Las olas de calor que asolan el continente no solo están estableciendo nuevos récords de temperatura, sino que también están elevando las concentraciones de ozono en la superficie a niveles peligrosos para la salud humana y el medio ambiente, algo que está pasando ahora mismo en la ciudad de Madrid.
Pero lo preocupante es que, no es la primera vez en el año que se debe resaltar esta situación y pedir que se tomen medidas para que la población esté prevenida ante tal circunstancia, puesto que a fines de junio y durante la ola de calor de julio sucedió exactamente lo mismo.
Calor y ozono: una combinación peligrosa para la salud
En esta segunda ola de calor, Madrid acumula ya una semana con niveles diarios de ozono perjudiciales para la salud, sin «ninguna actuación» de las administraciones, según reclaman los ecologistas al Ayuntamiento y a la Comunidad medidas urgentes de limitación del tráfico, similares a las que aplicó Francia en julio.
Desde principios de agosto, se han registrado 15 superaciones del umbral de información a la población, establecido en 180 microgramos por metro cúbico (μg/m3), medidos durante una hora, tanto en la capital como en la Comunidad de Madrid, aseguran los ecologistas en un comunicado.
Las superaciones se produjeron en las estaciones de la red autonómica de El Atazar (4), San Sebastián de los Reyes (2), Algete (1) y Las Rozas (1), así como en las estaciones de la red municipal de Madrid de El Pardo (3), Tres Olivos (2), Barrio del Pilar (1) y Juan Carlos I (1).
Los valores más altos se registraron en San Sebastián de los Reyes (203 μg/m3), en la red de la Comunidad, y en El Pardo (196 μg/m3), en la red de la capital. Además de estos picos, «la práctica totalidad de la población de la región de Madrid se ha visto expuesta durante la semana pasada a niveles diarios de contaminación por ozono perjudiciales».
Exceso de ozono en Madrid
En Madrid ciudad, las 13 estaciones de la red municipal que miden este contaminante han rebasado todos los días, entre el 2 y el 9 de agosto, el valor establecido por la UE. Ello supone valores de ozono medios octohorarios (niveles de contaminación durante ocho horas seguidas) superiores a 120 μg/m3, pese a que la legislación europea establece que «no debería rebasarse dicho valor más de 25 veces al año en ninguna estación».
Sin embargo, las 13 estaciones de la red municipal «ya han superado holgadamente este límite desde principios de agosto«, mientras que 22 de las 28 estaciones de la red autonómica ya lo han rebasado en lo que va de año. En concreto, en la primera semana de agosto 27 de las 28 estaciones de la Comunidad registraron superaciones del valor octohorario de 120 μg/m3, y de ellas 21 lo hicieron sistemáticamente durante seis días, entre el 2 y el 7 de agosto.
Con ello, la región se halla «estructuralmente fuera de los valores marcados» y la población madrileña lleva ya una semana expuesta durante buena parte del día -desde el mediodía hasta el atardecer- a niveles de ozono perjudiciales para la salud.
Mientras, el Ayuntamiento y la Comunidad se han limitado a colocar «avisos rutinarios en sus páginas web y aplicaciones de calidad del aire, una vez producidas las superaciones del umbral de información», sin haber realizado una adecuada difusión a través de medios de comunicación.
Francia no se calla los datos
A principios de julio, Francia aplicó en las áreas metropolitanas de París, Marsella o Lyon la «prohibición de la circulación de los vehículos más contaminantes, reducción de la velocidad, encarecimiento de los estacionamientos centrales o bonificación del transporte público», para reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno, principal contaminante precursor del ozono.
Esta «negligencia de las autoridades madrileñas», que viene reiterándose los últimos años, deja «desasistidos a los grupos más sensibles como son la población infantil, las personas mayores, las mujeres embarazadas y las personas con enfermedades cardiorrespiratorias crónicas«. También se han visto perjudicados «los deportistas aficionados y de competición, que deberían haber sido instados a evitar cualquier ejercicio físico al aire libre desde mediodía hasta el atardecer».
El ozono troposférico provoca irritación de los ojos y vías respiratorias superiores, reducción de la función pulmonar, un incremento del riesgo de enfermedades respiratorias agudas (asma, EPOC) y el agravamiento de patologías cardiovasculares, pudiendo provocar hospitalización o muerte.
Según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), en 2022 fallecieron prematuramente entre 1000 y 1500 personas en la Comunidad de Madrid por el ozono, que también es tóxico para la vegetación, dañando los parques y montes y reduciendo la productividad de los cultivos.
Madrid va retrasada en medidas
Dado que la ola de calor continuará esta semana, y con ello los elevados niveles de ozono diarios, los ecologistas reclaman al Ayuntamiento y la Comunidad que «abandonen la pasividad y pongan en marcha ya medidas efectivas de información a la población».
Los ecologistas recuerdan que los ayuntamientos de más de 50000 habitantes y la Comunidad arrastran «un retraso de dos años y medio en la adaptación al plan marco del Estado«, aprobado en 2021, e insta a estas administraciones a la «adopción urgente del preceptivo plan de emergencia». La Comunidad «continúa sin elaborar el obligado plan de mejora de la calidad del aire para reducir de manera estructural los elevados niveles de ozono» que soporta en verano su territorio.
El plan contempla «medidas permanentes de reducción de la circulación de automóviles y de la operativa del aeropuerto de Barajas«, evitando los desarrollos urbanísticos alejados y dispersos y favoreciendo medios de transporte más sostenibles como el transporte público eléctrico, concluye.
La falta de viento y la presión alta durante las olas de calor favorecen la acumulación de ozono y otros contaminantes, generando episodios de smog urbano que afectan gravemente la calidad del aire. Y cada ciudad debe tomar las precauciones necesarias para que sus ciudadanos estén informados en todo momento de estos datos. Madrid va con mucho retraso a la hora de ocuparse del tema del ozono. EFE / ECOticias.com