Según el estudio, para cumplir con este objetivo es necesario actuar antes de 2015, si bien la factura energética en este escenario empieza a disminuir antes de 2020 y los gastos de explotación diarios se reducen de forma rápida y continuada. «Podemos lograr costes más eficientes», aseguró Jules Kortenhorst, director ejecutivo del ECF, durante la presentación del estudio. En él, han colaborado el Real Instituto Elcano y el Ministerio de Medio Ambiente.
Este trabajo señala que las políticas se deben centrar en tomar medidas de eficiencia energética que ahorren costes y reduzcan demanda, así como en inversiones en redes eléctricas regionales y redes inteligentes locales. También defiende la necesidad de coordinar las operaciones de mercado entre los países miembros de la Unión Europea (UE) que maximicen el valor de las inversiones en las infraestructuras de baja emisión de carbono y que minimicen los requisitos de centrales de reserva y de equilibrio del sistema. Además, apuesta por una reforma del mercado para asegurar un incentivo a largo plazo para los inversores.
Habrá que construir las infraestructuras necesarias para generar la electricidad que se precisará para 2050 porque las actuales, salvo las hidroeléctricas, han terminado su vida útil, aseguró el responsable del organismo europeo. «La red actual se construyó después de la Segunda Guerra Mundial», apuntó, para añadir que este informe demuestra que el objetivo de la reducción al 80% es posible desde el punto de vista económico.
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