“El número de países de todo el mundo que están prohibiendo completamente los alimentos genéticamente modificados (OGM) y los pesticidas asociados o tienen restricciones severas contra ellos, aumenta día a día. México se ha sumado recientemente a esta lista.”
Adiós a Monsanto
El último país que ha decidido prohibir los productos de Monsanto es México, después de que un grupo de apicultores tuvo éxito deteniendo la siembra de soja modificada genéticamente para resistir el herbicida Round-up.
Ello es consecuencia directa de los numerosos estudios que han demostrado los peligros ambientales y de salud, que están asociados con los transgénicos y los herbicidas que se emplean y han creado una la resistencia masiva contra Monsanto y otros gigantes de la biotecnología que fabrican este tipo de productos.
Monsanto había recibido un permiso para plantar sus semillas en más de 250.000 hectáreas de tierra, a pesar de que miles de ciudadanos, apicultores, activistas de Greenpeace, agricultores mayas, el Instituto Nacional de Ecología y otros grupos ambientalistas protestaran en contra de dicha medida.
El mes pasado un juez de distrito del estado de Yucatán revocó un permiso concedido a Monsanto por el ministerio de Agricultura y la Agencia de Protección del medio ambiente, en junio de 2012, que permitía la siembra comercial de soja Round-up ready.
El juez retiró el permiso tras convencerse gracias a las evidencias científicas presentadas, de las amenazas que plantean los cultivos de soja transgénica para la producción de miel, en sitios como Campeche, Quintana Roo y Yucatán. El fallo indica que la coexistencia entre la producción de miel y la de soja transgénicos no es posible.
Miel contaminada
El problema mayor se planteaba porque cuando las abajas salen a alimentarse, son incapaces de diferenciar los cultivos naturales de los transgénicos y la miel que se produce puede contener trazas de polen genéticamente modificado.
De hecho, esto fue lo que sucedió en 2011, cuando desde la Unión Europea se interrumpió la compra de miel mexicana, al comprobarse que no cumplía con los requisitos de ser completamente natural; este fue el comienzo de la batalla que tras varios años de lucha, ganaron los apicultores.
México es el cuarto mayor productor y el quinto exportador de miel en el mundo, por lo que es importante que se conserve la mayor calidad del producto, para no perder los mercados (nacionales e internacionales) que tanto trabajo le ha costado conseguir a los apicultores.
Tras la sentencia, que sienta un importante precedente, las organizaciones involucradas declararon que este es un paso muy importante para acabar de una vez, con el intento de Monsanto de monopolizar los cultivos, obligando a los productores a comprar sus semillas y su venenoso glifosato, en condiciones como poco “draconianas”.