El problema de la desindustrialización nociva –desindustrialización del empleo en zonas donde siguen funcionando industrias significativamente nocivas– es una realidad mundial y Europa no es una excepción. Esto afecta a los trabajadores, al medio ambiente, a la economía y a los objetivos ‘verdes’ de la UE.
Según los expertos, en las dos últimas décadas la proporción de la industria manufacturera en el empleo total de la Unión Europea ha caído más de 9 puntos porcentuales, un descenso que partió de un punto mucho más alto en los años setenta.
A pesar de esta caída, y a pesar de la mejora de los niveles tecnológicos, la crisis ecológica provocada por la producción industrial se ha agravado debido al crecimiento de la producción material y al carácter acumulativo de la degradación medioambiental.
Por eso desde los sindicatos se advierte que los trabajadores son los que están pagando los costes de una descarbonización, que en realidad es una desindustrialización y que como siempre afecta a los sectores más vulnerables.
La descarbonización debe ser real
La Confederación Europea de Sindicatos (CES) denunció que, a su juicio, la Unión Europea (UE) está cumpliendo sus objetivos en materia de cambio climático, entre los que se encuentran la reducción de emisiones y renovables para 2030, «gracias a la rápida desindustrialización y no a la descarbonización«.
La queja de los sindicatos se produjo tras el anuncio presentado por la Comisión Europea (CE), que aseguró que los países de la Unión están cerca de lograr su meta de reducción de emisiones y su objetivo de energías renovables para 2030 según sus propios compromisos en este ámbito para los próximos años.
En este sentido, el secretario general de la CES, Ludovic Voet, explicó a través de un comunicado que «millones de trabajadores» en Europa han perdido sus empleos debido a una «desindustrialización caótica». Añadió que el anuncio de la UE demuestra que está cumpliendo sus objetivos climáticos «gracias a la desindustrialización, y no a una descarbonización gestionada».
Los trabajadores no son moneda de cambio para alcanzar objetivos verdes
«Los objetivos verdes de la UE no pueden alcanzarse a costa de los trabajadores. La Comisión Europea prometió a los trabajadores una transición justa hacia una economía verde que no dejaría atrás a ningún trabajador ni comunidad», indicó.
En consecuencia, instó a la CE a presentar una ‘Directiva de Transición Justa’ que garantice que las empresas planifican el cambio «de forma proactiva» y que los trabajadores tienen derecho a una reconversión profesional remunerada en horario laboral. También reclamó inversiones que apoyen a la industria europea y garanticen empleos de calidad y negociación colectiva, además de un plan de protección del empleo.
«Si no se toman medidas proactivas para hacer realidad una transición justa hacia una economía descarbonizada, la Comisión está creando las condiciones para una reacción aún mayor contra las medidas climáticas que necesitamos para salvar el planeta», estimó el secretario de la CES.
Por su parte, la vicepresidenta de la Comisión Europea para la Transición Limpia, Teresa Ribera, comentó que se han realizado «grandes avances» en los objetivos de la transición energética, las renovables y la eficiencia pero que deben «seguir trabajando para conseguir la total descarbonización de la economía». EFE / ECOticias.com