La iniciativa, financiada por el gobierno, se denomina «N+3» porque los nuevos aviones serie D están destinados a revolucionar la industria aeronáutica en tres generaciones.
A MIT, Boeing, GE Aviation y Northrop Grumman se les encomendó la tarea de repensar el mercado de aviones comerciales subsónicos, mientras que los equipos de Boeing y Lockheed Martin se encargaron de la creación de aviones comerciales supersónicos – aviones de pasajeros que viajaba más rápido que la velocidad del sonido-. El objetivo de la NASA era reducir el consumo de combustible, ya que en tres décadas el tráfico aéreo se duplicará. La siguiente fase del proyecto es recibir la financiación para que los diseños de las nuevas aeronaves se puedan materializar en el mercado.
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El modelo presentado por MIT está pensado para 180 pasajeros y pretende sustituir al actual Boeing 737. Los aviones convencionales se basan en un diseño único del fuselaje, mientras que la serie D utiliza dos partes tubulares unidas, lo que explica el sobrenombre de burbuja doble. El nuevo avión utiliza una gran cantidad de avances tecnológicos para reducir su consumo de combustible. Sus alas son más delgadas y más largas, la cola es más pequeña y el motor está situado en la parte trasera del avión y no en las alas. Todas estas características, junto con innovadores sistemas de propulsión, suponen buena parte de la reducción en el uso de combustible.
El equipo del MIT también ha dado a conocer su serie H – un «cuerpo alado híbrido» con capacidad para 350 pasajeros y que podría sustituir en el mercado al 777. La NASA espera que los diseños de este programa alcen el vuelo en 2035, con menos ruido y menos emisiones de CO2 y óxidos de nitrógeno.