.
La OMM señaló que la agencia meteorológica española reportó 46,0 °C en el sur del país durante el fin de semana. La agencia francesa, por su parte, emitió alertas rojas, nivel máximo de peligro, para 16 departamentos, mientras que otros 68 están bajo alerta naranja, con temperaturas que superan los 40 °C. Suiza también mantiene alertas activas, incluyendo en ciudades como Ginebra.
El mar Mediterráneo presenta temperaturas superficiales del agua excepcionalmente cálidas para esta época del año, lo que contribuye a reforzar el calor en las zonas costeras. En Marruecos, la ola de calor ha elevado el mercurio de los termómetros por encima de los 45 °C en varias regiones.
El calor en las ciudades es peor
La OMM indicó que las ciudades están particularmente expuestas al calor extremo debido al efecto de “isla de calor urbana”, donde el asfalto, los edificios y la escasa vegetación elevan significativamente las temperaturas nocturnas, agravando el estrés térmico y la mortalidad, según datos del informe sobre el Estado del Clima en Europa de la OMM y Copernicus.
Históricamente, más de dos tercios de las olas de calor más severas en Europa desde 1950 han ocurrido a partir del año 2000, y el Sexto Informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) prevé que, para 2050, la mitad de la población europea podría enfrentar un riesgo alto o muy alto de estrés térmico, especialmente en el sur del continente.
Las alertas y las respuestas sanitarias
Frente a este panorama, la OMM está ampliando la implementación de su iniciativa “Alertas Tempranas para Todos”, que incluye el Mecanismo de Coordinación de la OMM y la Red Global de Información sobre Calor y Salud, que reunió recientemente a expertos globales en Londres para avanzar en la vigilancia de la salud pública relacionada con el calor y armonizar indicadores para monitorear enfermedades y muertes asociadas con las altas temperaturas.
“El objetivo es que las agencias de salud puedan responder con mayor rapidez y eficacia, protegiendo especialmente a los grupos más vulnerables”, subrayó la OMM.
La Organización también impulsa el proyecto de Gobernanza del Riesgo por Calor Extremo, que busca integrar los esfuerzos de los sectores climático, sanitario y de emergencia para hacer frente de manera coordinada a esta amenaza creciente. ECOticias.com