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jueves, septiembre 21, 2023

La grasa es la única ‘arma’ que permite al coral defenderse del cambio climático

Un nuevo estudio ofrece pistas importantes en cuanto a que las especies de coral son las más propensos a soportar episodios repetidos de estrés por calor, llamado «blanqueamiento», a medida que el cambio climático calienta los océanos del mundo.

Hace un año, investigadores descubrieron que la grasa ayuda a los corales a sobrevivir al estrés del calor en el corto plazo y ahora parece que les permite también sobrevivir en el largo plazo.

Un nuevo estudio ofrece pistas importantes en cuanto a que las especies de coral son las más propensos a soportar episodios repetidos de estrés por calor, llamado «blanqueamiento», a medida que el cambio climático calienta los océanos del mundo.

En la edición de este miércoles de ‘Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences’, los autores de esta investigación informan que las mismas especies de coral que almacenan grasa que mostraron mayor capacidad de recuperación en un análisis sobre el blanqueo en 2014 se han recuperado más plenamente a lo largo del año en comparación con otras especies que almacenan menos grasa.

La autora principal del estudio, Verena Schoepf, exestudiante de doctorado en la Facultad de Ciencias de la Tierra en la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos, y ahora investigadora asociada en la Universidad de Australia Occidental, dice que los corales tropicales son extremadamente sensibles al estrés por calor. «Tres eventos de blanqueamiento globales ya han tenido lugar desde la década de 1980 y es probable que se produzcan anualmente comenzando a finales de este siglo -explica–. Por lo tanto, es más urgente que nunca saber cómo el coral puede sobrevivir al blanqueo anual, una de las principales amenazas de los arrecifes de coral en la actualidad».

Los corales son animales que viven en simbiosis con las algas y cuando están estresados, vacían las algas de sus células y adquieren una apariencia pálida o «blanqueada». Los corales blanqueados son más susceptibles a los daños de la tormenta y la enfermedad.

Otro de los investigadores de este estudio, Andréa Grottoli, profesor en la Escuela de Ciencias de la Tierra en la Universidad de Ohio, señala que el blanqueamiento repetido en última instancia conduce a una menor diversidad en los arrecifes de coral, donde todos los tamaños y formas diferentes de coral proporcionan hábitats especializados para los peces y otras criaturas.

«El blanqueo cambiará significativamente el futuro de los arrecifes de coral, con el coral sensible al calor incapaz de recuperarse», afirma Grottoli. Las interacciones entre los corales y sus algas endosimbióticas, así como depredadores y presas cambiarían entonces en un efecto dominó.

«Eventos de blanqueamiento ya se han traducido en importantes cantidades de corales moribundos y causando impacto en los ecosistemas oceánicos, pero hasta ahora en gran parte se desconocía si los corales podrían recuperarse entre los eventos anuales de blanqueo», agrega Schoepf. De hecho, la evidencia de que la grasa es un componente clave para la supervivencia de coral se ha estado construyendo en los últimos años.

En 2014, Grottoli, Schoepf y sus colegas expusieron tres especies de coral diferentes a dos rondas de blanqueo anual y los analizaron seis semanas más tarde para ver lo bien que se habían recuperado. En ese momento, el coral ‘Porites divaricata’, las especies que mantienen las mayores reservas de grasa, había sobrevivido mejor, mientras el coral ‘Orbicella faveolata’, que posee menos reservas de grasa, se había recuperado en menor medida. ‘Porites astreoides’, que almacena la que menos grasa, se había recuperado la que menos.

Ahora, un año más tarde, los investigadores han revisado los corales y descubierto que tanto el coral ‘Porites divaricata’ como el ‘Orbicella faveolata’ se han recuperado mientras que ‘Porites asteroides¡ aún no se ha recuperado y probablemente nunca lo hará la frecuencia de blanqueo sigue siendo alta. Sorprendentemente, las tres especies parecen estar sanas a primera vista. El alga simbiótica había regresado a sus células, por lo que el color normal de los corales había regresado, pero análisis posteriores de los cuerpos de los corales cuentan una historia diferente.

«Todos ellos se ven saludables en el exterior, pero no están todos sanos en el interior», subraya Grottoli. Los coralees sanos obtienen su energía diaria a partir de azúcar que las algas fabrican mediante la fotosíntesis. Para el crecimiento, la curación y la reproducción toman una dieta que incluye zooplancton y durante el blanqueado, su estado nutricional se desequilibra.

«Cuando el coral se blanquea, ya no recibe suficiente energía de los alimentos, por lo que se inicia la desaceleración de su crecimiento y pierde sus reservas de grasa y otra energía, al igual que lo hacen los humanos en tiempos de dificultades», detalla Schoepf.

Cuando la fotosíntesis de los corales se ralentiza durante el blanqueo, empiezan a consumir sus propios cuerpos, igual que los cuerpos humanos hacen cuando hay desnutrición severa. Mientras todos los corales en el estudio fueron capaces de comer zooplancton, los que tenían más grasa para quemar tenían que realizar menos curación tras el blanqueo y fueron capaces de reanudar un estado normal dentro de un año.

Los que tienen menos grasa para quemar registraron más daño sostenido y así –incluso un año después– que todavía están en el proceso de recuperación. «Nuestra investigación nos ayudará a predecir la persistencia de los arrecifes de coral, porque el conocimiento de su capacidad para recuperarse de la decoloración anual es información crítica para estos modelos», concluye Grottoli.

ep

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