Martínez, que ha centrado su actividad profesional en medio ambiente y en desarrollo empresarial, ha puesto en este sentido el ejemplo de Rusia, «que ha anunciado que no va a exportar cereales al menos en 2012 para asegurar el consumo interno, una crisis provocada a su vez por los incendios forestales y la reducción de cosechas y que tiene una relación con los cambios climáticos».
«Este cambio no es sólo una transformación física, como que dentro de unos años el paisaje de Sevilla será muy parecido al del desierto de Arizona, sino que también está influido por las transformaciones económicas y lo que implican, lo que es un riesgo y un reto que debemos afrontar desde la sociedad», ha apuntado.
Para el director, el cambio climático «es uno de los retos globales de la humanidad», aunque también ha destacado que hay otros «importantes y significativos» como los derivados de los desastres naturales, «como el terremoto de Haití, las inundaciones en Pakistán o la erupción del volcán islandés», que condicionan y se transforman en un reto global «simplemente por la repercusión económica que tienen y la movilización de recursos que provocan».
En este sentido, también ha resaltado los riesgos globales de la salud, «como el caso de la gripe A hace un año», recordando que «sería imposible que el mundo pueda soportar una situación de alteración sobre la salud, ya que se puede transformar de una incidencia local a un riesgo global» y ha añadido que otro reto «es el tema de la seguridad, por ejemplo, en los aeropuertos de Estados Unidos, donde las personas tienen que pasar horas siendo analizadas de todas las formas posibles».
Una reflexión que, como ha confesado Martínez, harán en el encuentro, que ha comenzado este miércoles y que se prolongará hasta el próximo viernes, «vinculada al sector más importante que genera e introduce cambios climáticos y que es la energía, la base de nuestra actividad y que parece algo consustancial».
«Una crisis desde el punto de vista de este recurso, como que alcanzase un coste excesivo, estuviese limitado o no se pudiera producir, alteraría notablemente las condiciones de vida en la población del mundo», ha lamentado y ha destacado que la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero que se producen en el planeta «está vinculados al transporte, la producción y el consumo».
El director ha avanzado que el encuentro va a reflexionar sobre temas como las emisiones, «de las que no están exentas las energías renovables, por lo que habrá que contar cuál es el estado de cada una de ellas y su contribución al cambio climático», de forma que, en su opinión, «habrá que someter a la propia crítica la huella que las emisiones de estas energías tienen».
Ha puntualizado que la energía eólica, otra de las conferencias, «supuso el otoño pasado más del 50 por ciento de la energía consumida en España» y ha matizado que este tipo de alternativas «suelen ser discontinuas, por lo que necesitan una capacidad instalada mayor». Finalmente, ha adelantado que temas como el protocolo de Kyoto, la eficiencia energética, o un nuevo modelo para España serán otros de los asuntos que se tratarán en el encuentro.
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