En América Latina, los pueblos indígenas de la Cuenca Amazónica son especialmente vulnerables ya que sus tierras están siendo rápidamente deforestadas y degradadas bajo la creciente presión de la agricultura y las industrias extractivas; muchos de los ecosistemas de los que ellos dependen ya han sufrido daños irreversibles. Se estima que si las tendencias actuales de deforestación continúan, el 30 por ciento de los bosques actuales del Amazonas desaparecerá para el año 2050.
A pesar de su rol como guardianes de los bosques, los pueblos indígenas no han podido jugar un papel importante en el proceso de diálogo y la toma de decisiones, y en actividades relacionadas con la mitigación y adaptación ante el cambio climático. A medida que el diálogo sobre el cambio climático se vuelve más sofisticado con avances científicos, al igual que nuevas opciones de mercado y de gobernabilidad, la capacidad de los pueblos indígenas para participar y contribuir al diseño de estas nuevas actividades se reducirá debido a la persistente falta de acceso a información y recursos para participar efectivamente en reuniones y procesos locales, regionales, nacionales e internacionales.
Un proyecto de cooperación técnica de US$ 1 millón recientemente aprobado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), está tratando de cambiar esta realidad a través del fortalecimiento de la capacidad de comunidades de los pueblos indígenas de la Amazonía para representar más eficazmente sus puntos de vista e intereses en las negociaciones sobre cambio climático.
En los próximos dos años de implementación, el proyecto apoyará la creación de capacidades para líderes indígenas y sus comunidades para que puedan participar más efectivamente en los procesos de consulta, negociación y toma de decisiones relativas a las agendas de cambio climático en la cuenca del Amazonas, así como para hacer un mejor manejo del impacto del cambio climático en sus comunidades. El proyecto también presta apoyo a proyectos piloto; e iniciativas de seguimiento y evaluación.
El BID ayudará a financiar la construcción de capacidades de los líderes indígenas de cinco países, llegando a cubrir hasta 250 comunidades de la región amazónica. También se prestará asistencia técnica para el registro y mapeo de carbono y la gestión del manejo de la tierra, que se hará más importante en la medida en que los mecanismos voluntarios de mercado, como la Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (REDD), sigan siendo desarrollados y aplicados.
“El BID se ha comprometido a promover la participación de los pueblos indígenas en los asuntos que afectan sus vidas y sus medios de vida”, dijo Kristyna Bishop, líder del equipo del proyecto en el BID. “Este es un buen ejemplo del valor agregado que el BID puede ofrecer para apoyar a los gobiernos nacionales y a los líderes indígenas para enfrentar los impactos del cambio climático”.
Uno de los aspectos únicos e innovadores del proyecto es que fue desarrollado por un equipo conformado por varias divisiones dentro del BID, la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), Environmental Defense Fund (EDF) y Woods Hole Research Center (WHRC). Será ejecutado directamente por las organizaciones indígenas y nacionales dirigidas por la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), en colaboración con el Environmental Defense Fund (EDF) y Woods Hole Research Center (WHRC).
El proyecto fue lanzado oficialmente en la sede de la COICA en Quito, Ecuador el 18 de marzo. Entre los participantes se encontraban representantes del Ministerio de Medio Ambiente del Ecuador, Ministerio de Coordinación del Patrimonio Cultural, Ministerio de Gobierno, la COICA y el BID.
Durante el lanzamiento, el coordinador del proyecto de la COICA, Juan Reátegui, presentó los objetivos del proyecto y sus componentes y dijó, “A través de la participación en eventos internacionales, nuestra voz empieza a escucharse y nos permitirá compartir experiencias exitosas y lecciones aprendidas sobre nuestra relación con la madre naturaleza”. Diego Escobar de la COICA agregó, “Históricamente los proyectos no estaban en manos de los indígenas, siempre nos decían que somos incapaces de administrar un proyecto, o que somos menores de edad, sin embargo, esta cooperación entre COICA y el BID nos fortalece, nos permite trabajar con nuestras comunidades y nos compromete a trabajar por un mismo objetivo”.
Los representantes gubernamentales también expresaron su compromiso y apoyo al proyecto y su reconocimiento a los esfuerzos por mejorar la participación de los pueblos indígenas en el diálogo sobre el cambio climático.
Un segundo acto de lanzamiento del proyecto en Washington, DC, se llevará a cabo en la sede central del BID, con la presencia de representantes de la COICA, EDF y WHRC el 24 de mayo, coincidiendo con la 10ª Sesión del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU, y que tiene al medio ambiente como uno de sus temas centrales.