El proyecto BlauCat está abocado a analizar el estado del carbono azul en los ecosistemas litorales de Cataluña con el objetivo de evaluar su potencial como sumideros de CO₂ y diseñar estrategias de conservación y restauración.
Estos ecosistemas, que incluyen humedales y praderas marinas, son fundamentales para el secuestro de carbono, la lucha contra el calentamiento global, la mitigación del cambio climático, la protección costera y la preservación de la biodiversidad marina.
BlauCat cuantifica las reservas de carbono azul, identifica amenazas y establece herramientas de seguimiento que facilitan una gestión basada en evidencia científica. Además, el proyecto sienta las bases para su inclusión en los mecanismos de compensación de carbono y las políticas ambientales de Cataluña.
BlauCat y el carbono azul
El centro tecnológico Eurecat coordina el proyecto BlauCat, que analiza el estado del carbono azul en los ecosistemas costeros de Cataluña para poner en valor el papel clave de las zonas húmedas y otros sistemas costeros como reservas naturales de carbono, capaces de capturarlo y almacenarlo de forma eficiente.
La iniciativa BlauCat también se centrará en diseñar estrategias de conservación y restauración de los ecosistemas costeros y creará una base de datos específica sobre el carbono azul en Cataluña. Con este objetivo, Eurecat ha iniciado trabajos de campo en el delta del Ebro para analizar el carbono presente en el primer metro de profundidad del suelo.
A partir de los resultados de los análisis y evaluaciones que lleve a cabo el proyecto BlauCat , “la iniciativa puede convertirse en la base de un futuro sistema de créditos de carbono en Cataluña para captar carbono en los sistemas costeros y favorecer la mitigación del cambio climático”, señala el director del Centro en Resiliencia Climática, Carles Ibáñez.
Así mismo, el secretario de Transición Ecológica, Jordi Sargatal, ha explicado que el Departamento de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica diseñará un plan de acción del carbono azul, BlauCat, para reforzar la lucha contra el cambio climático y promover la conservación y restauración de los ecosistemas litorales. “Humedales, lagunas, bahías y praderas de algas pueden ser unos aliados magníficos en la adaptación del litoral al cambio climático y en el secuestro de carbono”, explica Jordi Sargatal.
Para establecer las bases de este plan ha encargado el proyecto BlauCat , de tres años de duración, que está liderado por el Centro en Resiliencia Climática (CRC), coordinado por Eurecat, y que se financia con 1,1 millones de euros provenientes del Fondo Climático de la Generalitat, un fondo público, gestionado por el Departamento de Territorio, Vivienda y Transición ecológica, que se nutre con el 50 por ciento de los ingresos obtenidos con el impuesto sobre las emisiones de CO2 de los vehículos de tracción mecánica y el 20 por ciento de la recaudación del impuesto sobre las instalaciones que inciden en el medio ambiente.
Eurecat coordina el proyecto BlauCat y colaboran el Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC) y el Centro de Investigación Ecológica y de Aplicaciones Forestales (CREAF). BlauCat se ha presentado en el transcurso del segundo workshop del Centro en Resiliencia Climática “La Resiliencia Climática en Cataluña: puntos de no retorno, oportunidades, buenas prácticas”, celebrado en Amposta a finales de la anterior semana.
“Mediante el cartografiado, las campañas experimentales, el análisis de presiones ambientales y las propuestas de restauración, el proyecto BlauCat generará conocimiento clave para proteger estos hábitats, contribuyendo a la resiliencia de las zonas costeras y a la sostenibilidad de los ecosistemas marinos y terrestres”, apunta el director de la Unidad de Soluciones Climáticas y Servicios Ecosistémicos de Eurecat, Nil Álvarez.
Capacidad de la costa catalana como sumidero de carbón
Teniendo en cuenta que los ecosistemas litorales, que incluyen humedales, lagunas, bahías y praderas de algas, almacenan parte del dióxido de carbono (CO₂) de la atmósfera, conocido como carbono azul, de forma similar al que retienen plantas y suelos terrestres, se realizará una evaluación detallada del estado actual de los sistemas litorales catalanes.
Gracias al proyecto BlauCat se estimará tanto el depósito de carbono almacenado como su capacidad de sumidero con analíticas y muestreos y utilizando herramientas digitales y modelos estadísticos con técnicas de inteligencia artificial.
La evaluación precisa del carbono en las zonas húmedas tiene el objetivo de contribuir a mitigar el cambio climático, mediante la identificación y protección de las que contienen reservas de carbono grandes por unidad de superficie, y para facilitar la inclusión de los humedales en programas de compensación de carbono.
Otro de los ejes del proyecto es conocer el potencial de restauración de los ecosistemas litorales teniendo en cuenta no solo su capacidad de secuestro de carbono, sino también la provisión de otros servicios ecosistémicos, como la protección ante la erosión y las inundaciones o la recuperación de la biodiversidad. Esto permitirá identificar zonas prioritarias para la restauración ambiental.
Los humedales catalanes ocupan una superficie aproximada de 20.000 hectáreas, principalmente en los deltas del Ebro y del Llobregat y en los Humedales del Empordà. Aun así, los datos actuales sobre el contenido de carbono orgánico son limitados y variables.
Estudios recientes indican valores con una media estimada del 14 por ciento en los primeros 20 centímetros de suelo en el delta del Ebro, que representa unos 20 quilogramos de carbono por metro cuadrado. Esta cifra podría aumentar significativamente si se consideran profundidades superiores. Las tasas de captura anual también son destacables, entre los 32 y los 435 gramos de carbono por metro cuadrado y año, con una media similar a la de los humedales a nivel mundial.
En cuanto a los ecosistemas marinos, las praderías de fanerógamas, las praderas de algas, cubren cerca de 9.700 hectáreas del litoral catalán. Con una capacidad de acumulación de carbono de entre 30 y 37 quilogramos por metro cuadrado, pueden llegar a almacenar entre 2,9 y 3,6 millones de toneladas de carbono orgánico.