Un veranillo de San Martín a la altura de la COP28. En España, los antecedentes no son buenos. Los informes de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) revelan que septiembre fue un mes templado, con 1 °C de anomalía térmica. No obstante, lo ‘peor’ llegó en octubre, con 2,6 °C por encima de la media, lo que lo convirtió en el segundo octubre más cálido desde que hay registros.
A falta de datos consolidados, este noviembre podría no ser el más caluroso y ‘rompería’ la racha de sus predecesores. Sin embargo, su ‘veranillo’ a comienzos de mes le hace la competencia al de 2015, el más cálido hasta la fecha.
Casi un 75% del año 2023 ha sido más cálido de lo normal
Durante una semana, entre el 10 y el 16 de noviembre, España vivió el veranillo de San Martín, un “episodio cálido inusual”, en palabras de Aemet, que supuso la llegada de temperaturas casi veraniegas a la costa mediterránea.
El fenómeno, que no se produce todos los años, trajo consigo temperaturas medias que se movieron entre los 15 y los 17 °C.
Esta subida de los termómetros empujó hacia arriba también los valores medios de las temperaturas mínimas, con casi diez grados de diferencia entre el día 12 (12,3 °C) y el 26 (2,5 °C). Pero sobre todo afectó a las máximas, sin un solo día que haya bajado de los 15 °C.
Revisando los datos desde 1991, este no ha sido el año con las temperaturas medias más altas, con 2009 y 2019 cogiendo la delantera y aupando también los registros máximos y mínimos. Rubén del Campo, portavoz de Aemet, auguraba que la subida anómala de este año iba a ser más que un “veranillo otoñal”, colocándose incluso como “el más cálido de la serie histórica”.
Aemet
Lo cierto es que este episodio queda cerca de igualar al de 2015, que duró unos días más, con temperaturas máximas en torno a los 20 °C, frente a los 19 °C de media de este año. Y supera a otros veranillos de duración similar, como el de 2011, 1998 o 1995 (este último algo más tardío), cuyas temperaturas más altas no pasaron de los 18 °C.
La impresión de que este 2023 está siendo más cálido que otros años no es una mera sensación. A un mes de cerrar el año, siete de cada diez días han sido más cálidos de lo normal, con diferencias de más de siete grados por encima del período 1991-2020 a finales del mes de abril y a mediados de agosto.
No obstante, al mirar el dato por provincias, en este año las temperaturas más altas solo se han alcanzado en tres: Girona, Ourense y Madrid. En el caso de la provincia catalana, se superaron los 28 °C de máxima el 14 de noviembre, misma fecha en la que 19º C de media, el valor más elevado de los últimos 30 años.
Ourense también batió su récord de temperatura media el día 12 con 20º C. Por su parte, Madrid alcanzó su mínima más alta el pasado viernes con 12,1 °C.
2023, el año más cálido de la era industrial
Fuera de España, la situación no es mejor. El 17 de noviembre, por ejemplo, la temperatura del aire se colocó 2º C por encima de los niveles preindustriales (entre 1850 y 1900), una barrera no superada nunca, según los datos del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Medio Plazo (ECMWF, por sus siglas en inglés) y el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S).
Si se echa mano de los registros entre 1991 y 2020, en ese mismo día estuvieron cerca de superarse los 1,2 °C, de nuevo el dato más alto hasta la fecha. “Estos récords anómalos revelan que este mes de noviembre es probable que sea el más cálido desde que hay registros”, explicaban desde Copernicus.
En la misma línea, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicaba un informe coincidiendo con el inicio de la COP28. Tras analizar los datos de cinco organismos, entre ellos ECMWF, su documento concluía que “2023 va camino de ser el año más cálido jamás registrado”, a punto de alcanzar los 1,5 °C por encima de los valores industriales, rozando el límite impuesto en el Acuerdo de París.
En ese estudio aún no están incluidos los registros de noviembre y diciembre, pero no se prevé que altere ese titular al final de año. «La diferencia [de temperatura frente a otros años] es tan importante que, con toda probabilidad, los valores que se registrarán en los dos últimos meses del año no repercutirán en la clasificación», concluía la OMM. Un veranillo de San Martín a la altura de la COP28.